28 de noviembre de 2011

Mujeres al borde de un ataque de ellos

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Patricia del Río

Ayer se celebró el día de la no violencia contra la mujer. En el Perú tenemos una línea 100 que atiende el llamado de madres y esposas maltratadas. Hay comisarías especializadas en atender denuncias de maltrato y violaciones. Y, sin embargo, a pesar de que 11 mujeres mueren al mes asesinadas por sus parejas, hay quienes se preguntan: ¿Por qué la mujer golpeada tiene que recibir un trato especial y distinto al del hombre golpeado? La pregunta parte de algunos mitos y prejuicios que justamente empoderan a los abusadores y no ayudan en nada a combatir el problema. Veamos:

Mito 1. A los hombres también los golpean, la violencia es igual para todos. Ni por asomo. El moretón en el ojo y los labios partidos tienen rostro de mujer. Solo en el primer trimestre del 2011 se registraron 15,706 denuncias de violencia. El 90% de los agredidos fueron mujeres.

Mito 2. Ser mujer no tiene nada que ver con la agresión. Falso. Si bien el 45% de los que matan a sus parejas dice que cometió el crimen por celos, lo cierto es que lo que provoca el golpe es el deseo de dominar el alma, cuerpo y pensamientos de las mujeres. Los hombres golpean a las mujeres porque creen que son de su propiedad y buscan cosificarlas. Un día las insultan porque la comida está fría; otro las golpean porque el niño no para de llorar y, finalmente, las matan porque las odian.

Mito 3. El hombre que agrede a su mujer está loco. No. Según datos de Unicef, se calcula que seis de cada 10 mujeres sufren o han sufrido algún tipo de violencia física, psicológica, sexual o todas las anteriores. Obviamente, no podemos decir que hay esa cantidad equivalente de hombres locos (aunque a veces lo parezca), así que el argumento se desbarata solo.

Mito 4. Las mujeres tenemos la culpa por criar hombres machistas. Esto es cruel. Nadie es un esclavo de su educación, y los hombres que maltratan a sus mujeres son adultos que bien podrían hacer un esfuerzo para cambiar patrones equivocados de educación. Además, los golpeadores no le meten un ‘quechi’ a su mamá, quien se supone es la “culpable” de tanta bestialidad, sino a su pobre esposa, que no tuvo nada que ver con su crianza.

Mito 5. Les pegan porque se dejan, porque no se defienden. En realidad, no pueden. Sugerirle a la mujer que le devuelva el golpe al marido es criminal: 30 kilos de diferencia en un puñete en la cara pueden ser mortales, y está claro que los hombres tiene superioridad física. Sin embargo, el mayor problema de las mujeres es la falta de autoestima, que se les ha ido empequeñeciendo después de cada insulto o bofetada. Las mujeres agredidas se enferman, se apagan y se quedan sin fuerzas, como los prisioneros torturados, para pelear por su vida.

Esto no quiere decir que las mujeres seamos víctimas. Qué va. Las mujeres no somos débiles. No somos pobrecitas. Mucho menos idiotas. Pero siempre corremos el riesgo de cruzarnos con hombres que creen que si llegan de mal humor a su casa, la cara de su adorada esposa es un buen lugar para desahogar las frustraciones. ¿Por qué? Porque eso los hace sentir bien, eso los hace sentir poderosos, eso les devuelve la seguridad. Y eso, la verdad, es una mierda que, de una vez por todas, tiene que cambiar.


http://peru21.pe/impresa/noticia/mujeres-al-borde-ataque-ellos/2011-11-26/319312

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