Augusto Álvarez Rodrich
Hoy 8 de marzo en que se celebra el día internacional de las mujeres es una buena oportunidad para destacar los problemas de discriminación que ellas enfrentan y que les impide tener las mismas oportunidades de los hombres.
Tener las mismas oportunidades quiere decir precisamente eso, e implica dejar de lado creencias del tipo que las mujeres son más honestas, más buenas y todos los ‘más’ cuando, en realidad, son personas diferentes de los hombres en muchos aspectos, pero ni más buenas ni más malas. Y con el mismo potencial. De todo hay en cada género, y no hay que generalizar sin fundamento. Para empezar, entonces, a la mujer no se le debe ver como un ser menor al hombre. Ni más ni menos.
Progreso ha habido, sin duda, en el reconocimiento de los derechos de las mujeres para que sean similares a los del hombre. No obstante, a pesar de que las leyes en contra de su discriminación han alcanzado avances y existe, incluso, una ley de ‘igualdad de oportunidades’, en la práctica las cosas distan mucho de haber conseguido dicho propósito.
Por ejemplo, que la cadete PNP de cuarto año Jesús Cahuaya haya tenido que esperar un fallo del Tribunal Constitucional para que se reconociera su derecho a salir embarazada es una prueba. Pero no tuvo la misma suerte la cadete Diana Bazán Hidalgo, de la FAP, quien fue violada por el alférez Jesús Ferreyra y su institución castrense no fue lo suficientemente diligente para facilitar una reincorporación correcta.
Como sostiene el Movimiento Manuela Ramos, las mujeres continúan enfrentando los mismos problemas de antaño: una democracia restringida, la persistencia de la violencia en el hogar, falta de servicios adecuados y el surgimiento de muchas formas de fundamentalismos –principalmente religiosos– que impiden el logro de cambios progresivos para las mujeres.
La educación básica es gratuita pero 600 mil mujeres adultas rurales no fueron a la escuela; menos del 20% de este segmento de mujeres que inició estudios formales logró culminarlos; el aborto terapéutico es legal pero no se le atiende correctamente; el desabastecimiento de anticonceptivos es alarmante en las zonas alejadas de la capital; hay más de 100 mil denuncias anuales por violencia a la mujer; solo el 2% de las mujeres ocupan altos cargos políticos.
Para luchar por el reconocimiento de los derechos de la mujer es que se debe apoyar decididamente a las organizaciones feministas del Perú que luchan por ello y que apuestan por una completa igualdad de género en los procesos locales, nacionales, regionales y globales.
Feliz día para todas las mujeres.
FUENTE:
http://www.larepublica.pe/claro-y-directo/08/03/2009/dicen-que-fue-una-costilla
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