Mostrando entradas con la etiqueta Ucrania. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ucrania. Mostrar todas las entradas

28 de junio de 2025

Hombres fatuos mientras el mundo arde

Natalia Sobrevilla

Las curiosas decisiones de la administración Trump en momentos cruciales para el planeta

Los recientes bombardeos que involucran a Israel y a Irán, dos países con capacidades nucleares y con enconos profundos, han puesto al mundo en alerta absoluta ante el temor de una escalada mundial de hostilidades que ya llevan años tanto en el Medio Oriente como en lo que alguna vez fuera la Unión Soviética. El paso que se dio esta semana parece ser diferente a los anteriores y conlleva la posibilidad de llevar al mundo a una situación extrema.

El riesgo para todo el planeta es inmenso y el sufrimiento de miles de personas en este mismo momento es real y profundo. Las guerras ya se han iniciado y no hay manera de mantenerse indiferente ante las imágenes de lo que sucede ante nuestros propios ojos y somos incapaces de detener. El sistema internacional no encuentra la forma de lidiar con estos conflictos y, en vez de encontrar una forma de interceder, la administración de Donald J. Trump no parece hacer más que echar más leña al fuego o, en este caso, petróleo.

A pesar de haber llegado a la Casa Blanca con un discurso triunfalista que decía que podría acabar con la guerra de Ucrania en 24 horas, y que lo de Palestina ya estaba tan resuelto que se trataba simplemente de una oportunidad de convertir el territorio arrasado de Gaza en una nueva “Riviera en el Mediterráneo”, en los cinco meses desde que asumió la presidencia Trump no ha logrado nada de eso. Su enviado especial Steve Witkoff, que al igual que el mandatario tiene amplia experiencia en bienes raíces en Nueva York, pero poco conocimiento de las artes de la diplomacia, no tuvo ningún logro tangible en todas las misiones en las que participó.

Marco Rubio, el secretario de Estado encargado de los asuntos exteriores, dijo el jueves que las acciones de Israel eran unilaterales y las voces desde la Casa Blanca aseguraron ese día que la medida era peligrosa ya que podría hacer “volar” (blow up) su estrategia de negociaciones con Irán. A pesar de haber hablado públicamente en contra de una intervención por parte de Israel, el viernes Trump aseguraba que había estado plenamente informado y que pronto habrían aún más ataques. Es muy probable que Irán haya calculado erróneamente que aún tendrían una rueda más de negociaciones.

Sin duda, Israel debió de informar de sus planes a Estados Unidos y también es cierto que los norteamericanos comenzaron a mover personal esencial del Medio Oriente desde por lo menos el miércoles, pero, como informa The Guardian, esto es bastante tarde si se hubiese tratado de un plan coordinado. Ellos especulan que Benjamín Netanyahu calculó que, una vez lanzados, los ataques recibirían el apoyo de la administración de Trump ya que no tendrían como negarse a hacerlo.  

De una manera similar The New York Times reporta que Trump está navegando una situación compleja dentro del PartidoRepublicano, porque, si bien por un lado todos apoyan a Israel y están de acuerdo en que se debe impedir que Irán desarrolle la posibilidad de enriquecer uranio para construir armas nucleares, muchos otros consideran que ese es un problema de Israel y no quieren que el país se vea envuelto en otro conflicto en el Medio Oriente. Recordemos que toda la filosofía de “America First” se basa en la noción de que lo que importa es lo que está sucediendo dentro de sus fronteras y no del otro lado del mundo.

Para colmo, a nivel interno, lo que está sucediendo en estos días dentro de los Estados Unidos no tiene precedentes. En la semana que pasó hemos visto imágenes de cómo tres hombres uniformados detuvieron, tumbaron al piso y esposaron a Alex Padilla, senador demócrata del Estado de California, durante una conferencia de prensa de Kristi Noem, la enviada de Trump para explicar la presencia de las fuerzas armadas en la ciudad de Los Ángeles. Como ya se sabe, durante toda esta semana la segunda ciudad más poblada de los Estados Unidos ha estado en pie de guerra con manifestaciones en contra de la intervención del personal de ICE —el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas— que busca deportar a personas indocumentadas.

Hay que recalcar que las protestas en contra de las deportaciones no suceden solo en Los Ángeles, a donde se ha enviado personal del ejército y de la Guardia Nacional. Si bien esta ciudad es el epicentro del movimiento, ya que Trump tiene una pelea aparentemente personal con Gavin Newsom, el gobernador de California —a quien ha prometido meter preso—, se han reportado hechos parecidos en por lo menos 40 ciudades de los Estados Unidos, desde Anchorage en Alaska hasta Chicago, con la concentración más grande en los estados de Texas, California, Oregón y Pensilvania. En este artículo del Independent se puede ver un mapa de las protestas que serán más grandes este fin de semana.

