3 de abril de 2016

Nunca en tu perra vida

Rocío Silva Santisteban

El insulto y las disculpas que no lo son perfilan a una persona, no solo ansiosa ante la posibilidad de caída al abismo, sino soberbia sin respeto al contendor. PPK en Chincha, el 26 de marzo, comentó: “Aquí no es cuestión de una señora que tiene un padre famoso o de otro tipo que se pone pantalones escoceses o de una medio roja que dice que sabe hacer las cosas y nunca ha hecho nada en su perra vida”.  Claramente la alusión fue a Keiko Fujimori; a Alfredo Barnechea y, por último, a Verónika Mendoza. Luego de las innumerables críticas por machista y sexista en las redes sociales, PPK en un tuit sostuvo lo siguiente: “El día de ayer en Chincha hice uso de una frase popular que puede ser mal interpretada. Si fue así, expreso mis disculpas”.

Si sostenemos popularmente “¡qué perra vida!”, en su acepción general, amplia y sin referencia específica, estaríamos haciendo uso de una expresión popular para calificar “a la vida”. Pero si decimos específicamente “una (mujer) medio roja que nunca ha hecho nada en su perra vida” nos estamos refiriendo a la persona y se trata de un claro insulto que, en términos legales, se traduce en difamación (art.132 del Código Penal) porque todos los peruanos y peruanas tenemos derecho a nuestra integridad moral (art.2, inciso 1, Const).

Para salvarse, PPK ha dicho que “no se refiere a nadie en particular”; sabemos perfectamente que los candidatos contendores del octogenario son Fujimori, Barnechea y Mendoza (ahora el resto no cuenta) y las referencias son en ese orden.  Además, las disculpas NO lo son porque las declara en el supuesto negado de que sus palabras hayan sido “malinterpretadas”. Nunca reconoce que esas palabras “puedan haber ofendido” a una persona en particular.  Cuando uno malinterpreta una sentencia, ¿pide disculpas? No, las disculpas se piden ante las ofensas. PPK se hunde porque las bajezas jalan hacia abajo.

Juan Sheput, a quien le tengo respeto y estima, ha declarado en un tuit que ante lo dicho por PPK, “No es indignación es vulgar victimización la que quiere hacer el Frente Amplio con esas declaraciones coloquiales”. Esto me parece aún más lamentable: justificar una frase injustificable porque estamos “en campaña” no es digno de un político con el recorrido del mencionado ex ministro. Usualmente a las mujeres nos acusan de “victimizarnos” para minimizar una situación de violencia. Eso es algo que nos sucede a diario y se llama machismo.

Ahora podemos afirmar que Kuczynski es parte del machinario político, esa maquinaria del machismo que produce estereotipos e ideología que justifica la violencia hacia las mujeres. El Perú ha firmado la Convención de Belem do Pará que, en su art. 5, califica a este tipo de conductas como “acoso político” porque ha “importunado con molestias” a una candidata mujer. En esta misma línea se encuentran las declaraciones de Toledo sobre Keiko Fujimori la semana pasada: violentas, discriminatorias y estúpidas. Lamentable que un ex presidente del Perú haya dicho ese comentario ofensivo.

Junto con pedir expresas disculpas por ofender a una candidata, y con ello parar la discriminación hacia quienes queremos participar en política, tanto PPK como Toledo deberían plantear de inmediato que sus congresistas aprueben el Proyecto de Ley 1903-2012-CR contra el Acoso Político hacia las Mujeres, que aún el Presidente del Congreso no agenda para debate. Las acciones afirmativas, está demostrado, permiten que las mujeres nos integremos con más oportunidades a la política activa.

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