14 de diciembre de 2017

La marcha de la locura

Augusto Álvarez Rodrich

La historiadora Barbara W. Tuchman escribió hace más de tres décadas un gran libro titulado La marcha de la locura en el que demuestra, desde cuando los troyanos llevaron el caballo dentro de sus muros, hasta cuando Estados Unidos se traicionó en Vietnam, cómo las naciones deciden en contra de su propio interés.

Valdría la pena que todos nuestros políticos pararan de joder el país e hicieran el esfuerzo de leerlo este fin de semana largo que empieza hoy, porque, entre la pataleta sin fin de Keiko Fujimori, y la impericia de Pedro Pablo Kuczynski, el Perú anda en una marcha de la locura.

Junto con ellos marchan el Apra con el único interés de blindar a Alan García; Acción Popular de comparsa que todo festeja; y una izquierda sumida en su mediocridad que celebra que metan gente presa solo porque tiene saco y corbata sin observar el debido proceso, y defiende a la topo fujimorista Yeni Vilcatoma solo “porque es mujer”, aunque FP la mande a tirar las piedras que aún no se atreve, como pedir la renuncia del presidente.

La gasolina de esta marcha de la locura peruana es el pánico por las revelaciones de Lava Jato, y el arma con que se construye el desastre es la manipulación de la justicia en todos sus niveles y ámbitos.

Empezando por el Congreso, donde la Comisión Lava Jato es una estructura hedionda para extorsionar a rivales políticos con el fin de blindar a los jefes del fujiaprismo –Alan, Keiko y Joaquín Ramírez–, presidida por Rosa Bartra quien, en vez de imparcialidad, obstruye el allanamiento a los locales de FP, y contribuye a la pira retando con la citación a la esposa del presidente.

Y siguiendo con la propia justicia, presionada por un fujimorismo que se jacta –como lo hacen Miki Torres y Luis Galarreta– del control político que ejerce sobre jueces y fiscales para emitir prisiones preventivas como quien regala caramelos, pero salta hasta el techo cuando el mismo juez que hasta anteayer endiosaba –y que hoy busca más popularidad que justicia– permite allanar sus locales.

Todo con un presidente como PPK que, violando la Constitución, critica el allanamiento de ayer diciendo que se viola el debido proceso (sic), y que es incapaz de responder con claridad sobre su supuesto vínculo con Odebrecht, elevando la sospecha de que ha mentido, lo que será usado por FP para bajárselo.

El Perú se ha convertido en un circo romano que va a acabar mal. Este sainete llamado Perú está en una marcha de la locura que se va a poner peor antes de mejorar y que puede explotar en cualquier momento.

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