Irma Del Águila
"El aborto terapéutico tiene una aprobación nacional excepcional: el 74% de peruanos está a favor del aborto terapéutico practicado a niñas violadas"
En julio de 2023, "Mila" (seudónimo), una niña de apenas 11 años, embarazada por su padrastro, presentó una denuncia ante la PNP. La pequeña había sido violada desde los 7 años. Estos durísimos alegatos sirvieron de poco: el 3 de agosto, la junta médica del Hospital Regional de Loreto se negó a practicarle el aborto terapéutico. Increíblemente, se argumentó que la violación que había sufrido "Mila" no estaba contemplado en el protocolo del aborto terapéutico.
Ante la persistente denuncia pública de Promsex y de otras instituciones preocupadas por la suerte de la pequeña "Mila", condenada a llevar adelante un embarazo con riesgo de su propia vida, el Instituto Nacional Materno Perinatal de Perú (INMP) aprobó la interrupción del embarazo. El INMP determinó que la niña enfrentaba "un mal grave o permanente" en su salud física y mental, según comunicación del 12 de agosto.
El caso de "Mila" es de los poquísimos en los que el Estado peruano, presionado por la sociedad civil o por instancias internacionales, interviene a favor de las niñas. En la mayoría de casos, las niñas son forzadas por el Estado peruano. La realidad es de espanto: Ojo Público indica que entre 2012 y 2022, "68 niñas de 10 años o menos fueron forzadas a ser madres en el Perú", según reporta el Sistema de Registro del Certificado de Nacido Vivo en Línea.
Si en el Perú todo acto sexual con niñas y adolescentes de 14 años o menos constituye una violación sexual, el embarazo forzado es de una frecuencia alarmante. Ojo Público también señala que 12.087 niñas entre los 11 y 14 años, víctimas de abuso sexual y embarazadas, "fueron obligadas a parir", entre 2012 y 2022. Sin que el Estado peruano les ofrezca de oficio la posibilidad del aborto terapéutico. Y sin que el Estado se haga cargo del perjuicio moral y personal que impone a las víctimas.
Eso tiene que cambiar. Patricia Correa, ex ministra de educación, puntualiza la necesidad de crear un sistema de reparaciones del Estado peruano. Que el Estado se haya cargo del daño irreparable que origina a tantas niñas.
Pero ¿qué sucede en el Perú que permite por décadas tan inaceptable situación?
Hay muchos elementos que juegan en contra de la vida y la salud de las niñas violadas. Uno de ellos, advierte Patricia Correa, es la acción organizada de agrupaciones extremistas como "Con mis hijos no te metas" que ejercen presión social desde distintos frentes para forzar al Estado a no practicar los abortos terapéuticos.
Se ejerce presión en el interior de los mismos hospitales públicos, donde incluso se han colocado letreros advirtiendo que el aborto es "un delito"; recordemos, el pastor evangélico Julio Rosas denunció a la Defensoría del Pueblo en 2019 por “apología de tentativa de homicidio” solo por el hecho de mostrarse a favor del aborto terapéutico; en los colegios, muchísimas APAFA en todo el país están infiltradas por miembros de esta u otras organizaciones ultraconservadoras que satanizan la educación sexual integral. En fin, su presencia en los medios de comunicación es manifiesta. Se trata pues de una ofensiva conservadora en toda regla.
¿Qué hacer? Primero, afirmar el aborto terapéutico como lo que es, un derecho elemental. Y así lo entiende la mayoría de la gente. Contrariamente a lo que se nos quiere hacer creer, el aborto terapéutico tiene una aprobación nacional excepcional: el 74% de peruanos está a favor del aborto terapéutico practicado a niñas violadas y embarazadas (encuesta Ipsos, 2024).
Más todavía, el 65% de peruanos está a favor de un aborto terapéutico "cuando peligra la salud de la madre" (encuesta IEP, 2023). La cifra se incrementa a 70% entre los jóvenes de 18 a 24 años y 74% entre los entrevistados en Lima ¿Y entonces?, ¿quiénes convierten este asunto de derechos elementales y de salud pública en un tabú social? Los sectores ultraconservadores que han capturado territorios en el aparato estatal y que hoy son aliados estratégicos de este gobierno y del Congreso de la República.
Hoy, es imperativo dar la batalla cultural, como se dice, pero también la batalla política. La oposición democrática debe tener este asunto bien claro: sí, al aborto terapéutico a niñas violadas. Son #niñasnomadres. Amén de ampliar este derecho a mujeres violadas. Es de justicia.
Urge un pronunciamiento de los precandidatos a la presidencia de la República. Desde Vicente Alanoca/ Guillermo Bermejo hasta Rafael Belaúnde, pasando por Alfonso López Chau y otros. No es un asunto menor.
Ya existen consensos mínimos en la oposición: 1. Derogar las leyes procrimen organizado. 2. Justicia para los deudos de los asesinados en las protestas de 2022 y 2023. A este piso mínimo se agrega: 3. Aborto terapéutico para las niñas violadas. De una buena vez.
Fuente: https://larepublica.pe/opinion/2025/10/05/son-ninas-no-madres-aborto-terapeutico-ya-por-irma-del-aguila-hnews-130170
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