23 de abril de 2008

Cuesta abajo

Nelson Manrique

La encuesta de opinión de Ipsos Apoyo publicada ayer por El Comercio confirma que la popularidad del presidente García continúa cayendo. Su respaldo, de setiembre de 2007 a hoy, ha descendido del 44% al 26%. Hoy García tiene un aceptable 33% de apoyo en Lima, 24% en el Norte, 20% en el Centro y unos desconsoladores 14% y 11% en el Sur y el Oriente, respectivamente. La gran mayoría del país desaprueba la gestión presidencial.

Estos resultados deben traer de cabeza al presidente y sus asesores, pues la consistente caída de su respaldo no ha sido contrarrestada ni porque entre el 2004 y hoy quienes piensan que el desempleo y la falta de trabajo son el mayor problema del Perú se han reducido del 60% al 38%, ni porque quienes consideran que los principales problemas son la pobreza y el hambre han retrocedido del 65% al 36%. Hubo una época en que ninguna acusación hacía mella en la popularidad presidencial y entonces se habló del "efecto teflón": nada negativo se le pegaba a Alan García. Hoy estamos frente a una especie de "efecto teflón" negativo; la percepción positiva de los logros económicos del Gobierno no afecta la desconsoladora dirección del respaldo presidencial: cuesta abajo en la rodada.

Los análisis que se han hecho enfatizan el papel de la corrupción (que hoy es vista como el principal problema del país por el 43% de los encuestados), y de la elevación del costo de vida (24% la considera hoy el problema fundamental) como explicación de esta tendencia. Dudo, sin embargo, que la corrupción ayude a entender lo que sucede.

La experiencia de las dos últimas décadas ha fortalecido a nivel popular la convicción de que todo político es ladrón por naturaleza; de allí que el fujimorismo siga teniendo respaldo y que el Apra haya retornado al poder después de la experiencia del gobierno de 1985 a 1990. La corrupción interesa solo como explicación de por qué no se produce el muy mentado "chorreo".

Propongo otra explicación. Los logros económicos se ven irremediablemente inestables cuando el mundo está entrando en una gran recesión y el futuro peligra. Las corporaciones y los grandes empresarios están "blindados" por el entreguismo del Gobierno, y tienen razones para sentirse optimistas. Pero no sucede lo mismo con la mayoría de los peruanos, aunque se envíe a los militares a los barrios pobres para regalar bolsas de alimentos con propaganda presidencial.

Solo el 20% de los encuestados cree que se ayuda a los pobres regalándoles alimentos, mientras que el 81% demanda empleos temporales. O se invierte en mendigos agradecidos o se forjan trabajadores autónomos, es decir ciudadanos independientes. ¿Qué creen que hará el Gobierno?

http://www.peru21.com.pe/comunidad/Columnistas/html/ManriqueIndex.html

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