14 de julio de 2020

El mundo después del Covid-19

Oswaldo de Rivero

La pandemia Covid-19 ha probado que la des­igualdad social ha sido un factor determinante en la tasa de contagios y de mortalidad. También, ha probado que todos los países han sido incapaces, en menor o mayor grado, de enfrenar con éxito esta pandemia porque la capa­cidad de contagio del virus ha sido tremenda. Y tam­bién, porque la mayoría de los países han practicado el neoliberalismo económico, creando con ello una gran desigualdad social, debido a la poca inversión en el sector social, en compa­ración con las billonarias inversiones en las finanzas y los bienes transables a través del comercio inter­nacional.

La pandemia, Covid-19 ha hecho también que el Estado intervenga en la eco­nomía con una intensidad sin precedentes en la histo­ria. Irónicamente, después de 30 años de satanización del rol Estado por los ideó­logos del neoliberalismo, la crítica a la intervención del Estado en la economía ha desaparecido en EEUU y Europa. En su lugar, surge ahora una crítica al capi­talismo neoliberal.

Sin duda, el mundo des­pués de la vacuna contra el Covid-19, no será igual al que existió antes de la pandemia. En muchos paí­ses los ciudadanos van a re­clamar un Contrato Social para reducir la desigualdad a través de salarios míni­mos, seguro de desempleo, reformas tributarias y polí­ticas de acceso a la salud, a la educación y de defensa del medio ambiente.

No todos los países van a lograr un Contrato Social porque la situación post pandémica de pobreza y desempleo van a crear gran­des turbulencias sociopolí­ticas en muchas naciones sobre todo en las que tienen enorme desigualdad social, como las latinoamericanas. Lo único que es certero es que no se va aceptar volver a la situación social que existía antes de del Covid-19, debido a que el mundo como resul­tado de esta pandemia y de las catástrofes que ya está causando el recalentamiento global, ha entrado en una era de inestabilidad y de opor­tunidades de cambio nunca vistas ni imaginadas.

La malignidad o la bondad del cambio social mundial post pandémico dependerá de que los EEUU, China y Rusia, que son las potencias más poderosos del mundo, cooperen entre sí. Algo que no será fácil, pues­to que hoy las relaciones de los EEUU con China y Rusia son peores que las que tenían durante la guerra fría. Están infectadas de disputas sobre zonas de influencia, comer­cio internacional, espionaje tecnológico y sanciones eco­nómicas.

En medio de este desba­rajuste, no hay control mu­tuo de las armas nucleares entre EEUU y Rusia, como el que existía en la guerra fría. Más bien, estamos aho­ra presenciando una carrera armamentista, entre ambas potencias, que consiste en modernizar sus arsenales nucleares para hacerlos aún más letales.

A pesar que la pandemia es una tragedia que enluta a toda la humanidad, los EEUU, China y Rusia, no se han unido para luchar con­tra Covid-19; y así crear un precedente para iniciar una era de cooperación tripolar frente a las tres más grandes amenazas que tiene hoy la humanidad, como son la proliferación nuclear, las posibles futuras pandemias y el cambio climático. Esta cooperación tripolar con­sistiría en detener la mo­dernización de las armas nucleares, prevenir las fu­turas pandemias y reducir notablemente sus emisiones tripartitas de CO2 para im­pedir el recalentamiento del planeta dos grados más.

Sin duda, la actual falta de cooperación, entre los tres más poderosos poten­cias, va hacer aún más caó­tico el anárquico y violento mundo en que viviremos después de la pandemia, y que yo llamo: “un mundo apolar,” donde los EEUU ya no son más el Sheriff del mundo y Rusia y China, no pueden ni quieren re­emplazarlo.

Vivimos así una cri­sis del ejercicio del poder mundial, donde un virus microscópico ha puesto de rodillas a los más poderosos Estados Naciones.

Una lección que nos dice que los humanos no somos tan “sapiens.”


https://www.leerydifundir.com/2020/07/mundo-despues-del-covid-19/

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