César Hildebrandt
"Quienes se negaron a ese nuevo trato se tropezaron con un incendio inexplicable, un desahucio con quebrantamientos, un apaleamiento preventivo o un abogado de terno azul citando algún parágrafo"
Propongo a Jhon (sic) Pulpo como candidato presidencial. Creo que tiene todos los méritos para ser el jefe de un Estado que ha hecho del Congreso un vertedero, del Ejecutivo una casa de citas, del Tribunal Constitucional un colon descendente, de la Defensoría del Pueblo una impostura, de la Junta Nacional de Justicia una mafia aprofujimorista y de Patricia Benavides, alias Vane, la protodelincuente con más altas aspiraciones en estos años de necrosis constitucional.
Jhon (sic) Pulpo es de abolengo. Pertenece a una familia que tiene dos generaciones dedicadas a los emprendimientos fuera de la ley y a la que la policía adjudica un número enorme, aunque todavía impreciso, de asesinatos. Su padre, que se hacía llamar anglófilamente “Father”, fundó una organización que al principio se ciñó al ámbito familiar pero que, dadas las extensas responsabilidades adquiridas, fue sumando miembros, colaboradores armados y abogados listos para desenfundar sus recursos y apelaciones.
“Father” Cruz creó su empresa de múltiples fines en el distrito de El Porvenir, Trujillo. En los inicios de las operaciones, sus accionistas principales fueron sus hijos: Jhon, Milton y Miller Cruz Arce. La expansión de las actividades llevó a que “Father” Cruz escogiera el nombre de “Los Pulpos” como la marca de la organización. Y el abanico de tareas que “Los Pulpos” cumplían era amplio.
Empezaron ocupando terrenos que el Estado tenía abandonados, lotizándolos, vendiéndolos y castigando severamente a quienes no cumplían con pagar las cuotas mensuales. A “Father” Cruz se le ocurrió después que las ventas no debían cumplirse jamás y las transformó en alquileres perpetuos, aunque tuvo a bien, en un rasgo de amplitud financiera, rebajar los montos que se abonaban cada mes. Quienes se negaron a ese nuevo trato se tropezaron con un incendio inexplicable, un desahucio con quebrantamientos, un apaleamiento preventivo o un abogado de terno azul citando algún parágrafo. Era la mano dura que tantos reclamaban.
“Los Pulpos” crecían y estiraban su agenda. En un momento dado se dieron cuenta de que la blandura policial y las necesidades del mercado les permitían dedicarse limpiamente al comercio de las drogas. Entonces se hicieron expendedores de cocaína, para los que podían, y de pasta básica, para los que apenas podían. Eso los hizo más ricos y poderosos. Y aún más temibles si se considera que en ningún momento dejaron de prestar el servicio fulminante del sicariato.
Según el diario “El Comercio”, la cartera de tareas los inclinó a asociarse eventualmente con otra organización empresarial dedicada al delito: “Los plataneros de El Milagro”. Pero sea porque “Father” Cruz aspiraba a otras cosas o porque el nombre de ese socio le sonaba vulgar, esa alianza empresarial duró poco. Descubrieron en ese entonces una variante elegantísima de la acumulación de activos inmobiliarios: la usurpación agravada. Detectaban la casa apropiada, los ocupantes propicios, los papeles borrosos y un día, previo registro público en la entidad pertinente, perpetraban su desalojo. El resto era una cuestión de apelaciones, pericias y conversaciones con los cuellos sucios de cualquier puerto. Fueron los profetas de Orellana.
En un episodio de errática ofuscación, Jhon (sic) Pulpo mató a su expareja, Marilyn Teresa Angulo, y a Benjamín Salinas Ferrel, a quien consideraba su enemigo jurado. Por eso fue condenado a 25 años de cárcel en el año 2008. Sin embargo, acaba de salir del encierro después de que funcionarios del INPE, debidamente alentados por el ideal libertario, le permitieran el 2x1, con lo que Jhon (sic) Pulpo se ha ahorrado ocho años de prisión.
Eso no significa que haya estado alejado de sus empresas. La policía especializada sabe que, a pesar de los muros de Challapalca, Jhon (sic) Pulpo no ha dejado de acometer diversas iniciativas comerciales. Además, el grupo “Los Pulpos” ha resistido a la competencia y a los acosos fiscales. Su sobrino Jhonsson (sic) Pulpo, hijo de su hermano Miller, continúa en libertad a pesar de la recompensa de medio millón de soles que se ofrece por su paradero. Miller, como se sabe, cosió a balazos al suboficial de la policía Mervin Colchado Pinto.
Como se ve, Jhon (sic) Pulpo tiene todos los merecimientos para postular a la presidencia de mi amado e incomprendido país. Fernando Rospigliosi podría ser su primer presidente de la PCM.
Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 742 año 16, del 18/07/2025
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