Mientras tanto, Trump celebra sus 79 años con una parada militar en Washington con la excusa de conmemorar los 250 años de la creación del ejército continental. Este tipo de espectáculos no es una tradición en los Estados Unidos: el mismo George Washington prefirió por mucho tiempo no tener que organizar tropas y solo lo hizo porque le fue imposible ganar la guerra solo con milicianos. El espectáculo costará entre 25 y 45 millones de dólares y unos 6.700 soldados marcharán por la capital, mientras el espacio aéreo permanecerá abierto solo para los aviones bombarderos que harán gala de sus capacidades de guerra.

Mientras el mundo arde, el presidente de los Estados Unidos está más entretenido celebrando su cumpleaños que tratando de entender los problemas tanto en su país como en el resto del mundo. No sabemos qué puede pasar en las próximas semanas, porque si bien Irán no puede competir militarmente con Israel, su gobierno puede hacer mucho daño al sentirse herido y humillado.

No sabemos aún si es el inicio de algo aun mayor, pero ver al mundo entre hombres decididos a mantenerse en el poder sin importar el costo nos pone a todos en un riesgo inmenso.

https://jugo.pe/hombres-fatuos-mientras-el-mundo-arde/

2 de diciembre de 2024

El gigante en crisis: el futuro incierto y la disputa por la decadencia

Alejandro Marcó del Pont

Nacimos aquí, donde las masas idolatran a los idiotas y los convierten en héroes ricos (Charles Bukowski)

Estados Unidos mantiene su hegemonía mundial sustentado en tres poderes clave: su capacidad atómica, el dólar como pilar de su dominio financiero y, a mi entender, el más decisivo, Hollywood. Sin este bastión de la industria del entretenimiento, la manipulación y la fabricación de noticias, sería difícil concebir la promoción de una figura que, tras no alcanzar siquiera el 1% en las elecciones primarias de 2020, se convirtiera en una contendiente destacada por la presidencia en 2024.

Resulta igual de improbable que un presidente en funciones, cuyas apariciones públicas han generado dudas y burlas, junto a una vicepresidenta de bajo perfil, haya logrado mantener una administración prácticamente invisible durante tres años y medio. Esto plantea una pregunta inevitable: ¿Quién gobierna realmente Estados Unidos de 2021 a enero de 2025?

Aunque no es el tema central de este artículo, es problemático que esta pregunta no tenga una respuesta clara. Lo que sí parece evidente es que Hollywood jugó un papel crucial en la preservación de la imagen de la administración Biden, ocultando las posibles limitaciones cognitivas del presidente, la irrelevancia de la vicepresidenta, y enseñando, de forma alarmante, el supuesto «peligro» del regreso de Trump para la democracia estadounidense.

Esta misma democracia, hoy en crisis y encabezada por la administración demócrata, se ha destacado por decisiones tan polémicas como el financiamiento a la guerra en Ucrania, la brutal ofensiva en Gaza y una política económica cada vez más proteccionista, profundizando los aranceles impuestos durante la presidencia de Trump.

Para los medios, Trump representa una amenaza “existencial” para la república, lo que refleja el deterioro político y social que atraviesa el país. Las elecciones realmente reflejan el enfrentamiento entre una figura vacía de propuestas concretas y otra con un historial de iniciativas demenciales. Es cierto que un segundo mandato de Trump probablemente conllevaría riesgos más serios que el primero, que terminó con más de un millón de muertes por COVID-19 y un motín en el Capitolio.

Aun así, la reciente victoria electoral del expresidente abre un período de desafíos sin precedentes. Entre ellos se cuentan las dos guerras activas que ha prometido finalizar, aunque aún no ha presentado un plan concreto. Además, su postura se enfoca en una nueva guerra comercial con China, el escepticismo profundo hacia el multilateralismo, la protección arancelaria para sectores económicos poco competitivos y un supuesto repliegue de Estados Unidos en su rol de “gendarme global.” Sin embargo, es importante señalar que esta posible reclusión no se extenderá a América Latina, su tradicional «patio trasero,» que continuará bajo la atención de Washington.

La guerra en Ucrania y sus posibles desenlaces

La guerra en Ucrania plantea escenarios complejos. Un tema recurrente ha sido la sugerencia de Trump sobre finalizar el conflicto en tan solo 24 horas. Sin la ayuda estadounidense, el futuro militar de Ucrania está sentenciado. Esto también afectará directamente a la OTAN, sus aliados europeos e incluso a la propia Unión Europea.

