3 de agosto de 2013

TOMA LA CALLE


Jerónimo Centurión

Tenía un montón de trabajo pendiente: corregir guiones, escribir dos estructuras, preparar una campaña de prensa y más. Pero no podía faltar. No sólo compartía la indignación. Me mataba la curiosidad. Quería ver en vivo y en directo la protesta. Antes de criticar o hablar del #TomaLaCalle “22J”, quería verlo y así fue. Junto al buen Amador del Solar llegué a la plaza San Martín, casi a las 7 de la noche. Aún quedaban cerca de mil personas caminando entusiastas sin un rumbo claro. La exfiscal Gloria Cano sudaba entusiasta, satisfecha por la jornada de protesta junto al exprocurador Ronald Gamarra, quien junto a su hijo, todos lucían orgullosos de participar en este importante acto cívico. A lo lejos, diferentes grupos de jóvenes lucían extasiados y confundidos. Una trabajadora sexual levantaba una cartulina en la que se leía con letra apasionada “¡Las putas insistimos! Estos congresistas no son nuestros hijos”. Me acerqué a Ángela y le pregunté que la motivó a estar presente en la marcha, ella contestó: “Lo que hacen estos parlamentarios es el colmo, qué se han creído, no podemos permitirlo, tienen que saber que estamos en contra”. Su opinión es representativa. La indignación era absolutamente general. Y no es para menos: proponer a un escudero y abogado del sentenciado por corrupción y delitos de lesa humanidad como representante del Tribunal Constitucional fue un insulto, sólo superable por la falta radical de olfato de lo que algún día fue Perú Posible. Proponer a Pilar Freitas, la mujer que, entre otros muchos cuestionamientos es acusada de sabotear la investigación de firmas falsas contra su partido, como defensora del Pueblo fue una falta de respeto. Nuestros lamentables representantes creyeron que habíamos perdido completamente la memoria, afortunadamente no fue así.

La noche del lunes, miles de jóvenes le demostraron al gobierno de la familia Humala que la indiferencia y la apatía que parecía haberlos tomado por asalto es pasajera. La gran mayoría de los que participamos de la marcha del lunes votamos por Humala en la segunda vuelta y la decepción comienza, sólo comienza a ser evidente.

Es cierto que aún no hay discursos claros, que el asco hacia la clase política los lleva a un espacio incierto. Es también cierto que la decepción y el rechazo de lo que implica ser parte de un partido político complica la producción de alternativas y propuestas. Pero la chispa, las ganas, la valentía, la energía y el coraje para alzar la voz en el momento justo es plausible.

No había un estrado, ni micros, ni tabladillos. Tampoco líderes visibles. Sólo energía desordenada, indignación y preocupación por la detención de 9 jóvenes estudiantes que nadie identificaba. No se trataba de una protesta organizada, sólo una expresión espontánea de rechazo a una expresión nauseabunda de repartija política. No llegué al Congreso, pero más de una decena de personas me dijeron que los gases lacrimógenos lanzados fueron completamente injustificados. La actitud policial sirvió para confirmar que, al final de cuentas, este Gobierno no es tan distinto a otros, que se continúa priorizando la macroeconomía por sobre todo, olvidando que más allá de las cifras existen las personas. Personas capaces de indignarse y protestar.

Llegué a casa satisfecho de mi incursión urbana. Prendí la computadora y me dieron ganas de volver a las calles. Escuchar cómo los principales presentadores de noticias, entre ellas la conductora de Canal N, Mávila Huertas, priorizaba la apertura de la avenida Abancay al arresto ilegal de jóvenes fue indignante.

Mientras el reportero de Canal N, Christian Aoki, narraba indignado cómo la Policía levantaba en vilo a un estudiante tras otro, sin ningún tipo de justificación, la conductora, lejos de cuestionar esta actitud, cerró su transmisión destacando que la avenida Abancay comenzaba a reabrirse. Y, aunque Freitas y Sousa ya declinaron, nuestros indignados preparan una nueva marcha para el 27 de julio. Bienvenida la calle y la rebelión pacífica, a ver si así la pareja presidencial recuerda cómo saltó a la fama y la política, ahora que está en el poder.


http://diario16.com.pe/columnista/8/jeronimo-centurion/2704/toma-calle

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