16 de marzo de 2009

La harina de coca y el fariseísmo oficial

Roger Rumrrill

La aprobación del dictamen de la Comisión de Defensa del Congreso de la República del proyecto de ley que autoriza la transformación y comercialización de la hoja de coca en harina y saborizantes para el consumo humano ha sido condenada por los voceros del oficialismo, especialmente por el primer vicepresidente de la República, Luis Giampetri, el premier Yehude Simon y el presidente de Devida, Rómulo Pizarro.

Para éstos y otros funcionarios, además de un bien coordinado coro mediático, la propuesta de ley de Nancy Obregón no hará sino poner “zancadillas” al programa de desarrollo alternativo, violar convenios internacionales, aumentar la superficie de coca para el narcotráfico y convertir al Perú en un narcoestado.

Todos los argumentos esgrimidos son una expresión del fariseísmo gubernamental para defender sus puntos de vista, sus intereses e intentar ocultar el estrepitoso fracaso de su política antidrogas y el de la “guerra mundial contra las drogas” que ejecuta Estados Unidos desde hace más de tres décadas.

Ya quisiéramos que ese coro oficialista ponga el grito en el cielo para resolver dos de los problemas que sí son los que tienen que ver directamente con el narcotráfico y su secuela de corrupción, más producción de cocaína y violencia: el control de los insumos y el lavado de dinero.

De acuerdo a Devida, la comisión que preside Rómulo Pizarro, se usa 15 mil toneladas métricas de insumos químicos cada año para la elaboración del PBC y el clorhidrato de cocaína. De ese total de insumos, según la misma fuente, sólo se incauta entre el 3 al 5 por ciento.

Este cuantioso volumen de insumos se desagrega del siguiente modo:
- 15 millones de litros de kerosene.
- 8 millones de litros de ácido sulfúrico.
- 4 mil toneladas métricas de cal viva.
- 1.6 millones de litros de acetona.
- 4 mil toneladas métricas de papel higiénico.

Noventa insumos son usados por el narcotráfico para procesar la hoja de coca en PBC y clorhidrato. Sólo 19 están sujetos a control por la ley 25623.

Entre los insumos no fiscalizados están el thinner, el manitol, el hexano y el cloroformo.

Sin estos insumos, no se podría procesar la droga. Son con estos insumos que el Estado no controla debidamente por la corrupción y la laxitud de las normas, que las bandas criminales producen la droga. El escándalo de la harina de coca es sólo una cortina de humo de este grave problema.

http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas/la-harina-de-coca-y-el-fariseismo-oficial_34842.html

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