12 de mayo de 2008

Aula Precaria. El libro, ese maravilloso tesoro

Luis Jaime Cisneros.

Sobre 'libros y hombres' me ofrece lectura el último número de Label, puntual revista de la cancillería francesa que difunde en Lima la embajada de Francia. Su lectura me lleva a preguntarme si cabría la posibilidad de convocar a intelectuales, científicos, obreros, empresarios, profesionales y estudiantes, y preguntarles qué piensan sobre los libros y, en especial, sobre la lectura. Nos serviría (para bien o para mal) para aclarar y rectificar nuestras ideas. Y nos serviría para enterarnos de la realidad y saber, por tanto, cómo corregirla o perfeccionarla. Saber cómo es, culturalmente, nuestra comunidad es importante y necesario en esta hora en que vivimos sofocados por el prestigio (tan efímero) del éxito, el consumo y el dinero.

Comencemos por preguntarnos si en el hogar y en la escuela hay asegurado un clima de persuasión como para que el niño descubra y asegure su interés por descubrirse en la lectura. Descubrirse lector es comenzar a reconocerse persona que cree, se imagina, piensa y crea. Descubrir valores en la lectura es fruto de haber sabido leer con ojos mentales lo que no se puede advertir con el recurso de solo los ojos fisiológicos. Los varios artículos de la revista se orientan a asegurar que lo provechoso de la lectura está en el fondo del libro. Es decir, no está a la vista. Cuando ingresamos en una librería (o en una biblioteca), todos los ojos del mundo están convocados por los libros. Es una convocatoria silenciosa para descubrir el tesoro. A la escuela y al hogar nos toca dar el campanazo de alerta.

Está difundida en todos los idiomas la consigna: plantar un árbol, engendrar un hijo y escribir un libro. Lo que, en verdad, me pone en contacto con el mundo, con el tiempo y el espacio es ciertamente el libro. Podría preguntar abiertamente cuántos libros se han publicado en el Perú el año pasado. En verdad, la cifra que me dieren no me serviría de mucho. Prefiero no preguntar por la cantidad en bruto, sino que me interesaría saber cuáles han sido los temas preferidos por las editoriales. ¿Cuántos libros sobre educación, salud, agricultura, política internacional, relaciones laborales, literatura? Me agradaría saber si hay algún interés marcado por determinados temas. Son datos indispensables, porque me enfrentan a nuestra realidad cultural.

Sí, realmente ha sido provechoso este número de Label. Nos confirma que el ritmo de vida de una sociedad se ve reflejado en la lectura. ¿Leemos más revistas que libros, acá entre nosotros? ¿Qué tipo de revistas? Si los libros resultan favorecidos, vale precisar si hay o no preferencia por los libros de bolsillo. ¿Leemos libros de ensayo, o son precisamente los menos solicitados? ¿Qué lecturas tenemos en la mesa de noche los peruanos: novela, poesía, ensayo (filosofía, estética, música, arte)? Los periódicos no siempre se preocupan de asegurar nuestro contacto con el libro. A veces tenemos la suerte de leer ahí reseñas de libros en circulación, la mayoría son de libros extranjeros; pero los suplementos culturales, con una excepción, han desaparecido. Y el programa televisivo en el que se hacían comentarios sobre libros, a veces con presencia del autor, ha sido cancelado.

Label nos entera también sobre la preocupación que por el libro siente el Estado francés. A los diplomáticos corresponde dar noticia, en el extranjero, de lo que se publica en su país. Y claro se está que cuando advertimos que un país asigna tanta importancia a la lectura, es porque sabe que el grado de cultura de una nación lo da precisamente la clase de libros que publica y la calidad de lectura preferida.

Sería interesante recorrer librerías para enterarnos qué libros suelen pedir los lectores, y no hay cómo ofrecerlos. En qué medida se interesa el lector peruano por libros sobre el Perú profundo (nuestra realidad plurilingüe y pluricultural) o por temas vinculados con la espiritualidad, o sobre temas relacionados con el éxito. Las librerías pueden enterarnos si el lector habitual prefiere autores extranjeros o peruanos. Si se trata de autores extranjeros, nos preguntamos si son europeos o americanos. Esta información seguramente refrendará la afirmación de Lydie Salvayre (revelada en la revista que comento): "La vida sin los libros solo sería un error".

Ahora que estamos en víspera de cumbres internacionales, reconfortan noticias como éstas. Felizmente, ya lo sabíamos: leer ayuda a descubrirse. Cuando leo, siento y confirmo que 'soy'. Al contacto con el libro, descubrimos la vida interior. Descubrimos lo incomprensible de las cosas. No es que tenemos muchos o pocos libros. Es que pertenecemos al libro: cuando recordamos lo que debemos a lo leído, confirmamos que no somos sus sueños. Somos sus súbditos. Pertenecemos (con ellos) al mundo del conocimiento.

http://www.larepublica.com.pe/content/view/219939/481/

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