27 de agosto de 2025

Perú: Al basurero de la historia

Pedro Francke

"Todo por su pacto con el fujimorismo y APP buscando salvar a Cerrón de la cárcel"

El Congreso ha terminado de aprobar el regalo de 20 mil millones de soles en exoneraciones tributarias a las agroexportadoras. Esa suma es 20 veces más de lo que se invierte anualmente en universidades públicas, 40 veces más que los proyectos en institutos superiores y 85 veces lo que se presupuesta para la investigación aplicada. Es 65 veces más de lo que gasta el Ministerio de Agricultura en proyectos de irrigación al año, siendo el agua el elemento crítico para la ampliación de la agroexportación, y es 20 veces más que el total de lo que invierte anualmente Midagri en todos sus proyectos, incluyendo de ciencia y tecnología, eficiencia de mercados, gestión de riesgos y emergencias y demás rubros. Todo eso se podría hacer pero ahora se ha regalado a estas grandes agroexportadoras. Es un escándalo.

El regalo agrava el déficit fiscal en un año en que por tercera vez consecutiva se incumplirá el tope legalmente aprobado por este mismo gobierno. Este 2025 el déficit, cubierto principalmente por más endeudamiento, será de unos 30 mil millones de soles.

Una decena de latifundistas millonarios concentrarán beneficios por más de 4 mil millones de soles. No los necesitan para seguir creciendo: el primer semestre de este año, sin esa ley, exportaron 35 por ciento más que el año pasado, aun con Trump desconociendo el TLC y aplicando aranceles del 10 por ciento. Tienen además un subsidio estatal llamado drawback, por lo cual (según Ojo Público) ya han recibido 4,400 millones de soles en una década.

Las agroexportadoras pagan apenas 1,300 soles mensuales promedio y no pagan gratificaciones en julio y diciembre ni aportan a una cuenta CTS para sus trabajadores. Aunque la mayoría de ellos realizan labores de naturaleza permanente, sólo el 6% tiene un contrato estable, haciendo imposibles la sindicalización y negociación colectiva, ya que despiden a cualquiera que intente promoverlas. Gracias a ello, entre 2018 y 2023 estas empresas redujeron los salarios reales en casi un tercio, pero en vez de defender derechos laborales básicos, esta nueva ley limita aún más la fiscalización laboral al reducir las posibilidades de acción de la Superintendencia de Fiscalización Laboral - SUNAFIL. Y no son sólo los trabajadores agrícolas los afectados. Esas empresas agroexportadoras contribuyen a EsSalud con una tasa menor que todas las demás empresas del país, generándole pérdidas por S/ 400 millones anuales y reduciendo su número de médicos, medicinas y equipos.

La medida es tan absurda que, como ha tuiteado recién el exministro Waldo Mendoza, “todos los economistas dicen que la ley es mala e innecesaria”. En efecto, desde quienes criticamos el neoliberalismo y la desmesurada concentración del ingreso hasta el Consejo Fiscal y el FMI se han opuesto a esta medida. Pero igual se aprobó. ¿Por qué?

La ley viene además con una dosis extra de veneno: la privatización del agua, permitiendo ahora que estas grandes empresas compren el derecho al agua de comunidades y pequeños productores, lo que en un pasado oprobioso ha servido para quitarles sus tierras.

INTERESES Y PACTOS

El mayor impulsor de esta ley ha sido el fujimorismo. Como parte de su pacto con Boluarte, los fujimoristas tienen al ministro de Agricultura y para defenderlo y empujar esta ley han mantenido la presidencia de las comisiones Agraria y de Economía del Congreso. Su pacto con las grandes agroexportadoras es antiguo. En campañas anteriores Keiko ya recibió 3 millones 700 mil dólares de Dionisio Romero, dueño de grandes plantaciones de palma aceitera y caña de azúcar, y varios cientos de miles de dólares de los hermanos Rodríguez Banda, dueños de Gloria y de grandes plantaciones. A esta ley se la conoce como la Ley Chlimper 2.0 por el agroexportador que fue ministro de Agricultura tras la fraudulenta rerreelección de Fujimori el 2000 y que sacó la ley que beneficia a este sector. Luego José Chlimper fue secretario general de Fuerza Popular y candidato a vicepresidente con Keiko, siendo un operador que llevaba maletines llenos de dólares a radios como RPP. ¿Es irrazonable plantearse la hipótesis que este regalo de 20 mil millones esté relacionado a una promesa de un jugoso financiamiento de campaña, ahora facilitado gracias a las leyes aprobadas por este mismo Congreso?

La ley ha contado con el apoyo de Alianza para el Progreso, partido de Acuña, de congresistas militares como Montoya, Williams y Cueto, que así regalan presupuesto público tan necesario para la seguridad nacional que suelen usar de pretexto en sus discursos, y de Alejandro Cavero, cuyo falso liberalismo se revela en esta entrega de favores a grandes empresas en el más puro estilo mercantilista.

Pero la votación del cerronismo ha sido la más reveladora. ¿Qué lógica puede tener que un grupo que dice ser de izquierda socialista apoye regalar 20 mil millones de soles a grandes empresarios impidiendo que cientos de colegios puedan refaccionarse? ¿Qué argumento podrían dar los seguidores del médico “socialista” Cerrón para desfinanciar a la seguridad social en favor de capitalistas multimillonarios? ¿Cómo sustentarían estos “marxistas-leninistas” el hecho de que el agua de riego deje de ser un bien público y sea controlada por grandes grupos económicos? Es tan contradictorio que en la votación del Congreso el cerronismo se abstuvo y sobre el tema no han dicho “esta boca es mía”, como si con esa acción cobarde pudieran ocultar la total traición a sus supuestos principios. Tradición sindical ha sido llamar “amarillos” a quienes rompen huelgas y actúan contra los trabajadores. Ese fue el color del voto de Perú Libre, así se han definido: como amarillos. Todo por su pacto con el fujimorismo y APP buscando salvar a Cerrón de la cárcel. El basurero de la historia les espera. Y eso será pronto: en las próximas elecciones no sacarán ni para el té.

Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 746 año 16, del 22/08/2025

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