Ronald Gamarra
"La infamia se aprobó en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales por una mayoría de 11 votos"
El asalto del pacto corrupto para controlar el Ministerio Público no da tregua. El mes pasado lo intentaron con descaro a través de la JNJ, mediante un ardid, pero fracasaron después de tres semanas de brutal presión. La legítima Fiscal de la Nación permaneció en su puesto, mientras la destituida Patricia Benavides se quedó deshojando margaritas. Pero solo por el momento, porque sus designios se tienen que cumplir sí o sí; de lo contrario, no serían la mafia conjurada que son.
Esta vez, la diferencia es que interviene directamente el Congreso, sede del pacto corrupto por excelencia, que pretendió conseguir sus objetivos sin mostrarse abiertamente ante la opinión pública. Pero ante el fracaso de sus operadores de la JNJ, y en especial del torpe presidente de este organismo, los congresistas que articulan el pacto corrupto se ven obligados a dar la cara, a figurar, y se encargan de llevar adelante el objetivo de descabezar el Ministerio Público y apoderarse de él, llenándolo con su gente obsecuente y servil.
Y es que lo que está en juego para esa costra es muy importante. Les va la vida en ello. Se trata de “arreglar” de una vez por todas sus problemas judiciales, sus asuntos penales. Deben cerrar cuanto antes los cientos de investigaciones que tienen abiertas en el Ministerio Público por casos de corrupción de la más variada especie, y otros delitos peores, que llegan al homicidio y la violación sexual.
Son más de 60 los congresistas con indagaciones en curso en el Ministerio Público y el número de expedientes en giro contra ellos se acerca a mil. Pero además están los casos penales de sus líderes partidarios, de sus amigotes y testaferros, de sus cómplices y sobre todo las causas de sus clientes y financistas, los intereses nada santos de las mafias y negocios ilegales que se han apoderado del país.
Para resolver los problemas judiciales de toda esa tropa de impresentables, los integrantes del pacto corrupto necesitan ya de manera impostergable intervenir cuanto antes el Ministerio Público. Y el modo en que han decidido hacerlo es mediante la destitución de sus máximos representantes –la Fiscal de la Nación y la Junta de Fiscales Supremos– para reemplazarlos por alguien en quien confían plenamente: Patricia Benavides.
La Vane ha dado mil pruebas de su entera disposición a jugar el rol que Blanca Nélida Colán cumplió en la dictadura de Fujimori y Montesinos en los años 90. Lo ha demostrado desde que asumió el cargo y hasta el momento mismo en que fue destituida y aún con más ahínco, después. Su vínculo con el partido aprista facilita y garantiza su utilidad para el pacto corrupto. Lo que otros no están dispuestos a hacer, lo hará ella.
Por eso, esta semana, el pacto corrupto impuso en el Congreso el informe que aprueba la acusación que les permita destituir a la Fiscal de la Nación. La acusación fue presentada por Renovación Popular, el partido de López Aliaga, que ahora aspira a la presidencia de la república y esta semana trató de impresionar con unos trenes que en Estados Unidos habían sido dados de baja como desecho por ser contaminantes y tener casi medio siglo de uso.
La infamia se aprobó en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales por una mayoría de 11 votos, emitidos por representantes de Fuerza Popular, Acción Popular, Renovación Popular, Perú Libre, Podemos Perú, Honor y Democracia, Bloque Magisterial y Alianza para el Progreso. Todos los partidos de los malevos y chorizos, en pleno.
La presidenta de la subcomisión, María Acuña, tiene sus propias perlas. Es integrante de Alianza para el Progreso y hermana de César Acuña, líder de esa facción, ampliamente conocido por el alias de Plata Como Cancha gracias a sus negocios en el sector educativo mediante universidades basura, la primera de las cuales es la César Vallejo.
María Acuña, solo en el último mes, protagonizó dos sucesos vergonzosos. Primero, se alegó que sus tesis de maestría y doctorado, conseguidos en la universidad propiedad de su hermano, habían desaparecido a causa de una inundación. Cuando finalmente un periodista pudo hallar copias en otro archivo, resultó que ambas tesis estaban llenas de plagios de principio a fin. Días antes, el alcalde del distrito de Surco la había denunciado por usurpar 120 metros cuadrados de un parque público para anexarlos a su propiedad. Esta es la presidenta de la subcomisión que ha aprobado esta misma semana la acusación constitucional contra la Fiscal de la Nación.
Pero no es lo único. La misma Subcomisión de Acusaciones Constitucionales aprobó otra contra todo el pleno de la Junta de Fiscales Supremos, con la intención de destituir a cuatro de sus integrantes: Delia Espinoza, Pablo Sánchez, Zoraida Ávalos y Juan Villena. ¿El motivo? No haber acatado la orden de la JNJ para restituir como Fiscal de la Nación a su protegida. La acusación también fue presentada por el partido de López Aliaga, aunque el operador decisivo siempre es el fujimorismo.
No hace falta recordar que la “orden” de la JNJ estaba plagada de vicios, empezando por haber sido muy mal notificada. La Junta de Fiscales Supremos se limitó a pedir a la JNJ el texto completo de la resolución y el acta respectiva, puesto que el papel que le llegó se limitaba a un breve escrito firmado únicamente por su presidente. Tremenda irregularidad para una situación que exigía unanimidad de firmantes de todos los integrantes de la JNJ. Ahora todos sabemos que no existía tal unanimidad y que ni siquiera hubo sesión regular, como lo demuestra el hecho de que se demoraran tres semanas para, por fin, exhibir la supuesta acta de la reunión, un documento escuálido de dos carillas, sin reseña de ningún debate ni fundamento.
El mundo al revés. Los que deberían ser destituidos por sus irregularidades funcionales y penales son los integrantes de la JNJ, empezando por su presidente. Pero el Congreso, que tiene bien claro su objetivo de conseguir la impunidad del pacto corrupto, enfila contra la dirección del Ministerio Público. La ciudadanía no debe bajar la guardia y debe responder desde ya a esta nueva intentona que tiene el propósito de ser definitiva.
Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 742 año 16, del 18/07/2025
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