En cuanto a una posible negociación de paz, Trump no ha detallado cómo planea lograr un «acuerdo justo.» La retirada de Ucrania en varios puntos del frente sugiere que, en caso de negociaciones, Rusia podría tener una posición dominante para imponer condiciones. Para avanzar, es probable que ciertos puntos sean obligatorios: ningún gobierno antirruso podrá participar en el proceso de paz ni en futuros gobiernos ucranianos; los territorios anexionados quedarán bajo control ruso; y la constitución ucraniana debe prohibir la entrada a la OTAN y cualquier ejército propio, consolidando a Ucrania como un estado neutral, similar a Finlandia durante la Guerra Fría.

Una vez aceptados estos puntos, la negociación real abordará el Tratado de Seguridad Colectiva, cuya violación fue el motivo que disparó la “operación militar especial a Ucrania”. Este nuevo acuerdo de seguridad excluiría a la OTAN y a la Unión Europea en la configuración de los límites defensivos, reservando la negociación únicamente a Rusia y EE. UU. Dado que una zona de desmilitarización sin Ucrania y los últimos miembros de la OTAN (Macedonia del Norte, Finlandia y Suecia) debería extenderse hasta la frontera alemana, la OTAN y sus aliados se verían debilitados.

El futuro de la OTAN y la Unión Europea

Si la OTAN no participa de este acuerdo y la Unión Europea tampoco, para qué sirve la OTAN y ni qué hablar de sus nuevos adherentes, Finlandia y Suecia. Por lo tanto, si se aceptara esta hipótesis, la OTAN perdería su validez, al igual que sus socios europeos. Es posible que esta iniciativa tenga una decidida y paradójica oposición de los atlantistas de Bruselas. Si esto fuera así, obligaría al gobierno estadounidense a retirarse de la guerra, dejarla en manos europeas, las negociaciones, financiación y su terminación.

En cualquiera de los casos la Unión Europea pierde y enfrentará entonces una nueva configuración institucional. Algunos líderes, como Mario Draghi, han propuesto que los ciudadanos europeos financien la recuperación mediante un nuevo fondo de deuda de 800 mil millones de euros anuales. Sin embargo, el nacionalismo conservador ha ganado terreno en varios países europeos, dificultando la cooperación unificada.

El ejemplo actual es Alemania. El divorcio de la coalición de gobierno ante la inminente pérdida del gobierno es un síntoma, podrá ganar la democracia cristiana, pero a quien hay que detener es a Alternativa por Alemania (AfD). Hoy, aunque con una mezcla de nacionalistas y derechistas radicales, la derecha cuenta con 127 escaños en un parlamento de 705. Teniendo en cuenta la intención de voto a estos partidos, hay ocho países que se sitúan por encima de la media europea (que es del 16,9%): Francia (33,1%), Austria (27%), Italia (23,6%), Países Bajos (23,4%), República Checa (22,7%), Bélgica (21,5%) y Polonia (18,7%) que serán los que reconfiguren la Unión, pero con Trump esta vez.

Si bien el tema de Ucrania podría parecer en principio uno de los más sencillos de abordar, por no tener personal militar Estados Unidos, como en Irak o Afganistán, no lo es, si no va de la mano de Medio Oriente. El presidente Vladimir Putin propuso la creación de un nuevo sistema de garantías de seguridad colectiva en Eurasia ante el fracaso del modelo euroatlántico.

O sea, se trata ante todo de la Unión Estatal (de Rusia y Bielorrusia), la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), la Comunidad de Estados Independientes (CEI), la Organización de Cooperación de Shanghái (OSC) y, por si no se dieron cuenta, Rusia, China e Irán están entrelazadas. El control del Medio Oriente por parte de Estados Unidos, bajo su alianza estratégica con Israel, enfrenta importantes desafíos en el contexto actual.

Queda un solo tema de especulación, más allá de la inmigración, la salud, la educación, la guerra comercial con China, los aranceles, entre muchos otros, que quedarán para venideros análisis. Pero el hipotético repliegue de Estados Unidos como “gendarme global”, aunque no de América Latina, su «patio trasero”, merece un párrafo, sobre todo para Brasil y Venezuela.

Brasil entre Estados Unidos y los BRICS

Brasil dio una explicación poco feliz de su veto a Caracas en la incorporación a los BRICS. Según el gobierno obedece a que el presidente Nicolás Maduro abusó de la confianza de Lula tras las elecciones presidenciales al incumplir la promesa de presentar las actas oficiales de los resultados de las elecciones a presidente.

