4 de diciembre de 2022

Perú: La OEA es cosa de risa

César Hildebrandt

La OEA cree que el diálogo es posible en el Perú. Cree que la tregua es dable y que los adversarios aspiran a la paz.

La OEA no entendió nada.

No hay nada que negociar en el Perú.

Se conversa y se transa cuando hay varias opciones, una gama de alternativas, un cruce de caminos.

Aquí la única salida es que se vayan todos, que empecemos de nuevo, que intentemos otra vez.

No se puede negociar con un gobierno taimado que nombra a Betssy Chávez en reemplazo del incontinente Aníbal Torres, quien, a su vez, se queda como jefe de asesores de la PCM. Al ungir a Betssy Chávez Castillo le ha mentado la madre al país y ha confirmado que seguirá haciendo lo que le dicte el lado más oscuro de su personalidad. Betssy Chávez no existe. Betssy Chávez es Pedro Castillo en modo drag queen. El anuncio estridente es que Castillo no tiene remedio y que su gobierno de pájaros fruteros ha renunciado al arrepentimiento.

Del Congreso no es necesario ocuparse demasiado. Ya sabemos qué suma de miserias es y cuán lejos está de cualquier buen propósito. Es el aquelarre de las derechas chaveteras y el cerronismo que viene del comunismo en harapos. Es la expresión más neta de nuestro fracaso como nación. Es el arco iris del fujimorismo en su más laxa expresión. ¿Qué conversación puede entablarse con los neandertales de la política encabezados por la señora Moyano?

La OEA no percibió el mensaje del aire, del ambiente, de las calles. Allí estaban sus verdaderos interlocutores: los incrédulos a la fuerza, los decepcionados a patadas, los traicionados de siempre. Si la calle hubiese hablado, habría dicho: “¡que se larguen!”.

La tregua que propone la OEA y el diálogo posterior que sugiere habrían sido posibles hace un año. Por esos días, Castillo continuaba siendo un hosco misterio y el Congreso apenas definía sus alianzas. No supimos, hasta mediados del primer trimestre de este año, que Castillo autorizaba a amigos y familiares a hacer negocios sucios con plata del Estado. Tampoco sabíamos que la única meta del Congreso era favorecer a los lobbies, representar las causas indecentes y promover las leyes dirigidas contra las pocas reformas logradas tras la caída de PPK.

Ahora sabemos que Castillo y el Congreso son caras de la misma moneda y que con ambos en acción tenemos garantizada la agudización de la crisis y la devastación de la democracia.

Betssy Chávez es Castillo. El Congreso apuesta por el statu quo. Es decir, por la quincena. Ellos ya resolvieron el asunto: durar para seguir medrando.

Y la OEA viene a darles una mano diciendo que esos protagonistas deberían hablar para resolver los problemas del país. ¡Pero es que ellos son el problema! No es ingenuo sino idiota pedirles a los causantes del mal que nos liberen de sus consecuencias.

La tercería, el arbitraje, la intervención ajena y ojalá que salvadora es la de la gente, que en todas las encuestas demuestra estar por la expulsión del escenario de quienes han tomado Palacio y vuelto a manchar el Congreso.

Ayer veía fragmentos del partido España-Japón y no sé por qué pensé en lo que nos está pasando.

España hizo más de mil pases, Japón tan sólo unos 300. España retuvo el balón el 87% del tiempo pero sólo llegó una vez. Fue el fin funerario y mundial del tiki-taka. Japón llegó tres veces y anotó dos veces. Equipo ordenado, modesto y heroico el japonés.

Pensé: cuánta antipatía sentimos alguna vez por ese Japón que arropó a Fujimori y que casi le abre la puerta del senado. Pero mis recuerdos del Japón que visité hace muchos años son los de un pueblo laborioso, creativo y muchas veces brillante. Una nación destrozada y humillada que en 1945, sin embargo, decidió renacer. Akio Morita, el fundador de Sony, relata en “Made in Japan” que las primeras grabadoras de carrete de la marca se hicieron a partir de una fritanga química cocinada en sartén. Japón, ya es hora de decirlo, no nos dio a Fujimori. Fujimori es hechura peruana, yakuza de la avenida Grau, criollada nuestra.

Y ahora viene la OEA y nos propone seguir con el tiki-taka. Idiotas.

Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 614 año 13, del 02/12/2022, p16

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