Cuando una niña se ve forzada a parir hijos, es doblemente violada
En el Perú ostentamos un récord vergonzoso: ser el lugar donde parió la madre más joven del mundo. Su nombre era Lina Medina, y dio a luz a un bebé de 2 kilos y 700 gramos a la edad de 5 años. Esta aberración ocurrió en el año 1939 y fue un hecho tan escandaloso que dio la vuelta al mundo. Lina, una pequeña nacida en Huancavelica, tenía un desorden hormonal que la hizo menstruar desde los dos años. Los registros médicos especifican que, además, tenía vello púbico y un incipiente desarrollo mamario producto de su extraña condición. Pero que una niña menstrúe no es razón suficiente para que se embarace, debe haber además una relación sexual. Al comienzo se creyó que el padre la había violado y después se sospechó que el agresor podía ser uno de sus hermanos; sin embargo, nunca se pudo establecer lo que había sucedido realmente y Lina no obtuvo justicia.
Su hijo, al que llamó Gerardo en agradecimiento al médico que la atendió, nació sano y se crió al lado de su niña madre. Murió ya adulto, de 40 años, producto de una extraña enfermedad a la médula ósea. Revisando documentación sobre el caso, me topo con las fotografías, que son desgarradoras: en una aparece Lina, desnuda, con su cuerpo de niña y su abultado vientre de varios meses de gestación. En otras sale al lado de su hijo; él en un cochecito, ella con su vestidito de niña y lazos en la cabeza. En los rostros de ambos hay confusión, hay desamparo, hay la desolación de saberse observados sin entender muy bien por qué. El caso de Lina fue comentado en todos los círculos científicos de la época y la familia obtuvo las ofertas más extrañas: desde exhibir a la niña madre y al niño hijo en un circo de curiosidades, hasta formar parte de estudios médicos. El entonces gobierno de Óscar R. Benavides prohibió, vía decreto, que los niños fueran exhibidos u observados como fenómenos para protegerlos de un presunto daño moral, y se comprometió a asignarles una pensión que nunca se hizo efectiva.
Con espanto, he escuchado alguna vez a activistas provida citar el caso de Lina como un «milagro», un ejemplo de que «se pueden preservar las dos vidas». Sin embargo, lo que este caso ejemplifica es una situación que nunca debería repetirse. Las niñas no están ni psicológica ni físicamente preparadas para ser madres. Lina tenía un embarazo muy avanzado cuando se le diagnosticó, lo cual impidió un aborto terapéutico en su momento. Pero en cualquier país civilizado, ninguna niña debería ser obligada a pasar por un calvario similar. Hasta hace pocas semanas, cualquier otra menor de 14 años en una situación similar tenía la oportunidad de evitar ser madre siendo niña; hoy, esa oportunidad les ha sido negada por una tira de fanáticos
Aunque el aborto terapéutico sigue siendo legal en Perú, las presiones ejercidas por personas como la congresista Milagros Jáuregui (Renovación Popular) han llevado a la Maternidad de Lima a modificar su guía clínica. Las nuevas reglas eliminan dos causales cruciales para acceder al aborto terapéutico por daño a la salud mental: cuando el embarazo es producto de una violación sexual en niñas y adolescentes, y cuando hay malformaciones congénitas incompatibles con la vida.
Como señala el portal Salud con Lupa, estas causales se habían logrado por consenso entre nueve sociedades médicas, la Sociedad Peruana de Obstetricia y Ginecología y el Colegio Médico. Sin embargo, la presión de Jáuregui y el respaldo de grupos ultraconservadores, que en su «defensa de la vida» están dispuestos a destrozar la existencia de miles de niñas en Perú, pudieron más.
Las cifras son escalofriantes: entre 2020 y junio de 2023, se registraron 167.324 embarazos infantiles y adolescentes en nuestro país, pero solo 475 menores accedieron al aborto terapéutico. Las demás fueron, como Lina, niñas madres cuyas existencias quedarán marcadas para siempre.
https://jugo.pe/una-monstruosidad-a-vista-de-todos/
https://www.leerydifundir.com/2025/07/peru-una-monstruosidad-vista-todos/
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