Pedro Francke
"Se podría producir 50 por ciento más que lo que se logra ahora"
La industria sigue siendo un sector clave para el progreso productivo y económico de los países. Los grandes conflictos comerciales del mundo giran en buena parte en torno a los vehículos eléctricos, el acero y los microchips. La clave en el avance tecnológico y de productividad ha sido el sector manufacturero. Europa, Estados Unidos, Japón, Corea y China se han desarrollado sobre esta base y siguen teniendo a la industria como una prioridad. Siguen su línea Vietnam, la India y varios otros asiáticos. ¿Y el Perú con este gobierno?
Este año la manufactura no primaria solo ha crecido 1,6 por ciento, algo mínimo. Sobre todo, cuando sabemos que el 2024 este sector industrial produjo 6 por ciento menos que el 2022. Para ponerlo en números, estos son unos 2 mil millones anuales de pérdida de producción e ingresos durante este gobierno. El momento más crítico fue el 2023, cuando esa industria, que concentra el mayor valor agregado y no depende de manera inmediata de recursos naturales primarios, se redujo en 8 por ciento. Luego de eso, no ha habido una real recuperación, apenas avanzamos al ritmo de un caracol golpeado: a esta velocidad solo lograremos volver al nivel de producción del 2022 dentro de cuatro años. Desastroso.
Como la política del cogobierno Dina-Congreso ha agravado la pobreza enormemente, uno de los grandes rubros industriales que es el de alimentos y bebidas destinados al consumo masivo está produciendo este año 8 por ciento menos que el 2022. Varias otras industrias como las del calzado, papel y derivados, químicos, materiales de construcción y productos metálicos están este año a la baja, retrocediendo como el cangrejo. En varios sectores clave, la declinación viene de hace varios años. Anteriormente la exportación de ropa y textiles era nuestro principal rubro de exportación industrial, pero en una década esa capacidad nacional se ha perdido en 25 por ciento. En el procesamiento de minerales la situación no deja de ser paradójica: la minería ha crecido enormemente, pero la industria de refinación de metales ha retrocedido en 17 por ciento respecto a doce años atrás. Hay cantidades de máquinas que están paradas o funcionan mucho menos de lo que pudieran y en datos del BCR los indicadores de la capacidad instalada ociosa señalan que se podría producir 50 por ciento más que lo que se logra ahora.
Este año el sector industrial, en especial las pequeñas empresas, siguen golpeadas por el ingreso de productos chinos y asiáticos a muy bajo precio. Como el mercado estadounidense se les ha cerrado, buscan vender como sea en otras partes, aunque sea debajo del costo porque si no se quedan con los productos almacenados. El puerto de Chancay, que debiera favorecer un avance tecnológico e industrial, ahora sirve de base para que esta competencia sea más dura. Mientras una empresa china se beneficia de fuertes subsidios en su país y consigue financiamiento a 5 por ciento anual, una pequeña empresa en Perú carece de apoyo y si para mejorar y ampliar su negocio consigue un préstamo debe pagar más de 40 por ciento anual. ¿Es acaso posible competir en esas circunstancias?
¿Podría ser distinto? El 2021 logramos que la industria no primaria, que fue brutalmente detenida durante la pandemia, creciera 25 por ciento y llegara a producir 5 por ciento más que el 2019, antes de la pandemia. Con una buena política económica de impulso al mercado interno, la industria se reactiva y crece rápido.
El problema inmediato es que necesitamos un gran esfuerzo de apoyo a la creación de empleos, porque la pobreza en las ciudades es enorme y viene siendo el caldo de cultivo para que la criminalidad atraiga a muchas personas. Un lema prioritario de un buen gobierno en el Perú debiera ser “empleos, empleos, empleos”. Sólo así se podrá reducir la informalidad, asociada a la necesidad de sobrevivencia de las familias, así como las economías ilícitas en donde se van sembrando las bases de nuevas bandas criminales. La industria, junto a los servicios modernos, es un sector clave para el crecimiento, la mejora de la productividad y la generación de puestos de trabajo. Cada puesto de trabajo debiera ser defendido por el gobierno con los dientes y por eso los distintos rubros de la industria deben tener políticas de promoción, facilitándoles financiamiento, conexiones comerciales, acceso a mejores tecnologías y mecanismos de asociatividad y subcontratación que amplíen su escala de operación. Pero ¿alguien se acuerda del nombre de algún ministro de la producción de este gobierno? ¿Quizás alguien recuerde una medida anunciada por el ministro de economía al respecto? Yo no y ando siempre atento a este tema. Tampoco recuerdo ningún proyecto de ley ni ninguna propuesta desde el Congreso, que tiene una comisión de industria que nada ha hecho estos años. Mientras tanto, el Congreso dirigido por el fujimorismo y el acuñismo están empeñados en regalarles 20 mil millones de soles de exoneraciones tributarias a las grandes agroexportadoras, que tienen enormes utilidades y siguen creciendo a toda velocidad sin eso.
A mediano y largo plazo, no hay desarrollo económico posible sin un avance tecnológico sostenido. La Universidad de Harvard publica el “Atlas de la complejidad económica” midiendo cómo avanzan los países hacia productos más elaborados y ahí se puede ver que en los últimos quince años el Perú ha retrocedido en el ranking mundial. En el mundo ya está demostrado que no se avanza en ese sentido con políticas neoliberales como las que han dominado nuestro país por tres décadas, pero tampoco con políticas mercantilistas como quiere imponernos este cogobierno de Dina y Keiko.
Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 738 año 16, del 27/06/2025
https://www.hildebrandtensustrece.com/
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