Mario Huamán Rivera
Mientras el Presidente García persiste en mentirnos diciendo que estamos en el mejor de los mundos y que la crisis no se sentirá, miles de peruanos y peruanas son despedidos para mantener las ganancias empresariales y por supuesto para que los “aceitadores” sigan efectuando nuevos “faenones”.
A esto responde el Plan Anticrisis, proteger el privilegio de los responsables del colapso económico con plata de todos los ciudadanos. En otras palabras, más riesgos con dinero de los trabajadores como sucede con las AFPs, pero en este caso sacrificando servicios básicos como educación, salud, seguridad, etc.
Por el contrario, los salarios siguen congelados y cada día pierden su capacidad adquisitiva frente a la inflación y el elevado costo de vida que no disminuye a pesar que los precios internacionales han caído. Los empresarios pensando en sus ganancias han iniciado el despido masivo de sindicalizados aprovechando la ineficiencia de un Ministerio de Trabajo copado por el partido aprista.
Este es el crítico panorama que rodea al ciudadano que vive de su trabajo desprotegido socialmente y ejerciendo una labor precaria para sostener las esperanzas y anhelos de sus familias de lograr progreso y desarrollo. Los pocos trabajadores con derechos, si no se hace nada, los irán perdiendo poco a poco gracias a la legislación laboral regresiva del APRA y los efectos de la firma compulsiva de TLCs, que entrega nuestro mercado nacional a cuenta de nada.
El gobierno de los ricos persiste en afirmar que la crisis será corta, pese a que naciones desarrolladas se protegen de una turbulencia cuyos efectos y duración son impredecibles. Los apristas y su gobierno defienden a cuenta de sus principios partidarios una estructura económica ineficiente (neoliberalismo) implantada con violencia por el fujimorismo que configuró un Estado para enriquecer a los mismos de siempre.
Hoy los ricos tienen que asumir los costos del fracaso de su modelo económico. Sin embargo, de manera cobarde intentan pasar la factura a los más pobres (amas de casa, taxistas, obreros, etc.) con despidos, reducción de salarios, no pago de beneficios sociales, etc.
La CGTP y la Coordinadora Política y Social exigen que se proteja a la población con acciones directas como el respeto a los derechos laborales, incremento de salarios y pensiones, reforma tributaria, elevar los aranceles, entre otros. Sin embargo, somos conscientes que esto sólo se logrará con un gobierno soberano y popular, que por supuesto no es el de García.
FUENTE:
http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas/que-la-crisis-la-paguen-los-ricos_32525.html
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