27 de septiembre de 2011

Examinando las prioridades en educación

Zenón Depaz Toledo.jpg
Zenón Depaz Toledo

Señalábamos, en una columna anterior, que, en lo sustantivo, la composición del presupuesto asignado para el año 2012 al sector Educación sigue correspondiendo a un país que, desde mediados de los años 70 siguió un curso de inserción en la economía mundial, con subordinación a los ejes de poder global, por lo cual asumió el papel de proveedor de materias primas y mano de obra barata, reprimarizando su aparato productivo. En esa perspectiva la Educación Superior pasó a ser irrelevante.

Hacíamos notar, además, que lo que se destina para este nivel educativo (14,9% del presupuesto del sector Educación) va casi íntegramente para el nivel universitario de pregrado, pues el postgrado no cuenta para nada en esa asignación presupuestal. Asimismo, los institutos pedagógicos recibirán el 0,1% del presupuesto de este sector, los institutos superiores tecnológicos el 0,05%, y la modalidad denominada “técnico productiva” apenas un 0,01%.

Decíamos también que ese orden de prioridades, que deja muy atrás a la Educación Superior, corresponde a las exigencias del Banco Mundial, las mismas que los países recientemente industrializados no tomaron en cuenta, pues invirtieron en ese nivel educativo con mayor énfasis de lo “recomendado” por este organismo, a fin de reconvertir progresivamente sus aparatos productivos, incorporando mayor valor agregado a la producción, apuesta que exige cuadros profesionales de alta calificación e investigación científica intensa.

No hay otro camino. De tomarse en serio el tema del desarrollo, no sólo debería atenderse más a la Educación Superior, sino que debería redefinirse sus cuotas presupuestales. Así, no es sensato que los postgrados carezcan de financiamiento estatal. No sólo porque ese es el nivel de la más alta capacitación profesional, sino también porque tiene como función primordial la investigación científica. Así lo entienden, por ejemplo, en Brasil, donde se lo atiende con prioridad, invirtiendo cuotas presupuestales para nosotros fabulosas. Librado a su suerte, como ocurre aquí, el postgrado termina mercantilizado, con grave deterioro de su calidad, a la vez que alimenta redes de clientelaje y corrupción entre quienes lo manejan.

En cuanto a la Educación superior denominada no universitaria (pedagógicos, tecnológicos, etc), nivel educativo directamente dependiente del Ministerio de Educación, la situación es peor, llegando a ser calamitosa. No sólo por lo exiguo del presupuesto que recibe, sino también porque, de ese monto, los institutos pedagógicos reciben el doble que los tecnológicos, lo cual es, simplemente, irracional. Lo comentaremos luego.


http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas-y-colaboradores/examinando-las-prioridades-en-educacion_95590.html

No hay comentarios: