Gabriela Wiener
El intento de acoso y derribo de la candidata del Frente Amplio acabó en patinazo. Mendoza dio muestras de integridad y temple para sortear los dardos de papelitos ensalivados de los sicarios de Latina-Pantel. Por ejemplo, Verónika explicaba con claridad cómo en el Perú, con sus ricos yacimientos de gas, solo el tres por ciento de las familias tiene conexión a gas en sus casas, a diferencia de Colombia, donde el 70 por ciento lo disfruta. En suma, Verónika estaba hablando de esa idea de país que nos gobierna: la que vende sus recursos y se los niega a su gente, y de cómo renegociar los contratos de explotación de Camisea, cuando Mónica Delta cómo no, la ha interrumpido para hablar de cosas verdaderamente importantes: ¡Los bonos de la Reforma Agraria!
¿Por qué interrumpir, acallar, atropellar las respuestas de Mendoza, por qué cambiar de tema? ¿De qué no quieren que hable? Verónika iba a hablar de los pequeños empresarios y agricultores, de los muertos que costó imponer la minería a sangre y fuego, cuando se lo han advertido con descaro: no te hemos traído a hablar de las necesidades de la gente y esas zonceras, sino de la gran inversión, de los millones de la minería, que es lo que nos importa, nos vas a hacer perder plata. Entonces Vero decía, ya pues, hablemos, hablemos claro de las exoneraciones de multas millonarias por contaminación ambiental y de cómo se ha perdonado el impuesto a la renta a las mineras, de todo lo que podría hacerse con ese dinero, de los peligros del TTP... ¡Corte! Vamos a un tema urgente: Patria Roja y el MRTA. ¿La consulta previa, los pueblos indígenas y las lagunas manchadas de petróleo?
¿Qué es eso? Hablemos de Fidel Castro.
Por eso le temen. Verónika es el cuco porque ellos querían que hablara en francés y contestó en quechua. Esa es la respuesta que muchos no quieren oír. En tanto, Keiko hace un cóctel en el que recauda más de 700 mil soles de la nada y a nadie le asusta.
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