12 de junio de 2015

Foro Mundial de Educación: ¿Cambio de timón?


Teresa Tovar Samanez

La Declaración del Foro Mundial de Educación (Incheon 2015) significa al menos tres orientaciones clave que difieren del sentido de la agenda que se viene implementando en el Perú y otros países. Las “reformas educativas” actuales no han sido ajenas a las prioridades sugeridas por el Banco Mundial y organismos multilaterales, vía sistemas de condicionalidad de los préstamos. Hoy pareciera que estamos ante un giro, donde las NNUU retoman un liderazgo indispensable:

1. Incheon recupera y afirma una visión humanista y transformadora de la educación. La concibe como un derecho humano fundamental, inseparable de los demás derechos, en lugar de entenderla como adiestramiento de capital humano para la productividad y la competitividad. En consecuencia, la noción de calidad va más allá del aprendizaje de habilidades básicas de alfabetización y aritmética, e incluso de comprensión y análisis; para incorporar el desarrollo de capacidades, valores y actitudes que permitan alcanzar una vida sana y digna, responder creativamente a los desafíos locales y contribuir a transformaciones consistentes con el desarrollo sostenible.

2. Los países se comprometen a asegurar al menos 12 años de educación financiada con fondos públicos, incluidos los 9 años de libre educación obligatoria, a la par que se acuerda destinar a la educación el 6% del PIB y/o20% del gasto público total. Simultáneamente se declara la inclusión y la equidad como piedras angulares, priorizando a la población más desfavorecida. Los países se comprometen a hacer frente a toda exclusión, disparidad y desigualdad en el acceso, la participación y los resultados educativos.

Esto entra en tensión con la tendencia a la precarización de la educación pública, el subsidio estatal a la educación privada, la mercantilización de servicios educativos y la marginación de la atención a personas con discapacidad, personas jóvenes y adultas y poblaciones originarias. Las políticas del Banco M. desde los 90 propusieron la reducción de los años de educación pública gratuita, sistemas de escuelas privadas con financiamiento estatal, incentivos a la competitividad entre escuelas mediante mecanismos de asignación de mercado como el cheque escolar; escuelas privadas de bajo costo (África) y rankings de rendimiento por escuelas y países. Todo ello operó en desmedro del ensanchamiento de oportunidades para los sectores que tienen desventajas.

3. En contraste con la visión que responsabiliza a los docentes de todos los males de la educación, a la vez que precariza sus salarios y condición; en Incheon se afirma que la responsabilidad fundamental de las políticas educativas recae en los gobiernos y propone que los docentes sean empoderados, motivados, profesionalmente calificados, adecuadamente contratados y apoyados con recursos y sistemas eficientes. La rendición de cuentas debe ser transparente, con gobernanza participativa y sistemas integrales comprensivos de evaluación nacional.

Toca ahora modificar las políticas.

No hay comentarios: