17 de junio de 2025

Perú: Dina, el feminismo te repudia

Rocío Silva Santisteban

"Fue su genuflexión ante el poder del fujimorismo que la puso en ese puesto para deshacer la democracia desde adentro"

Hoy el feminismo en el Perú no está solo en las ONG de Lima. El corazón y las venas que palpitan en diversas regiones de nuestro país con movilizaciones en Cusco, Huamanga, Moyobamba o monitoreos de feminicidios en Tacna y batucadas en Arequipa y Huancavelica son quienes le dan su oxígeno y sangre al feminismo peruano. Jóvenes quechuahablantes que activan en Wayra Warmikuna (Apurímac), o poetas que toman las calles como La Nueva Equitativa, en Cusco –claro homenaje a Clorinda Matto de Turner– o el Colectivo Trenzar en Lima, con la apuesta de una casa abierta, entretejen una nueva cara, poderosa, verde, joven y diversa, que ha cambiado radicalmente al feminismo peruano y a sus instituciones.

Desde esos nuevos aires, las colectivas, espacios fundacionales y feminismos diversos han cuestionado de arranque la presidencia de Dina Boluarte. Exacto: ese mismo 7 de diciembre de 2022 en que la vicepresidenta de Pedro Castillo decidió traicionarlo (“si a mi presidente lo vacan, me voy con él”) y entornillarse en el sillón presidencial hasta el 2026, las acciones de cuestionamiento al comportamiento de Boluarte han ido creciendo en rechazo y repudio.

“Ninguna mujer con Dina” ha sido una de las consignas en calles, polos y banners, junto con la repetida en calles del sur andino: “Esta democracia ya no es democracia”.  El asesinato de 49 compatriotas por marchar y defender su voto –especialmente la tremenda masacre de Juliaca, 18 muertes en una sola tarde– inflamaron la indignación de muchas mujeres del sur andino que, como Edith Ramos, cantautora puneña, entonó a capella una canción que minutos antes había compuesto: “Que cante el pueblo su dolor/ Deja que lloren a sus muertos/ Deja que griten su indignación //Qué buscas con acallarlo/ qué buscas con desangrarlo/ qué buscas con desunirlo…” y estaba dirigida a DinAsesina, así como el muñecón quemado un año después en la plaza de armas de Juliaca.

No es cierto, por lo tanto, que el feminismo se haya quedado callado ante la incompetencia, mendacidad, frivolidad y autoritarismo de una presidenta que, en lugar de representar a las mujeres, está desarmando al Ministerio de la Mujer en coordinación con los sectores ultraconservadores, para traerse abajo las políticas de igualdad y de asistencia a la violencia de género que tantos años nos ha costado de lucha. No solo eso, además se ha victimizado en un intento de exculpar sus responsabilidades y echársela a los medios por “acoso político”. Esa instrumentalización de los derechos de las mujeres es perversa. Y no olvidemos que Boluarte se plegó a la canonización del corrupto exdictador cuando falleció decretando tres días de pompas fúnebres: fue su genuflexión ante el poder del fujimorismo que la puso en ese puesto para deshacer la democracia desde adentro. 

Contra esta posición han escrito en los diarios múltiples voces feministas –Irma del Águila, Cecilia Méndez, ­Indira Huilca, Mirtha Vásquez– e institucionalmente Manuela Ramos en febrero de 2023 señaló que Boluarte “no es la primera presidenta sino la primera dictadora”. El 13 de octubre de 2023 se realizó en Chaclacayo el Encuentro Feminismos Diversos por el Buen Vivir, cuyo lema principal era “contra la dictadura de Dina Boluarte”, con la participación de más de doscientas mujeres feministas de todo el Perú. E incluso el 17 de diciembre del 2022 DEMUS publicó un pronunciamiento que señalaba claramente “condenamos la instrumentalización que hace Dina Boluarte de su condición de mujer y la lucha por la #IgualdadDeGéneroYA para negar el legítimo rechazo de la población a su gobierno”.

Esta columna no es una respuesta al editorial de César Hildebrandt de dos semanas atrás, pero en parte es su efecto. Conozco a César desde 1986 en que trabajaba en la revista Sí y, por eso mismo, me sorprendió su editorial, especialmente porque considero que él es una persona ultrainformada. ¿Por qué hemos sido una vez más invisibilizadas en nuestra respuesta rotunda a DinAsesina?

El tema lo dejo como pregunta abierta.

Pero sí quiero dejar en claro lo siguiente: la lucha por nuestros derechos en nuestras diversidades pasa por priorizar que el cuestionamiento de base es contra el patriarcado machista latinoamericano, sus discursos estereotipados y sus prácticas violentas. El enemigo no son los varones sino el orden patriarcal. Un enemigo sostenido, muchas veces como en los casos de Dina y Keiko, por las propias mujeres. Lo dijo Steven Biko hace muchos años: no hay mejor arma del opresor que la mente del oprimido. En efecto, Dina es el producto dúctil del patriarcado y la estupidez humana: su frivolidad, insensibilidad, lascivia por el poder y contradicciones lo demuestran.

Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 737 año 16, del 13/06/2025

https://www.hildebrandtensustrece.com/

https://www.leerydifundir.com/2025/06/peru-dina-feminismo-te-repudia/

 

No hay comentarios: