César Lévano
Alarma el armamentismo desenfrenado de Chile. Es un proceso que se inició con el dictador Augusto Pinochet, cuyos planteamientos geopolíticos apuntaban contra el Perú. La carrera no se ha detenido con los gobiernos formalmente democráticos.
Las clases dominantes de Chile, incluido su sector militar, ven al Perú como un país al que hay que someter y, si es posible, mutilar. Eso explica por qué durante la guerra del Cenepa entregaron a Ecuador todo un arsenal de armas ofensivas.
No es, pues, sólo una reacción motivada por la demanda peruana ante la Corte Internacional de La Haya. Es una estrategia de largo plazo.
En el Perú, desde los días de la Confederación Perú-Boliviana, la casta oligárquica ha favorecido los planes de Chile.
Ejemplos abundan. Cuando Miguel Grau pidió fortalecer la Marina nacional, el gobierno se mostró indiferente. Al recibir la denuncia sobre el envío de armas chilenas a Ecuador, en 1995, el dictador Alberto Fujimori decidió guardar silencio. Lo confesaría después desde su refugio en Japón.
Notable es que, en mayo del 2005, cuando el chileno José Miguel Insulza fue elegido secretario general de la OEA, la derecha peruana aplaudió a rabiar. Olvidó, o hizo como que olvidaba, que Insulza fue el ministro de Relaciones Exteriores que durante la guerra del Cenepa encubrió el contrabando de armas antiperuano.
En estos días, civiles y militares peruanos han empezado a preocuparse por el armamentismo desaforado de Chile. Se ha llegado a proponer que el Perú recurra al Consejo de Defensa Sudamericano, recientemente creado.
La iniciativa tiene un antecedente que conserva actualidad y lección. Ocurrió en diciembre del 2003, cuando 71 miembros del Congreso de la República firmaron una Declaración dirigida al Senado y a la Cámara de Representantes de Estados Unidos, “para expresar nuestra preocupación y disconformidad en relación a la venta de material bélico de fabricación o patente norteamericana a los países de la Región”.
La Declaración cobra relieve ahora que se denuncia la compra por Chile de 18 cazabombarderos F-16 fabricados en Estados Unidos.
Aquel texto agregaba: “Particularmente grave es que se vulnere el artículo 2, inciso g), de la Carta de la OEA, suscrita por los países integrantes del sistema interamericano, entre ellos Estados Unidos, donde se establece el compromiso vinculante de ‘alcanzar una efectiva limitación de armamentos convencionales’”.
El documento fue firmado por 26 congresistas del Apra, encabezados por Luis Gonzales Posada; 14 de Perú Posible; diez de Unidad Nacional; cinco de Somos Perú, y por otros, como Javier Diez Canseco y Yonhy Lescano.
La Declaración demostró que es posible una vasta concordancia cuando están en juego la seguridad y la defensa del Perú.
FUENTE:
http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columna-del-director_11.do
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