Salvador López Arnal
Parece que una vez más las tesis del marxismo clásico, o no tan clásico, en torno a las relaciones entre el poder político-militar y los grandes empresarios se confirman de nuevo positivamente, una y mil veces. La contrastación de nuevo parece confirmar la sólida conjetura.
Tomo pie en una información que ha sido elaborada por Glenn Greenwald, Ewen MacAskill, Laura Poitras, Spencer Ackerman y Dominic Rushe (L Poitras es una realizadora cinematográfica que colaboró en un intercambio electrónico con Snowden antes de su denuncia pública).
Ya sabíamos pero se ha confirmado lo sabido o sospechado: Microsoft, la empresa del gran “humanista” Bill Gates, mantuvo una estrecha colaboración con las agencias de inteligencia estadounidenses para facilitar la interceptación de mensajes privados de sus usuarios, según documentos de la NSA, de la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU [1], que fueron desvelados el pasado jueves 11 de julio por The Guardian. La nueva información filtrada por el admirable ciudadano, perseguido y cercado por “la gran democracia del mundo”, Edward Snowden revela cómo Microsoft ayudó a la NSA a eludir el sistema de encriptación que protege las conversaciones entre usuarios a través del chat del portal Outlook.com. “Según los documentos, la agencia ya era capaz de acceder previamente a los mensajes de correo electrónico enviados con Outlook -que incluye el servicio de hotmail- antes de que el programa los codifique para su envío seguro.”
(Por cierto, no es ningún chiste: la última campaña de marketing de Microsoft lanzada en abril de 2013 enfatizaba el firme y esencial compromiso de la empresa con la seguridad ciudadana con el eslogan: "Tu privacidad es nuestra prioridad". ¡No pidan cicuta por favor!).
Pero… ¿hay más? Sí, hay más:
Microsot trabajó durante este año junto al FBI y la NSA para facilitar el acceso indiscriminado a la información archivada en la nube a través del servicio SkyDrive (cuenta con cerca de 250 millones de usuarios).
La situación afecta también a Skype, la compañía que Microsoft adquirió en 2011 por cerca de 6.000 millones de euros, que ayudó “a los servicios secretos de Estados Unidos para facilitar su labor al interceptar conversaciones en formato de vídeo y audio”.
Recuérdese que Edward Snowden (que desde el 23 de junio permanece en la zona de tránsito del aeropuerto Sheremétievo de Moscú), aportó documentos que atestiguan la existencia del programa Prism, un programa “que permite a las agencias de inteligencia acceder a la información que millones de usuarios almacenan en los servidores de compañías como Google, Microsoft y Facebook”.
Por supuesto: las empresas que aparecieron en estos documentos negaron que sus programas contengan puertas traseras para facilitar el acceso a la información privada de sus servidores.
Pero mintieron, todo el mundo sabe, todos sabemos que mintieron. Es una norma de obligado cumplimiento en sus alrededores.
De hecho, Microsoft aportó soluciones técnicas a los servicios secretos para permitir el acceso directo a las conversaciones encriptadas en Outlook.com [2]. La corporación, comandada actualmente por Steve Ballmer, trabajó "durante muchos meses" con los servicios secretos, como y había hecho en tiempos de Gates, “para otorgar al programa Prism acceso a SkyDrive sin autorización previa. La capacidad de acceso "significa que los analistas ya no tendrán que hacer una petición especial al SSO (un departamento de la NSA) para ello", se afirma en el documento.
En un comunicado dirigido a The Guardian, Microsoft ha señalado que se toma su "compromiso con los clientes y el cumplimiento de la ley de un modo muy serio" y que, por ello, sólo entrega información privada de los usuarios "en respuesta a procesos legales". ¡Como el hormigón! Cuando actualizan productos, afirman, sólo en algunas circunstancias, “hay obligaciones legales que requieren que mantengamos la posibilidad de ofrecer información para cumplir la ley o en respuesta a peticiones por seguridad nacional". ¡Nos sabemos todos los cuentos!
Se afirma que las últimas revelaciones sobre el modus operandi de la NSA ponen de manifiesto las tensiones entre las grandes empresas tecnológicas y la Administración Obama. “Los gigantes de Internet están presionando al Gobierno para permitirles hacer público de una manera más completa el alcance de su cooperación con la NSA para calmar a sus clientes” [3]. Teatro, puro teatro de sombras para entretener al personal y aparentar lavar su sucia cara (“Tensiones” equivale aquí a colaboraciones).
Recordemos también que desde que se hizo pública la existencia del plan masivo de espionaje, tanto Microsoft como el resto de compañías vinculadas en los informes filtrados por Snowden, han negado tener conocimiento del programa de vigilancia y han insistido en que las agencias de espionaje no tienen acceso a sus sistemas. ¡Vale! En la misma línea se han manifestado los portavoces de Skype, compañía que afirma estar "comprometida con el respeto a la privacidad y confidencialidad de los datos personales, la información sobre la navegación y el contenido de las comunicaciones" de sus clientes, de todos sus clientes. Mentiras sobre mentiras: comunicaciones internas de la NSA a las que ha tenido acceso The Guardian “sugieren que la cooperación entre el Gobierno y las empresas es profunda y se mantiene vigente”.
No hace falta seguir: el capitalismo tecnológico no es un humanismo pacifista y rebelde. Las TIC no son la nueva salvación de alma humana.
Siendo la situación la que es, la que de hecho todos sospechábamos o sabíamos: ¿por qué seguimos educando a nuestros jóvenes con aplicaciones varias y sistemas operativos made in Microsoft cuando existen alternativas claras, eficaces y funcionales en el ámbito del software privado? ¿Por qué y de dónde los contratos entre las Administraciones del Estado (incluida, por ejemplo, la Generalitat de Catalunya), y Microsoft? ¿Qué sentido tiene la actual dependencia con la multinacional que colabora con los servicios secretos y no tan secretos usamericanos? ¿Seguimos a los pies del Imperio y sus brazos tecnológicos? ¿Avanzar socialmente no significa hoy alejarse de ese nido de víboras y de serpientes insaciables y serviles al servicio de las aristas más belicistas del Imperio ecosuicida? ¿Vamos a seguir usando, por ejemplo, los productos de Apple? ¿Vamos a seguir usando los utensilios de una de las mayores empresas desalmadas del planeta, serviles hasta el vómito con los lados más oscuros del poder y sus secuaces?
“El capitalismo y la “humanidad” son un oxímoron”. “El capitalismo siempre anda en “tiempos difíciles”. “El capitalismo es el desvarío por excelencia”: son lemas del gran ecologista cooperativista Paco Puche. ¿Tendrá razón el amigo Paco? ¿De verdad que exagera?
Notas:
[1] http://www.publico.es/
[2] Así parece desprenderse de un documento (fechado el 26 de diciembre de 2012) que The Guardian atribuye a una comunicación interna de la NSA: "MS (Microsoft), trabajando con el FBI, desarrollada la capacidad de vigilancia para hacer frente (al problema)". "Las soluciones fueron probadas con éxito y entraron en funcionamiento el 12 de diciembre de 2012".
[3] http://internacional.elpais.
* Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona; director Jordi Mir Garcia)
Se publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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