5 de julio de 2024

Perú: Ministro fujitrol

Ronald Gamarra

El rabioso perseguidor de la Diviac, nada menos que el actual ministro del interior Juan José Santiváñez, fue pillado y desenmascarado. Esta semana se supo que el capitán PNP Junior Izquierdo Yarlequé entregó al Ministerio Público el teléfono celular donde constan los audios de varias conversaciones en las cuales el ministro le hacía comentarios y encargos turbios en relación con el coronel PNP Harvey Colchado. Así, Santiváñez quedó como un vulgar conspirador y tejedor de intrigas nada santas, y se evidenció su interés personal en destruir ahora al coronel Colchado y la Diviac.

El ministro fujitrol, apelativo con el cual es amplia y merecidamente conocido, no sabía que el capitán PNP Izquierdo era leal a su institución y a sus colegas, y que por tanto lo dejaba hablar y hablar, pero informaba debidamente de sus propuestas y planteamientos oscuros a su comando y a los agraviados. Esos audios hoy están en manos del Ministerio Público y espero que muy pronto el desenfrenado perseguidor de la Diviac se encuentre rindiendo las declaraciones que corresponde ante la fiscalía en la investigación penal que de todos modos se le tiene que iniciar.

En la última quincena, Santiváñez ha llevado adelante una campaña pertinaz de calumnias e infamias contra la Diviac por los más diversos medios de comunicación. La ha acusado de corrupta, de no rendir cuentas sobre el manejo de su presupuesto, de estar sesgada políticamente, de conspirar contra las instituciones y muchas otras perlas carentes de todo fundamento. Todo ello, sin mostrar ninguna prueba. Nada de nada. En qué parte del mundo se ha visto que un ministro de estado se dedique a difamar activamente a una de las unidades más destacadas y efectivas de su propio sector. Sólo en la republiqueta de Dina Boluarte y la fujiderecha.

Como ha quedado claramente demostrado, la Diviac no maneja dinero propio sino que depende de una instancia superior de la PNP en todo lo que se refiere a presupuesto. Tampoco puede actuar con sesgo político, pues su labor se limita a ejecutar con la mayor eficacia posible las disposiciones que recibe del Ministerio Público y el Poder Judicial para cumplir las indagaciones en curso. Menos aún se le puede acusar de conspirar contra las instituciones del estado por cumplir y ejecutar las resoluciones que los órganos de la administración de justicia le encargan contra no pocos políticos. Al contrario, al investigar a esos políticos delincuentes, la Diviac contribuye a defender y rescatar las entidades públicas.

A los políticos corruptos les jode su existencia, su preparación y su disposición. Este es el meollo del asunto. Lo que estamos presenciando es una conjura de las redes de tunantes y chorizos que copan el estado para destruir la Diviac y librarse de sus investigaciones. Esta es la única y mafiosa razón por la cual quieren disolverla, aplastarla, arrinconarla, desmoralizarla. Y si no pueden destruirla del todo, quieren al menos avasallarla e imponerle nuevos jefes obsecuentes y serviles hacia los políticos corruptos, nunca tan poderosos como hoy.

El fujitrol Santiváñez lleva adelante esta sucia campaña confiado en el respaldo que le brindan decenas y decenas de parlamentarios actualmente indagados por diversos delitos de corrupción, y en las ansias de venganza de la presidenta Boluarte por el allanamiento de su vivienda que la Diviac efectuó en cumplimiento de una orden judicial. Recordemos que esa medida se dispuso por la negativa persistente de Dina a responder a los requerimientos de investigación del Ministerio Público y para asegurar la obtención de pruebas que podrían ser destruidas. Precisamente en esa intervención se descubrió la documentación que demostraba la propiedad de una joya, un brazalete de diamantes de alto valor, que no había sido declarada por la señora Boluarte y que constituye una prueba más de su enriquecimiento ilícito en complicidad con Oscorima.

Santiváñez cree que ese respaldo de la política corrupta le es suficiente y, en gran parte, no se equivoca. Pero olvida que aún quedan personas leales, capaces de rechazar sus maniobras y ponerlas al descubierto, como ha hecho el capitán PNP Izquierdo, arriesgándose a ser víctima de las represalias del fujitrol convertido en tremendo ministro. Y esas islas de resistencia a la ofensiva de los corruptos están presentes en todas partes: en el Ministerio Público, en el Poder Judicial, en la Junta Nacional de Justicia, en la propia PNP.

La Diviac es una de las unidades especializadas que mejor funciona en la PNP, con un notable índice de integridad y efectividad. Lamentablemente, no se puede decir lo mismo de muchas otras unidades de la PNP en general, gangrenadas hasta la médula por la negligencia profesional, la deshonestidad y la corrupción. El ministro fujitrol ya quisiera que la Diviac se homologara hacia abajo con el resto de la institución y el ministerio del interior.

El coronel Colchado tiene una hoja profesional ejemplar. Él lideró la búsqueda y captura de Artemio, el jefe irreductible de Sendero Luminoso en el valle del Huallaga. Ha investigado a políticos corruptos de todas las tendencias políticas con imparcialidad y profesionalismo. Fue un pilar en el desbaratamiento de la poderosa red criminal de Los Cuellos Blancos, que incluía jueces y fiscales y políticos, apandillados por el hoy fugitivo César Hinostroza, juez de la Corte Suprema. Investigó con decisión y desarticuló la red mafiosa del expresidente Pedro Castillo, momento en el cual la fujiderecha lo elogiaba y lo declaraba héroe para después calumniarlo y perseguirlo cuando le tocó desbaratar la trama delincuencial liderada por la ex fiscal de la nación Patricia Benavides en coordinación con decenas de parlamentarios y con Dina Boluarte.

Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 693 año 14, del 05/07/2024

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