César Hildebrandt
"Nos gobierna un congreso de reclusos futuros que amparan a una dama sin ninguna reputación que honrar"
El congreso del hampa finge que exige respuestas al presidente de la PCM.
El presidente de la PCM simula que tiene un plan de gobierno y se lanza con 32 páginas de palabreo: “El Gabinete que presido declara, con determinación y sin ambigüedades, una lucha frontal contra la delincuencia y la criminalidad”. Mientras, en la ciudad gótica que preside un cerdo amante de los trenes viejos, los buses siguen siendo abaleados y las extorsiones prosperan y los cadáveres atestan la morgue que no tiene tantos frigoríficos como debiera.
Los congresistas que obedecen a los mineros ilegales, a los criminales que exigieron el fin de la ley de extinción de dominio, a los responsables de crímenes de lesa humanidad, a los delincuentes que saltaron de alegría cuando se exigió que en los allanamientos estuvieran sus abogados con sus otrosíes, los congresistas, en fin, del hampa, fingen, por su parte, plantear preguntas incómodas, interrogantes que van al fondo de los asuntos y que suponen críticas al gobierno que, sin embargo, amparan.
Todo es una farsa. Al final, Keiko Fujimori decide que el gabinete se consagre y que Arana Ysa, su hombre, presida confianzudamente una PCM plagada de aduladores y canallas. La sigue en esa decisión César Acuña, el inventor de un método académico que lo hizo millonario: crear universidades a la altura de su inteligencia fronteriza y llenar el país de profesionales bajo sospecha.
¿Cómo llegamos a esto?
Esta es la obra maestra del fracaso de la democracia peruana. Y esta es la consecuencia de décadas de destrucción institucional, corrupción de la política y agonía de la inteligencia. Años de fujimorismo a la vena nos han convertido en este espectro de país.
El resumen es sencillo: nos gobierna un congreso de reclusos futuros que amparan a una dama sin ninguna reputación que honrar.
Y nos quedamos tranquilos. Nos resignamos, como siempre. Obedecemos. Agachamos la cabeza. Acatamos el mandato de nuestra debilidad. Como cuando tuvieron que venir del extranjero para sacarnos del confort colonial en el que dudábamos.
La señora que va a Palacio a simular que preside este país deshecho está allí porque la gente votó por los congresistas que organizaron, tras la caída suicida de Pedro Castillo, este gobierno ilegítimo. Está allí porque la prensa, en general, aceptó esta anomalía. Está allí porque los líderes empresariales se sumaron a este sainete ensangrentado. Está allí porque los dirigentes sindicales volvieron a esconderse detrás de la niebla que les impuso, hace más de tres décadas, el fujimorismo. Está allí porque la izquierda dejó de ser una opción y porque la derecha, en su voracidad camaleónica, no le hace ascos a nada.
Y seguirá allí hasta que Keiko Fujimori y César Acuña lo decidan (consultando con Pepe Luna, los niños de AP, los ácaros de Somos Perú, los Tudela de Avanza País, la caballería de Renovación Popular, los marxistas de quincena de Perú Libre y la viruta del Bloque Magisterial).
Ese es el país en el que estamos. Ese es el lugar de la mancha donde inclinamos la cabeza y simulamos que somos casi ejemplares. Y donde decimos que la economía va bien a pesar de que el 70% de sus actividades se hacen en negro, que la pobreza llega al 27% en zonas urbanas y sobrepasa el 40% en regiones del campo y que hay un millón y medio de peruanos que abiertamente padecen hambre cotidiana.
Dina Boluarte debería ser vacada no sólo porque es una persona moralmente horrible y políticamente desastrosa sino porque es un pasivo demasiado pesado en un país que está al borde de una crisis económica surgida del desorden fiscal y del anarco-raterismo de la coalición gobernante. Dejarla en Palacio es garantizarle muchas más dificultades al próximo gobierno y sembrar la semilla de un resentimiento social añadido que polarizará aún más a un país ya desgarrado. Sacarla sería un gesto de higiene y previsión. Sería una muestra de que estamos vivos, que segregamos anticuerpos, que luchamos y aspiramos a la sanidad.
Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 737 año 16, del 13/06/2025
https://www.hildebrandtensustrece.com/
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