31 de agosto de 2013

Bombardeos humanitarios en Siria


Francesca Emanuele

Si Obama –junto a sus chupamedias aliados– decide atacar al régimen sirio, estaría luchando en el mismo frente que su archienemigo Al Qaeda.

Después de más de dos años desde el inicio de los levantamientos en contra de la dictadura de la familia Al Asad, la guerra civil siria se ha llevado la vida de más de 100 mil personas, y ha producido el desplazamiento de alrededor de 2.5 millones de sirios. El cruento enfrentamiento condujo a que los dos bandos beligerantes se nutrieran de apoyos y grupos foráneos para afianzar sus posiciones. En el caso de los rebeldes, recibieron en sus filas a yihadistas y talibanes pertenecientes a una de las alas más extremas de Al Qaeda, los llamados Al Nusra. Actualmente, son estos los que encabezan las milicias insurgentes.

La preponderancia de Al Nusra dentro de la oposición es de conocimiento público; sin embargo, el Gobierno gringo evadirá tocar el tema todo lo que su lengua viperina soporte, especialmente ahora que se acerca el 12º aniversario del atentado del 11 de septiembre.

Israel, EEUU, Turquía y la Unión Europea han estado apoyando de distintas formas al bando rebelde sirio y, por tanto, a Al Qaeda. El país invasor de Palestina (Israel), el Imperio (EEUU) y los aspirantes a europeos (Turquía, que semanas atrás utilizaba a las fuerzas de seguridad para atropellar con tanques a decenas de protestantes en sus calles) han enviado en los últimos meses armamento al frente rebelde. Por su parte, la raída Unión Europea levantó en mayo el embargo de armas a la oposición siria, manteniendo todas las demás sanciones hacia el país.

Ayer el Gobierno sirio entregó pruebas a las Naciones Unidas alegando que los autores del ataque con armas químicas fueron los insurgentes, es decir, el grupo liderado por Al Qaeda y apoyado por EEUU y sus aliados. Contrariamente, y sin documentar sus acusaciones, el nobel de la paz Barack Obama dijo estar seguro de que el ataque fue perpetrado por las fuerzas de Al Asad.

Muy en su línea, EEUU sigue utilizando información que remite a “la nada” para llevar a término sus intereses colonizadores. Recordemos las inexistentes armas bacteriológicas que “argumentaron” la invasión de Irak, cuando el verdadero propósito dormía en sus ansias imperialistas y en sus deseos de dominación de los hidrocarburos.

En caso de que se materialice la amenaza de EEUU –y sus coleguitas– de atacar militarmente espacio sirio, el presidente Obama estaría haciendo caso omiso al 60% de estadounidenses que dicen oponerse tajantemente a cualquier intervención militar, de acuerdo con una reciente encuesta de Reuters/ Ipsos. Porcentajes incluso mayores de rechazo reportan sondeos en Francia, Alemania, Turquía y Reino Unido. Tal vez esto haya influido en la oposición del Parlamento británico al ataque contra Siria, lo que deja al triunvirato conformado por EEUU, Francia y Reino Unido (quienes notificaron virilmente su predisposición a intervenir), en un desnutrido dúo.

En momentos en los que se requiere de una mayor y más enérgica voluntad diplomática, EEUU anunciaba diligentemente la necesidad de un bombardeo “humanitario”, e incluso amenazaba con pisotear sus propias leyes, las que estipulan que ante una intervención de esta naturaleza es obligada la aprobación del Congreso. Tan imperiosas parecen ser las ganas de EEUU de gastar sus misiles, que los portavoces del Gobierno desafían con ni siquiera esperar a las conclusiones que los investigadores de la ONU informarán este fin de semana y, además, advirtieron que de resolver atacar, pasarían por alto la decisión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el que previsiblemente denegará la intervención gracias al veto ruso.

Últimamente las fuerzas oficialistas sirias han demostrado que iban ganando en combate. Este es un contexto desfavorable para EEUU, que busca alargar la guerra civil; de tal forma que, poco a poco, ambos bandos (los rebeldes y el Gobierno sirio) se vayan exterminando entre sí, hasta que el país de Britney Spears (ayudado por sus impías instituciones de inteligencia) pueda apoyar vivamente a alguna de las facciones rebeldes, una que finalmente se haga con el poder y ofrezca lealtad al Imperio. Mi intuición es que este propósito lleva a EEUU a incluso vender su alma al diablo, apoyando a los rebeldes, liderados por su archienemigo Al Qaeda.

Es posible que la potencia gringa participe directamente en la guerra a través de “bombardeos humanitarios”, pero esquivará una intervención militar permanente, la cual perjudicaría profundamente la popularidad de su presidente, Barack Obama.


http://diario16.pe/columnista/17/francesca-emanuele/2793/bombardeos-humanitarios-siria

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