27 de abril de 2013

Inclusión Social: ¿medio o fin?


Pablo Quintanilla

Pensar que la inclusión es un fin en sí mismo puede conducirnos a incorporar, en una forma de vida extraña, a quienes no desean ser parte de ella, como sin duda ha ocurrido en el pasado en diversas formas de colonialismo, o como podría ocurrir si creemos que incluir a los excluidos es hacerlos partícipes de la sociedad de consumo o víctimas de un mercado que no los favorece. Considero, entonces, que la inclusión es un medio. ¿Pero un medio para qué? Para ser más libre, que es lo mismo que tener mayor autoconocimiento. Pero esta afirmación requiere de un desarrollo mayor.

Un primer punto es que la inclusión no tiene como objetivo hacer que los excluidos se adapten a la forma de vida de las sociedades hegemónicas sino, más bien, que ambas formas de vida se adapten entre sí, aprendiendo una de la otra. Este proceso constituye propiamente la creación de un espacio compartido, que ya no es parte de una de las formas de vida en interacción sino de ambas al mismo tiempo y de ninguna en particular.

Un segundo punto es que la educación es el instrumento de exclusión o inclusión social por antonomasia. En el pasado, con frecuencia, las élites han obstaculizado el acceso a la educación de los grupos menos favorecidos, precisamente para impedir una competencia real y para mantener sus privilegios. En consecuencia, el mecanismo prioritario para permitir la inclusión social es el acceso a la educación de calidad a todos los sectores sociales, especialmente a quienes tienen menos acceso a las decisiones colectivas.

Un tercer punto es que la inclusión no es un objetivo en sí mismo, sobre todo cuando los excluidos, por la razón que fuera, no quieren ser incluidos, como podría ser el caso de las comunidades amazónicas recientemente contactadas. La inclusión es un medio para alcanzar la libertad y el autoconocimiento, entendiendo la libertad como la maximización de las capacidades individuales y colectivas, es decir, como la realización o la potenciación de la autonomía. En otras palabras, el objetivo de la inclusión es permitir que los excluidos sean libres de elegir la forma de vida que prefieran, incluso si eso implica permanecer fuera de las sociedades hegemónicas.

Pero esto implica plantearse una pregunta central: ¿Qué es la libertad? ¿Qué significa ser libre de actuar, creer, desear y elegir? ¿Quiénes son libres y qué hace que lo sean? Todos los modelos políticos defienden y priorizan el derecho a la libertad, pero no siempre pueden explicar apropiadamente lo que esto significa. Esa será la pregunta del próximo jueves.


http://diario16.pe/columnista/32/pablo-quintanilla/2451/inclusia-n-social-a-medio-o-fin

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