5 de octubre de 2013

NUESTROS LIDERAZGOS PIDEN CHEPA


Augusto Ortiz de Zevallos

Tampoco vamos al Mundial de liderazgos. Más bien, como es notorio y público, el dueño del futbol peruano, el señor Burga, quizá lidere en batir el récord mundial y la unanimidad de bronca entre todos los que se interesan en el futbol en el Perú y él.

Nadie lo quiere, que se sepa, salvo su espejo y su llavero de aviones y hoteles.

Y bate así, en nombre del Perú, y su federación de fútbol (que se hace decir peruana), el récord mundial en ser todo lo contrario de la representatividad, y el olímpico de zurrarse en eso, algo que quizá los Guinness no registran. Lástima.

Pudo ganarle antes Idi Amin Dadá, quien además se comía a algunos de sus ministros. Nuestro dictador se alimenta más bien de presidentes de clubes provincianos, con quienes inventa mayorías de a uno, dando gollerías, amnistías, pasajes y vayan pidiendo. A cambio de perpetuarse y de que no vayamos ni a la esquina, principalmente por su culpa. Con un coro de querubines, serafines y sebo afines.

No está solo en esto de no representar a nadie.

Nuestro Parlamento cumple también estos días tantos años como déficits de credibilidad.

Que hace lo posible en aumentar, por ejemplo, difiriendo debatir sobre libertades personales e invocando a los abundantes fantasmas de esa plaza en que está.

Allí sesionaba ese espanto que algunos llaman Santa Inquisición, decidiendo quién era el próximo anticucho, qué pecados merecían la muerte y cuáles era mejor no menearlos mucho porque todo depende de quién sea el pecador. Virreyes eximidos, oidores premiados, Corte.

Y ahora es el anunciado no-debate (el Parlamento habría decidido no parlar) sobre el derecho a reconocer p arejas no heterosexuales. Y hay, entre esos sus portavoces busca-cámaras- y - micrófonos, quien dice que eso es poco menos que satánico.

Y que además los peruanos somos menos inteligentes, cosmopolitas, informados y maduros que nuestros vecinos uruguayos, argentinos y que en esto no queremos parecernos a los europeos. Y menos a los españoles, que ya no son como nos decían los curas Franquistas, y andan demasiado modernos. Y sin rosario.

Rosa María Palacios (católica desde el nombre) ha pedido con razón que le digan los inquisidores autoerigidos en tales en qué evangelio está que los gais merezcan condenación eterna. Y Miguel Ángel pintó en el infierno en la Sixtina (ya hubo Papas inteligentes y cultos, como Julio II, su mecenas y cómplice) a algunos cardenales que exigían que él le pusiera calzoncillos a los desnudos, empezando por el hombre recién creado en el Génesis. Hoy eso lo hubiera spsonsoreado Calvin Klein, supongo. Esos cardenales ilustran en el juicio final la condenación eterna. Por imbéciles.

Nuestros líderes creen que nosotros somos idiotas. Algo sospechan, y con algún fundamento, ya que si los hacemos nuestros líderes por algo será.

Y la lista de liderazgos rochosos pasea así el espectro social y político.

Estas semanas hay una especie de triste pasarela donde los precandidatos y expresidentes ídem deben explicar casas amigotes y telenovelas sobre billeteras.

Ya uno, con esa doble condición, está en prisión por eso mismo, pero al cuadrado o al cubo. Y ahora piden indulto por Facebook y Twitter, para acordarse de la renuncia por fax y de ese chiste de prometer Honestidad, Tecnología y Trabajo.

Y para contribuir a este abundante y variopinto corso de carnaval atrasado y atrasador están los tribunales y anexos, lamentablemente sin la gracia dicharachera de La Tremenda Corte, pero con fallos que parecen esa otra acepción de la palabra: cuando fallo significa puchos y fumadas.

Hay, detrás de este triste escenario teatral otro país, joven, emprendedor y distinto, pero está oculto y es traicionado por estas mediocridades.

Que nuestra prensa cultiva, porque como para ella no somos ni inteligentes ni cultos, no merecemos consumir sino estas telenovelas d e tercera clase. A ños tras años con los mismos actores, que se tiñen el pelo.

La jubilación además es una palabra ignota para esos "líderes" que nos gastamos.

No renunciaré, esa canción adefesiera y gritona de Raphael parece inspirarlos. Hay alguna zarzuela picaresca que también vendría a cuento con un estribillo sobre no dimitir. Además de La Corte del Faraón, inspiradora.

Y es revelador que aunque nadie sepa bien en qué consisten los sinnúmeros cargos políticos elegidos que hay en el Perú (si Lima tiene 43 alcaldías distritales saquemos la cuenta, son miles), los que quieren uno son multitud.

El juez de La Parada quiere la Presidencia, por ejemplo. No de los choclos y de los desmadres, sino del Perú. El papá de Ciro también. Y la farándula, que ya puso en el Congreso nalgas numeradas y no pocos protagonistas variopintos.

Somos un país diverso, un lugar de desconcertadas gentes decían al inicio de la República, tanto que parecemos varios países en uno. Y quizás eso explique nuestras descreencias y este todo-vale oportunista, conformista y no poco cínico.

Roba pero hace, algunos lo dicen como elogio. Hechos y no palabras es su eufemismo.

Es verdad que algunos no hacen, casi nunca.

Y también que hacer es difícil con una tramitología que parecen oscuras disquisiciones teológicas que hay que conocer para que el dios SNIP baje el dedo.

Así que como antídoto, la pendejada peruana (antónimo de la mexicana o colombiana, país en que aterrizo cerrando estas líneas) es también vista como virtud. Saberse mover y no creer en nada al pie de la letra, ni tampoco en respetar muchos semáforos, como registra el tráfico de Lima ni en las instituciones, que a veces están vacías de significado.

Pero así y todo, estas parodias de liderazgo parecen ni dar más ni ser un retrato de lo que somos y merecemos. Ya no ya.

Por algo decía, después de que le anulen un partido el día mismo en que iba a ser, absurdamente un miércoles laborable a las tres, el inteligente entrenador del Alianza, que ya solamente falta que llueva para arriba.

Bogotá, veintiuno del nueve, del trece.


http://diario16.pe/columnista/26/augusto-ortiz-zevallos/2853/nuestros-liderazgos-piden-chepa

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