Bukele y su clan se han convertido en “la nueva familia terrateniente de El Salvador”, ubicándose actualmente en el top de los productores de café del pequeño país centroamericano. En los cinco años de gobierno, la casta de Bukele multiplicó por 12 la extensión de las tierras de las cuales es propietaria a través de una red de empresas de fachada que antes registraban poca o ninguna actividad. En el mismo período, las adquisiciones de nuevos inmuebles por el cogollo Bukele ascienden a más de 9 millones de dólares. Entre los “compradores” figuran la esposa del presidente, su madre y sus tres hermanos, que obviamente actúan por cuenta del jefe de la tribu.
No hay fiscalización posible sobre la prosperidad de Bukele, pues su dominio sobre el conjunto del Estado no tiene ni admite control. Tanto así que, en buena cuenta, el patrimonio en crecimiento acelerado de Bukele es todo un secreto de Estado refrendado por el máximo organismo de justicia salvadoreño. Uno no puede menos que suponer que aquellos magistrados también reciben su parte en los negocios prósperos del dictador, pues tal es la regla en este tipo de regímenes. El mismo patrón del fujimorismo.
Pero si la justicia quiere sellar bajo lacre las declaraciones juradas patrimoniales del presidente, el periodismo de investigación siempre puede ingeniárselas para encontrar otras fuentes de información aún más fidedignas y reveladoras, como efectivamente ha acontecido con la revisión de las escrituras de propiedad, los títulos de hipotecas y los perfiles de sociedades y empresas de su familia, registradas desde su ascenso a la presidencia en 2019 hasta marzo de 2024. Su segundo gobierno, iniciado el 1° de junio con una reelección prohibida expresamente por la Constitución, seguramente cimentará la prosperidad del gobernante.
El clan familiar de Bukele –entre otros, sus hermanos y asesores sin nombramiento público, pero del más alto nivel, Karim, Ibrajim y Yusef– está, en la práctica, por encima del gabinete ministerial. Es el modo de imponer el gobierno personal y autocrático del presidente. Nuevamente se repite con Bukele el esquema del “gobierno en la sombra”, típico de todas las dictaduras, como el que impuso Fujimori en nuestro país, con Vladimiro Montesinos como el hombre orquesta del régimen, el más poderoso sin ocupar ningún cargo oficial.
La investigación precisa que las empresas del clan Bukele registraban un capital que no llegaba a más de 3 mil dólares en el año 2019, antes de jurar como presidente. Sin embargo, en 2023 cerraron con casi 7 millones de dólares. Si esto es lo que aparece según los documentos asentados legalmente, la pregunta válida es: ¿cuántos millones más mueven Bukele y su clan bajo la mesa? Evidentemente, mucho, pero mucho más. Lo que trasciende en los documentos es lo que no se puede ocultar para asegurar los derechos de propiedad del clan.
La investigación abunda en detalles sobre la fortuna repentina del dictador salvadoreño. Particularmente sobre el mecanismo de las hipotecas para capitalizarse. ¿Cómo así los bancos de El Salvador empezaron a conceder préstamos hipotecarios millonarios a empresas que registraban niveles ínfimos de capital y movimiento financiero? Son los milagros del poder absoluto y autocrático. Los admiradores de Bukele no pueden pasar por alto que su modelo político viene con autocracia y corrupción incluidas. El populismo penal sirve de palanca para justificar la imposición del abuso de poder y el robo desde las alturas del gobierno por tiempo indefinido.
La investigación sobre Bukele y su clan terrateniente fue realizada por una alianza de equipos periodísticos formada por Redacción Regional con el apoyo de Focos TV. Se trata de entidades dedicadas a la investigación periodística especializada en la política y la realidad social del ámbito centroamericano, incluyendo El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Honduras. Son autores de investigaciones que han ganado justo reconocimiento internacional. El diario “El País” ha publicado una estupenda reseña de esta investigación reveladora de la verdadera naturaleza corrupta del demagogo que se ha entronizado en El Salvador
Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 702 año 14, del 27/09/2024
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