4 de marzo de 2024

Perú: “Perú21” con Antauro

Juan Manuel Robles

Antauro Humala no es el candidato que el país se merece pero sí el que la derecha se ha ganado. Por bruta y achorada. Pudieron dejar que Pedro Castillo, el último outsider de arraigo popular, implosione solo, con su ineficiencia y su poco brillo, sus funcionarios turbios y su indecisión patológica. En cambio, decidieron boicotear a ese señor desde todos los frentes —hoy es claro que el golpe que Castillo intentó dar fue un último recurso frente a una conspiración artera para destituirlo, con complicidad militar— y lo que han dejado, entre sus electores, no es la sensación de que no se debe votar por “populistas” que generan crisis, sino de que el establishment corrigió el voto a la mala. Esos electores no han “aprendido” que no se debe seguir a outsiders bocazas de esos que llenan plazas con discursos incendiarios. Nada que ver. Se han quedado con más ganas.  

Ganas no de un programa o una hoja de ruta o una ideología (esas cosas hoy son palabras huecas), sino de un candidato que incomode y joda a los poderosos, a Lima moderna, a la clase política. No hay que perder de vista que esos electores encuentran un disfrute catártico, cada cinco años, en provocar pánico e histeria. En eso consiste la victoria, la “fiesta democrática”: en mandar a magnates a revisarse la presión (o el corazón), hacer que señoras privilegiadas organicen colectas para los arenales llenas de condescendencia aterrada —y culpa—, que empresarios miedosos pongan spots apocalípticos en los canales y paneles gigantes. Y eso es todo. Ya nadie vota con ilusión en el futuro; lo único real es ese goce de ver cómo un banquero manda a publicar carátulas desesperadas contra el Anticristo elegido, como quien machuca frenéticamente el botón de disparar en el callejón sin salida de un videojuego de zombis.
 
Hablando de carátulas, justamente, empezó la campaña en “Perú21”, el diario de la paranoia anticomunista. La derecha se merece a Antauro Humala en segunda vuelta porque sigue repitiendo la receta del terror. Es 2024, han pasado casi veinte años desde que encumbraron a Ollanta Humala retratándolo como un monstruo (y hasta lo vincularon con el narcotráfico dos días antes de las elecciones, penosamente), pero no aprenden. No entienden que las masas son como lebreles sagaces que huelen el miedo. Esa atención desmedida, esa satanización, esa alocución de señores notables con cara de alerta sísmica, solo provocará el crecimiento en las encuestas del bienamado.
 
Y ya empezaron. Como dijo Marco Sifuentes, parece que se lo hubieran propuesto: hacer subir a Antauro de 7 a 20 por ciento.

Solo que esta vez será peor. Porque hay una sensación de caos e impunidad como regla. Un sálvese quien pueda amoral comparable, salvando las distancias, al de fines de los ochenta. “Un exconvicto en campaña”, titula “Perú21”. Pero todos saben en qué país vivimos: el de los exconvictos y el de los que no pisaron la cárcel porque se pusieron las pilas, porque negociaron con la fiscalía, porque consiguieron mucho poder en pleno proceso judicial y pudieron arreglar. Fujimori acaba de salir y se ríe de sus crímenes. Incluso los partidarios del indulto saben que esa liberación tiene que ver con la correlación de fuerzas políticas y no con la justicia.
 
La coalición que gobierna hoy se queja de Antauro y alguno hasta culpa a un funcionario del Jurado Nacional de Elecciones por permitir la inscripción de su partido. Me da risa. Eso les pasa por equilibristas: se la pasan haciendo leyes que dejan fuera de las contiendas políticas a personas con ciertos antecedentes penales, pero con el cuidado suficiente para que no les afecte a ellos mismos. Son políticos que se ganan el aplauso fácil prohibiendo a condenados por terrorismo que cumplieron su pena, pero no se atreverían a poner más controles, no vayan a quedarse sin cuadros. Pues en el trance se les escapan cosas. Se les escapó Antauro.
 
Ahí va el etnocacerista, un ciudadano que saldó sus cuentas con la justicia por un hecho que hoy se menciona como acto de terrorismo pero que, en 2006, el muy mesurado Javier Valle Riestra defendía en voz alta, argumentando que Antauro había cometido un “delito político” (no uno común) y que las muertes de policías no podían considerarse “asesinato” sino resultado del combate. Sea como fuere, hemos tenido a un militar procesado por una masacre (terrorismo de Estado del peor) como presidente del Congreso. Los que bravuconamente hicieron eso posible, deben recordar ahora que la permisividad, a veces, te rebota en la cara.
 
Como dije antes en esta columna, a Antauro solo le basta convencer al electorado que es independiente de la izquierda para conseguir crecer en las preferencias, y por ahí, saltar a los primeros lugares. Es el único prototipo de hombre de acción, a lo Bukele, a la vista. Su marca lleva a la locura en un momento de caos y de respuestas que no aparecen. Es una locura avezada que se ve infinitamente más genuina que la del bocazas López Aliaga, cuya alcaldía lo está quemando con rapidez.
 
La derecha, en tanto, no aprende y sigue tolerando la idea de que Keiko Fujimori sea la candidata de la unidad, en la otra esquina.
 
Pues modestamente les digo que lo único que puede salvar a la derecha  de esta situación es financiar la candidatura de Ollanta Humala (con la limpiada judicial que eso implique). Conseguirían un dramón internacional por la lucha fratricida (algo potente incluso para los estándares peruanos), una inmejorable fuente de secretos domésticos, y tendrían alguna chance de que gane el hermano hoy moderado, que tan bien cuidó el MEF, el BCR y el bendito modelo.
 
Pero, claro, la derecha no es capaz de verlo. Quieren usar un plan mucho más potente y fulminante: ametrallar con portadas a Antauro vía “Perú21” y otros diarios, dominicales, noticieros. Revivir Unidades de Investigación y demolerlo. Invertir en publicidad y hacer que el Perú ame a Keiko Fujimori, para que así consiga una victoria fácil, o, en último caso, que gane cómodamente en una segunda vuelta. Suerte con eso.

Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 675 año 14, del 01/03/2024

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