Pedro Francke
"En relación a los minerales raros es que ni siquiera sabemos cuánto tenemos y cuánto sale al extranjero"
Un elemento crítico en la disputa mundial entre Estados Unidos y China son los minerales raros de valor estratégico. Son escasos y poco conocidos, con nombres como germanio, telurio o vanadio. Se requieren en cantidades muy pequeñas, pero son esenciales para nuevas tecnologías que hoy despegan, como las supercomputadoras para la Inteligencia Artificial y las energías renovables. El Perú tiene estas llamadas “tierras raras” por las cuales las potencias hoy se pelean.
Luego de que Trump pusiera altos aranceles a los productos industriales chinos, el arma fundamental que ha utilizado China en la negociación ha sido su control mayoritario de estos minerales estratégicos. Estados Unidos quiere romper ese dominio chino. Por eso la Estrategia de Seguridad Nacional aprobada por Trump la semana pasada pone como una de sus prioridades “ampliar el acceso de Estados Unidos a los minerales y materiales esenciales”, lo que en su visión para el continente americano se señala como un “interés nacional vital y fundamental de los Estados Unidos”.
El problema mayor es cómo planea hacerlo. Trump explícitamente ha reafirmado la Doctrina Monroe señalando que los Estados Unidos “siempre controlará su propio destino en nuestro hemisferio [americano]”, y para que no queden dudas resalta que esa influencia no la tendrán “las naciones extranjeras ni las instituciones globalistas”. Para ello planea “impedir que los competidores posean o controlen activos estratégicamente vitales en nuestro hemisferio” y “ampliar el acceso [de EE.UU.] a lugares de importancia estratégica” (como han calificado al puerto de Chancay). Haciendo explícita su postura intervencionista, lo que hará Trump es “recompensar a los partidos políticos y movimientos de la región que se alineen en gran medida con nuestra estrategia”, como han hecho ya apoyando al golpista Bolsonaro en Brasil, a Milei en Argentina y, más recientemente, tuiteando de modo amenazante en relación a las recientes elecciones hondureñas. Trump no tiene ningún respeto a la soberanía democrática en la región. Otro elemento clave de la estrategia trumpista es aumentar la presencia militar y naval estadounidense en las Américas, como ya lo han hecho trasladando el mayor portaaviones del mundo al Caribe e iniciando ataques a barcos tanto ahí como en el Pacífico, violando el derecho internacional y asesinando gente inocente en total indefensión. Trump pretende justificarse como si se tratara de una lucha contra las drogas, pero esta semana pasada ha quedado ya absolutamente claro que se trata de un pretexto burdo, luego de que indultara a un expresidente hondureño sentenciado por la justicia norteamericana a 45 años de cárcel por favorecer a bandas de narcotraficantes.
Regresemos al interés económico principal de los Estados Unidos en el Perú, que son estos minerales raros y difíciles de encontrar. Estos minerales de valor estratégico suelen salir mezclados, en cantidades pequeñas, cuando se extraen metales como el cobre, oro, zinc u otros. En varias regiones del país nuestra geología y minería es polimetálica; es decir, suelen aparecer los metales base combinados con otros. Por ejemplo, en varios yacimientos el cobre sale junto con cantidades menores de oro, plata o molibdeno. Nuestro primer problema como nación en relación a los minerales raros es que ni siquiera sabemos cuánto tenemos y cuánto sale al extranjero. En el Perú no tenemos ninguna refinería o procesamiento básico que permita separar esos minerales raros, capacidad que a nivel mundial está mayormente establecida en China. Pero aún sin eso, se podrían hacer análisis químicos en los concentrados de cobre u otros metales que exportamos para determinar si están presentes estos minerales raros, cuantificarlos y valorizarlos. Sin embargo, las empresas que exportan nuestros concentrados de cobre y otros minerales no entregan análisis completos a la Sunat, así que no sabemos cuánto sale de estos minerales. Obviamente, a las transnacionales les conviene llevarse ese valor nacional sin siquiera declararlo y ya en su país procesar esos concentrados, extraer, además del cobre, los minerales raros que pueda haber y obtener así una ganancia adicional evadiendo impuestos. Sólo por el telurio, una de estas “tierras raras” que hay en nuestras exportaciones de cobre, un estimado hecho por la ONG CooperAcción es que habría más de 30 millones de soles no declarados por año. Su estudio resalta que “se cuenta con información multielemental de, por lo menos, 34 especies químicas, pese a que la información de producción del Minem solo presenta valores de 12. Es decir, el Estado solo le hace seguimiento a 35% de los minerales que pueden estar presentes en los concentrados”.
Las grandes transnacionales sí analizan el tema en detalle. Como ejemplo, CooperAcción cuenta que “se pudo acceder de modo confidencial a información de un proyecto de exploración con análisis de 37 elementos químicos presentes en los sondajes de perforación minera”, información que las empresas mineras guardan en secreto.
En este escenario, ¿Qué viene haciendo el gobierno? Hace un par de semanas por un artículo publicado por el actual embajador del Perú ante Estados Unidos, Alfredo Ferrero, nos enteramos de que sobre el tema de los minerales raros ya hay relaciones con “funcionarios de alto nivel” de ese país, con la orientación de “contribuir a la seguridad de los Estados Unidos”. El gobierno no ha informado al país al respecto ni establecido cuáles son los objetivos nacionales. Ferrero, muy cercano a las transnacionales y la Confiep, fue nombrado por Dina Boluarte y ratificado en el cargo por Jerí, muy indicativo de que su política proyanqui tiene continuidad. A eso se añade que la semana pasada el Congreso ha dado permiso para que fuerzas militares estadounidenses actúen en territorio peruano durante todo el 2026. Lo ha hecho justo cuando barcos y aviones norteamericanos se vienen desplegando en el Caribe y Trump ha anunciado que iniciarán operaciones armadas en suelo sudamericano. Sobran comentarios.
11-12-2025
Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 762 año 16, del 12/12/2025
https://www.hildebrandtensustrece.com/

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