3 de febrero de 2009

Empieza el circo


Eduardo Adrianzén
Todos los que ya sabemos están salivando cada vez que piensan en las elecciones del 2011, pero en los últimos días aparecieron dos personajes que uno duda si son parte de un sketch cómico cuando hablan de sus aspiraciones o si en verdad les pasa por la cabeza que alguien en su sano juicio pensaría en ellos como opciones presidenciales. Es cierto que el Perú es surrealista, ok… pero hasta en el absurdo habrá límites. ¿O ya no?
1 Pedro Pablo Kuczynski, cuyos méritos son: tocar flauta en los conciertos de Eisha, contar chistes en CADE y habérselas ingeniado para ser ministro de Economía varias veces siendo ciudadano norteamericano. Que alguien aparte de Bayly –que, en fin, es un bufón y su trabajo es hablar sandeces– diga que PPK tiene el “carisma” para ser presidente del país ilustra hasta qué grado de sobonería se puede llegar cuando se cree que el Perú empieza en la calle Dasso de San Isidro y termina en La Planicie.
Lo alucinante es ver cómo empiezan a salirle “hinchas” que “lo siguen animando”, porque sus amigos son los que manejan la plata, los lobbies en comunicaciones y toda la maquinaria yuppie que sigue rezándoles a las AFP y a los cocainómanos que mueven la Bolsa en Nueva York. ¿Apostamos qué diarios y periodistas se subirán al carro de su campaña?

2 Raúl Diez Canseco, cuyo currículum es: ser sobrino de Fernando Belaunde y haber protagonizado un escándalo por tráfico de influencias digno de la mejor telenovela al favorecer a la familia de su novia –hoy su esposa– siendo nada menos que vicepresidente del Perú. Salió llorando y diciendo que amar no es un delito porque hasta Dios amó… pero si algún plebeyo cree que un sujeto así tiene derecho a continuar con una “carrera política”, solo hay dos opciones: o le están pagando o sufre de oligofrenia. Lo mejor: lo hace “por los jóvenes”. No sé si alguien puede creerle, porque yo, por lo menos, no.


No hay comentarios: