25 de febrero de 2025

Mentiras virtuales

Pedro Francke

En apenas pocas horas un grupo de estafadores, mediante el lanzamiento de una criptomoneda con el respaldo de Javier Milei, el presidente ‘ultralibertario’ de Argentina, se levantaron casi cien millones de dólares. 74 mil 648 inversores perdieron 286 millones de dólares. Sirva el momento para unas reflexiones sobre las criptomonedas y qué hacer con los ahorros de nuestra vida.

¿Cómo fue la estafa? En el fondo fue muy similar a otras: hicieron creer que algo que era puro humo, en este caso la criptomoneda llamada $Libra, era una inversión buena que daría grandes réditos a futuro. El tema crítico en cualquier estafa es cómo configurar la mentira para convencer a suficiente gente y lograr que compren el engaño. En el caso de Argentina, enmascararon el robo en una criptomoneda con el apoyo de Milei, que sacó un tuit diciendo: “La Argentina Liberal crece! Este proyecto privado se dedicará a incentivar el crecimiento de la economía argentina, fondeando pequeñas empresas y emprendimientos argentinos. El mundo quiere invertir en Argentina”. Junto iba un link que dirigía a $LIBRA, la criptomoneda de la estafa.

Las criptomonedas son “monedas virtuales” inventadas hace unos años con el fundamento de tener una cantidad con un límite totalmente rígido. Sólo podrían ser obtenidas mediante algoritmos complejos en un proceso que se llama “minado” y que requiere mucha energía eléctrica. Su supuesta ventaja sería su capacidad de resistirse a la vigilancia y control estatal, algo único ya que todas las monedas del mundo pertenecen a los estados. Algunos creen que eso les da valor, pero la verdad es que nadie sabe cuál será el futuro de las criptomonedas que hoy existen. Lo que sabemos que pasa hoy, según un estudio del NBER –entidad de los Estados Unidos de mucho prestigio en investigación económica–, es que el 70% de las operaciones con criptomonedas son lavados de activos para ocultar dinero del narcotráfico y otras actividades delincuenciales.

Una de las formas más comunes de estafa financiera es montar el engaño sobre algo novedoso y poco conocido que se publicita dando la idea de que este nuevo producto tendrá mucha importancia en el futuro por su avance tecnológico. Las criptomonedas son precisamente esto, pero su propaganda une lo novedoso del invento con una ideología que ha permitido convencer a mucha gente: como son algo “privado” operando en un “mercado libre sin Estado”, son las consentidas de ultralibertarios como Milei y Trump. En esta lógica Milei llegó al extremo de prometer la desaparición del banco central, lo que implica que ya no habría una moneda pública nacional, una propuesta que ha ratificado ya como presidente a pesar de no tener precedentes en una economía del tamaño de la argentina.

En el caso de este reciente escándalo, $LIBRA, la criptomoneda que respaldó y publicitó Milei, no tenía absolutamente nada detrás. Apenas una hoja web y dos páginas escritas de cuento, sin que hubiera ningún diseño técnico de la criptomoneda o las supuestas inversiones que harían. Era pantalla nomás. No por casualidad la empresa que la creó no está basada en Argentina sino en Panamá, un paraíso fiscal de donde con toda seguridad los dueños de la misma ya se llevaron el dinero a otros destinos aún más ocultos.

¿Cómo entonces lograron sus impulsores hacerse de un centenar de millones de dólares? Aunque la imaginación social en torno a las criptomonedas les daba una base, hay muchos productos en ese mercado y eso no era en absoluto suficiente para captar dinero en grande a la estafa. Lo clave fue el respaldo de Milei, que cuenta con muchos seguidores en redes sociales. Todo estaba bien cronometrado: la web del proyecto y la criptomoneda se crearon pocas horas antes del tuit de Milei, así que no puede pensarse que el presidente argentino vio algo interesante ya lanzado y lo apoyó: todo fue claramente orquestado. Javier Milei engañó a sus más fervientes creyentes. Quienes más confiaban en él son quienes más plata pusieron en la estafa y la perdieron.

El caso demuestra que un “mercado totalmente libre” no garantiza bienestar ni prosperidad. “La libertad” avanzó incontenible sin que nadie fuera obligado a nada, pero decenas de miles creyeron que iban a “incentivar el crecimiento de la economía argentina, fondeando pequeñas empresas y emprendimientos argentinos” como dijo Milei, y fueron estafados. Es para hacer frente a ese riesgo que la regulación pública del sector financiero es esencial, incluyendo el control de la moneda por parte de bancos centrales bien establecidos.

Valga la oportunidad para alertar sobre el espejismo del dinero fácil. Todo el tiempo se publicitan algunas “maravillosas oportunidades” que, nos dicen, van a multiplicar nuestro dinero en pocos meses. Pero como la criptomoneda de Milei muchas veces son simplemente ganchos para robarnos.

Cuando algo brille frente a nuestros ojos como oro bajo el sol al alcance de nuestra mano, conviene preguntarse: ¿si es tan buena esa oferta, por qué no ponen ahí su dinero los promotores en vez de gastarlo en propaganda? Habiendo enormes fondos de inversiones en el mundo con equipos de analistas dedicados a buscar las mejores opciones, ¿por qué ellos no han salido a ganar un dinero que está a sólo unos cuantos clicks de mouse de distancia?

Quizás algo de eso que nos muestran que brilla pueda ser oro. En el mundo ha habido y seguirá habiendo casos de éxito sorprendente en los negocios y habrá empresas cuyo valor se multiplicará por cien en dos o tres años. Pero no existe ninguna forma segura de identificarlas. No dejen que los estafen en estos tiempos donde las fake news son tan abundantes, ni aunque sea su influencer preferido quien les hable al oído.

Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 721 año 15, del 21/02/2025

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