Irma Del Águila
Las mujeres awajún están organizadas y exigen derechos al Estado peruano.
En la provincia de Condocanchi, las mujeres awajún exigen que los fiscales, jueces, psicólogos, médicos legislas sean todas mujeres, "subrayado que sea mujer", reitera Rosemery Pioc del Consejo de Mujeres Awajún Wampis (Comuawuy). Las razones que esgrimen las dirigentas son concluyentes:
Entre 2010 y 2025, la UGEL Condorcanqui ha registrado 524 denuncias por agresiones y violencia sexual contra niñas y adolescentes. El drama añadido a las niñas y mujeres awajún es que cuando se producen abusos y agresiones sexuales en las escuelas y también en el propio hogar. "No han parado los casos de violencia, se han incrementado más bien. A parte de escuelas, está la comunidad, los tíos, abuelos, el entorno familiar", destaca Rosemary Pioc.
En definitiva, ser mujer y ser indígena son factores de altísima vulnerabilidad en la región Amazonas. La violencia sexual es las escuelas merece un aparte. En el vínculo entre maestros y alumnas se crea una relación de poder asimétrica, por el cargo que ocupa el docente pero también por su condición de varón al que se añade, a veces, el origen étnico mestizo (aunque no siempre es el caso, también existen docentes indígenas). En palabras de la antropóloga Marisol de la Cadena, "Las mujeres son más indias", es decir, que las niñas y adolescentes awajún ocupan el último peldaño de un ordenamiento social regional (y nacional) fuertemente signado por las jerarquías.
Así, señala de la Cadena "el género se convierte en eje fundamental junto con la estratificación económica, para la construcción de jerarquías étnicas dentro de la comunidad e incluso en el marco de unidades domésticas" (1992). La violación y agresión sexual contra mujeres indígenas en las escuelas y en el seno familiar nos confronta ante un problema social de una complejidad que rebasa lo estrictamente legal y normativo. Aquí lo íntimo, el hogar, es también público, que es decir político.
Aferrarse al viejo análisis que distingue entre la "dimensión social" de la realidad que atañe a las cuestiones de la estructura (p.ej. nuestro mercado oligopólico, nuestra estructura productiva primario exportadora, etc.) de la "dimensión individual" que tiene que ver con consideraciones ideológicas (superestructuras), concretamente identitarias (género, etnicidad, etc.) y donde ambas dimensiones operan por cuerdas separadas, es caer en el fetichismo formalista. En los hechos, y abusando de la metáfora, las relaciones de poder en la política, la economía productiva y la sociedad peruana arman un tejido complejo donde los hilos de la trama (superestructura) atraviesan los hilos de la urdimbre (estructura). Un Estado no hace política pública eficiente con hilachas sueltas y remiendos. Si divide la realidad social en categorías (estructura, superestructura) es para efectos del análisis formal pero ese análisis no reemplaza al "hecho social" que se tiene que abordar como un tejido, de forma unitaria y compleja.
De ahí que las intervenciones estratégicas en políticas públicas en países democráticos y modernos sean transeccionales. Las propias mujeres awajún en Condorcanqui demandan intervenciones en diferentes ámbitos sociales, legales e íntimos incluso. Refugios para las niñas, en primer lugar, "nosotras como organización pedimos que alguna entidad o una ONG construya un albergue, es urgente. Recibimos denuncias, pero no tenemos dónde atender a las víctimas. Los refugios son salvaguardarlas", señala la presidenta del Consejo de Mujeres Awajún Wampis. Inútil es reiterar que la eficiencia del trabajo de una red de salud en Condorcanqui requiere del enfoque de género. Rosemery Pioc pide el apoyo psicológico a las víctimas con psicólogas que vivan permanentemente en las comunidades. Y, sobre todo, médicas legistas mujeres porque, "desde la cultura originaria nunca una mujer que tiene una pareja va a desnudarse delante de un varón".
"Desafío Condorcanqui", un espacio de apoyo a las organizaciones de mujeres awajún en Condorcanqui ha brindado talleres de capacitación a mujeres dirigentes awajún y apoyo psicológico temporal. Se han instalado fiscalías que atienden los casos abiertos por violación sexual, lesiones y feminicidios. Pero el reto ahora mismo necesita de un compromiso mayor del Estado peruano. Necesita de una mirada integral, que abarque a todos los sectores. Cuando una niña o una adolescente contrae VIH en Condorcanqui (y las cifras son tres veces superiores el promedio nacional), compromete al sector salud pero no solo, interpela también a la escuela, a la familia, a la seguridad del orden interno, a la comunidad indígena, a la parroquia y a otros espacios que tal vez no la protegieron de la mejor manera y que no formaron a las niñas y niños en educación sexual integral. "Son violentadas a los diez, doce, catorce [años], es de todos los días", concluye Pioc.
En definitiva, las mujeres awajún están organizadas y exigen derechos al Estado peruano. Y llevan debida cuenta: van 524 veces violencia sexual.
Fuente: https://larepublica.pe/opinion/2025/11/23/ninas-y-mujeres-awajun-524-veces-violencia-sexual-por-irma-del-aguila-hnews-259325

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