Amaru Barahona
Simón Kuznets en su trabajo “Crecimiento Económico y Desigualdad del
Ingreso” (1955), sostiene la tesis de que en el modo de producción
capitalista se impone como regularidad una tendencia: en la medida en
que aumenta el crecimiento económico tiende a disminuir la desigualdad
en la distribución del ingreso. Por ende, en los estadios avanzados del
capitalismo industrializado tenderá a imponerse la equidad en la
distribución del ingreso.
Los ideólogos del FMI y del Banco mundial tradujeron la tesis de Kuznets
formulando la llamada “teoría del goteo”. El crecimiento económico y la
concentración del ingreso provocan filtraciones que mediante un goteo
sistemático va inundando el conjunto de la sociedad que a la postre
conlleva al bienestar de todos sus miembros. De ahí que en política
económica lo importante es preocuparse por el crecimiento y no por la
distribución.
A partir de la segunda mitad de los 70 y comienzos de los 80, la “teoría
del goteo” inauguró y publicitó la instauración del modelo neoliberal
de política económica, y acompañó la promoción de su ulterior expansión
brutal por el mundo.
El reciente libro de Thomas Piketty “El capital en el siglo XXI” (2013,
edición en francés y 2014, edición en inglés), demuestra con un
deslumbrante arsenal estadístico la falsedad de la tesis de Kuznets y
sus secuaces de la “teoría del goteo”. La cualidad esencial de la obra
de Piketty es su colosal construcción empírica: series estadísticas de
variables relacionadas con la distribución del ingreso y la riqueza que
se extienden desde el siglo XVIII hasta el siglo XXI, y abarcan los 20
países de capitalismo más avanzado, incluyendo dentro de la lista
algunos “emergentes”. Esta indagación constituye una base de datos
autónoma dentro de la obra, el WTID (World Top Income Database), que se
puede obtener gratuitamente en la Web.
Los datos de Piketty ponen en evidencia que durante el período del
implante neoliberal (de la segunda mitad de los 70 hasta hoy), en el
Centro capitalista no se produjo nada parecido al famoso “goteo”. Todo
lo contrario. Se ha impulsado un proceso de concentración del ingreso y
del capital, y de inequidad social, semejante al que se dio a finales
del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Y se observa una severa
involución con respecto a los logros en cuanto a la disminución de las
desigualdades, que habían alcanzado los países centrales en el período
de posguerra, en la llamada fase del “capitalismo dorado” o “glorioso”
en USA y Europa (1945–1975).
Algunos ejemplos.
*) En USA, de los años 50 a 1970, el decil más rico obtenía entre el
30–35% del ingreso nacional; a partir de 1980 se produce una rápida
concentración del ingreso, y a la altura del año 2000 este decil más
rico concentraba cerca del 50% del ingreso nacional. Una tendencia
semejante se manifiesta en los países europeos y Japón.
*) La tendencia a la concentración del capital es más intensa que la del
ingreso. En USA, a la altura del 2010–2011, el 10% más rico de la
población era propietario del 72% de la riqueza nacional, mientras el
50% de “los de abajo” controlaba apenas el 2% de esta riqueza. En
Francia, por los mismos años, el 10% más rico dominaba el 62% de la
riqueza, mientras el 50% más pobre apenas el 4%. Una distribución
semejante de la riqueza se observa en la mayoría de países europeos.
Mientras, las estadísticas de Piketty muestran con elocuencia como
crecen aceleradamente las desigualdades y la concentración de la riqueza
en el capitalismo central; por estos lares, en la periferia, los
devotos del fundamentalismo neoliberal siguen repitiendo, desde sus
púlpitos, la consigna perversa: “lo importante es el crecimiento y la
equidad nos llega como añadidura”.
Se publica
este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative
Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario