23 de marzo de 2019

Las expresiones de amor que también debemos aceptar

Elmer Huerta

Esta semana, se celebra el Día del Amor y la Amistad, sentimientos humanos que no deberían ser controversiales bajo ningún punto de vista. Sin embargo, aún existe una marcada intolerancia con las expresiones de amor de los seres humanos que tienen una sexualidad diferente a la de la mayoría. Algo de ciencia puede ayudar.

Si usted cree ciegamente que el ser humano fue creado solo como hombre y mujer, no se haga mala sangre y deje de leer en este momento. Usted nunca podrá entender que el mundo que conocemos sería imposible si todo tuviera una categoría binaria: blanco y negro, alto y bajo, grande y pequeño. La maravilla de la naturaleza está en la variedad de tonos que existen en diversas características humanas, tales como inteligencia, color de piel, inclinaciones artísticas, habilidades científicas, religiosidad, capacidades deportivas, etc.

Por otro lado, si usted es una persona de fe, pero que acepta que a través de la ciencia el ser humano descubre leyes que lo ayudan a entender mejor la creación divina, creo que va a poder entender que la sexualidad tiene también tonos de gris.

Cuatro conceptos fundamentales que toda persona debe conocer son: sexo genético, sexo biológico, identidad de género y orientación sexual.

—Sexo genético—

El sexo genético está determinado por la combinación de los cromosomas sexuales X e Y al momento de la fecundación. Sabiendo que el óvulo tiene siempre un cromosoma sexual X, si el espermatozoide que lo fecunda es Y, se produce un ser XY o macho, mientras que, si el espermatozoide que lo fecunda es X, se forma un ser XX o hembra. Como muestra de los tonos de gris en esta esfera, existen variedades 45-X0 (falta un cromosoma X), 47-XXY (hay un cromosoma X extra) o 47-XXX (hay dos cromosomas X extra).

—Sexo biológico—

El sexo biológico está determinado por los genitales y gónadas con los que se nace. Si tiene escroto, pene y testículos, es macho; si tiene vulva, vagina y ovarios, es hembra. El sexo biológico está determinado por el sexo genético. Se conoce como intersexo (antiguamente hermafrodita) al ser humano que nace con genitales ambiguos o indefinidos (que no son ni macho ni hembra), característica que es consecuencia de cambios en el desarrollo del gen SRY (sex-determining region Y) del cromosoma sexual Y. Las personas intersexo desarrollarán su propia identidad de género y orientación sexual.

—Identidad de género—

La identidad de género es un concepto más difícil de entender. Imagine que un niño, que nació macho (con pene y testículos) y fue etiquetado y criado como varón, siente al crecer que no es hombre y no se siente identificado con sus genitales, porque él se siente –y se considera– mujer. Esa es la definición de ser humano transgénero y se presenta también en mujeres: durante el crecimiento, la niña se identifica como varón.

Países como Australia, Alemania y algunos estados en Estados Unidos reconocen ya la identidad de estos seres humanos que no están identificados con su sexo biológico, y permiten un tercer sexo en documentos oficiales (sexo X).

—Orientación sexual—

Este es un concepto mucho más difícil aun de entender y aceptar. Orientación sexual indica el tipo de atracción –romántica o sexual– de un ser humano a otro. La atracción sexual puede ser heterosexual, si es hacia una persona del sexo biológico opuesto; homosexual, si es hacia una persona del mismo sexo biológico; bisexual, si es a personas de ambos sexos; o asexual, si no tiene atracción sexual alguna.

Existen dos corrientes de pensamiento que tratan de explicar las variedades humanas relacionadas a identidad de género y orientación sexual. La primera es enteramente biológica y se engloba en la teoría de fijación cerebral temprana, la cual dice que el embrión experimenta cambios genéticos o epigenéticos que influyen en la estimulación hormonal del cerebro o causan diferencias en el desarrollo de ciertas zonas cerebrales.

La segunda implica al medio ambiente y postula teorías sociales y psicológicas, centradas en alteraciones del desarrollo socioemocional de los niños después del nacimiento. El consenso científico actual se inclina a considerar que el componente genético-biológico es el principal determinante de la orientación sexual del ser humano.

El ambiente y las situaciones sociales lo único que hacen es moldear el comportamiento de la persona que nace ya con su orientación sexual predeterminada.

–Ni opción ni enfermedad–

Por sus características visibles, no es difícil aceptar que la intersexualidad es una condición genéticamente determinada. Lamentablemente, mucha gente cree todavía que el ser transgénero o expresar alguna de las variedades de orientación sexual son opciones voluntarias; es decir, son opciones que la persona escoge en algún momento de su vida. Eso no es así, se nace transgénero y se nace con una orientación sexual. Ambas se desarrollan en el transcurso de la vida.

Por eso muchas organizaciones profesionales han dejado de considerarlas enfermedades y, por esa misma razón, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha prohibido las nefastas clínicas de corrección de la homosexualidad que tanto daño causan en niños y jóvenes sometidos a traumatizantes e innecesarios tratamientos.

—Corolario—

Lamentablemente, políticos, líderes religiosos y gente desinformada enturbian el debate científico y se niegan a reconocer las diferencias y los derechos de seres humanos intersexo, transgénero y de orientación sexual no heterosexual. Así como en la actualidad cuesta entender que alguna vez se dudó de que el Sol es el centro del sistema solar, algún día nuestros descendientes se estremecerán al saber que sus ancestros negaban las variedades de la sexualidad humana.

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