6 de mayo de 2014

Esto no es sobre Nadine


Verónica Ferrari

Salirse de las estructuras que se han construido sobre nuestro sexo/género es subversivo porque rompe sentidos comunes fuertemente enraizados e interiorizados desde que nacemos hasta que morimos. A partir de ello, y desde la forma en que construyen a las mujeres, para ocupar una posición de actriz secundaria en la mayoría de situaciones de la vida, las mujeres “fuertes” son temidas, pero, ¿qué es una mujer fuerte para el peruano promedio? Una mujer que se acerque a los estándares de la política masculina con la que hemos crecido. Una mujer fuerte será esta persona que ha adoptado características “masculinas” como la voz fuerte, autoritaria, sin cortapisas, asexualizada, dura. Por ello generan tanto arraigo mujeres como María Luisa Cuculiza o Lourdes Alcorta, quienes encajan perfectamente en estas características, o mujeres cercanas a esta definición, pero que trabajan mucho más su imagen, como Keiko Fujimori o Lourdes Flores, ambas líderes de partidos autoritarios y conservadores. Para el peruano promedio, acostumbrado a que solo los hombres tengan el poder, la mujer “fuerte” que respetará es aquella que se acerque más a los patrones de los que “hacen” la política.

Por ello, el caso de Nadine es paradigmático. No es una mujer “sola” (asexual), no es dura ni autoritaria, es más, tiene una gran sonrisa y es una excelente comunicadora, es madre (lo que para muchos es un plus, la hace más “mujer”), no le interesa aparecer detrás del presidente, ella quiere estar a su lado y en los momentos más importantes, es una política nata que está desarrollando sus capacidades de liderazgo y metiéndose en lugares a donde casi ninguna mujer había accedido nunca. Cómo no va a ser una amenaza una mujer así, una mujer que tiene poder y lo usa, es un peligro para muchos, sobre todo para los que detentan el poder desde siempre. Y desde lejos, comparada con las otras terroríficas posibilidades (fujimorismo o PPC), es la que más oportunidades tendría de ocupar la presidencia próximamente.

Como dice el título, esto no es sobre Nadine, es sobre política, y sobre las formas en las que se construye y afianza el poder. Quienes siempre lo han tenido son incapaces de ver o de admitir que el poder fluye y ya no solamente se constituye desde determinadas instituciones o identidades hegemónicas, sino que también puede darse desde identidades marginalizadas que siempre han tenido un lugar secundario y que no van a seguir aceptando ese papel. Quienes siempre han tenido poder generarán anticuerpos y resistencia ante esta posibilidad. En una sociedad machista, homofóbica, estamental y racista, todos los que ocupan el espacio de la marginalidad y desde allí hablan y generan discursos y acciones que rompen con el sentido común para generar transformaciones, serán fuertemente repelidos por las fuerzas del statu quo, cada vez más sutiles pero igual de operantes.

En diversas oportunidades nos han dicho, nos han hecho entender o nos han querido hacer creer que no podemos hacer determinadas actividades por ser mujeres, y es completamente evidente que existe una importante brecha de desigualdad, en salarios, en salud, en educación, en trabajo, en derechos fundamentales, que hacen que las mujeres seamos más vulnerables y que tengamos menos oportunidades de cumplir nuestras metas o forjarnos un buen futuro. Y el mercado, ciego a las contradicciones del sistema, solo profundiza estas desigualdades.

Nuestras experiencias de vida nos manifiestan que cuando una mujer ha llegado a un cargo importante o a liderar procesos o movimientos sociales, ha tenido que enfrentar fuerzas reales que la trataban de detener y ha sobrevivido y conseguido avanzar. Nadine quizás no sea todo lo que promete, pero no es ni esta mujer dura que hace política como los hombres, ni es un objeto decorativo en su papel de primera dama. Y eso, para las niñas peruanas, que se enfrentarán a todas estas resistencias, es un referente, y necesitamos más. Necesitamos más referentes de mujeres feministas, lesbianas, afros, indígenas, con discapacidad, de izquierda (porque de derecha sobran) que hagan política, que la humanicen y que rompan estas estructuras de opresión que los que tienen el poder quieren seguir manteniendo.


http://diario16.pe/columnista/37/veronica-ferrari/3289/esto-no-es-sobre-nadine

1 comentario:

Unknown dijo...

Una pregunta, para mi mayor conocimiento: ¿además de los comentarios indiscretos y tomando atribuciones de estadista...la esposa del Presidente ha hecho algo que la haga parecerse -de lejos- a una estadista? Yo recuerdo que hizo algo muy "maternal": secuestró a unos niños ashaninkas a los cuales mostró a la prensa como si hubieran sido secuestrados por Sendero...y sólo sucedió que se los arrancaron de los brazos a sus madres nativas. ¿Esto es una mujer "fuerte"?