Venezuela es la mayor reserva mundial de petróleo, por lo que incorporarlo del lado de los BRICS era un objetivo estratégico para los mismos, lo que molestó a sus integrantes. ¿Qué autoridad tiene Brasil para exigir explicaciones sobre una acción soberana de otro país? Incluso como mediador en América del Sur, este gesto parece hostil e “inexplicable e inmoral”.

La “autonomía pragmática” de Brasil busca un equilibrio en un contexto internacional complicado, marcado por las guerras en Ucrania y Gaza. Sin embargo, esta postura parece poco favorable para mantener una verdadera neutralidad. Aun así, y tratando de ganar terreno en ambos lados de la cancha, como Turquía, el veto a Venezuela de su ingreso a los BRICS parece más una ejecución de Maduro y favorecer el juego de Trump, que una medida de autonomía moral.

En conclusión, Estados Unidos sigue enfrentando desafíos monumentales en su rol de potencia global. Desde su manejo de las guerras en Ucrania y Medio Oriente hasta su influencia en América Latina, su política exterior parece dividirse entre la continuidad y un repliegue estratégico. Sin embargo, la reconfiguración de alianzas globales y regionales, como los BRICS y la OTAN, refleja que el mundo está tendiendo a estabilizarse en un nuevo orden multipolar.

Fuente: https://eltabanoeconomista.wordpress.com/2024/11/10/el-gigante-en-crisis-el-futuro-incierto-y-la-disputa-por-la-decadencia/

18 de octubre de 2023

Biden quiere globalizar la guerra, pero en Europa hay mucho miedo

Isabella Arria, Aram Aharonian

Estados Unidos envió nueva asistencia militar a Israel y ordenó a su mayor portaviones acercarse al Estado israelí en una muestra de apoyo, junto con otros buques de guerra y gran cantidad de aviones de combate.

El presidente ucraniano Volodimir Zelenski ha visitado casi todas las capitales europeas, Naciones Unidas, el Congreso estadounidense, las instituciones de la Unión Europea, pero en los casi 600 días de la guerra en Ucrania pisó por primera vez los cuarteles de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), temeroso de que  la atención mediática y política, además del financiamiento, se desvíen hacia Israel.

La guerra en Medio Oriente mostró las primeras fisuras en los aliados transatlánticos y los ucranianos temen asimismo la escasez de munición y dólares, pese al mensaje enviado por la alianza atlántica a Rusia, haciéndoles saber que apoyarán a Zelenski el tiempo que haga falta. «Están en juego nuestros valores y nuestra seguridad», aseguró Jens Stoltenberg, secretario general del foro militar.

La guerra desencadenada entre Israel y Hamas, si continúa, puede tener consecuencias nefastas también en Europa, como las desencadenadas por la guerra en Ucrania. Ya se habla de que podría aumentar los precios del petróleo y de gas, señaló el ministro de las Empresas y del Made in Italy, Adolfo Urso.

Mientras, las usinas de desinformación han difundido noticias contradictorias sobre el supuesto bloqueo de las ayudas económicas que la UE tenía previstas para Palestina, unos 691 millones de euros en total, con la excusa de crear “instituciones responsables para un futuro estado palestino y el apoyo para el nacimiento de una economía autosuficiente”.

Para calmar la inquietud de Ucrania y otros países europeos, Estados Unidos ha comprometido un nuevo paquete de asistencia militar de 200 millones de euros y Bélgica ha anunciado que enviará sus primeros cazas de combate F-16 al frente.

La inquietud creció luego que, de cara a las elecciones presidenciales del próximo año, donde los republicanos lo acusan de ser blando con Irán, supuesto patrocinador de Hamas, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo  que está dispuesto a desplegar fuerzas militares adicionales en Medio Oriente.

China condenó los actos que dañan a civiles y pidió un alto el fuego inmediato. China dijo que está dispuesta a cooperar y coordinar con Egipto para contribuir al cese del fuego y de la violencia entre los bandos en el conflicto, así como para que la comunidad internacional se una para brindar apoyo humanitario al pueblo palestino y evitar un empeoramiento de la crisis humanitaria en Palestina, sobre todo en la franja de Gaza, comentó Zhai Jun, enviado especial chino para Medio Oriente

El diplomático también hizo hincapié en que la esencia del problema palestino-israelí y de los conflictos en constante evolución es la falta de una solución justa a la cuestión de Palestina. La solución fundamental consiste en la solución de dos estados. La comunidad internacional debe hacer esfuerzos urgentes para avanzar en la implementación de la solución de dos estados, subrayó.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, condenó el chantaje insoportable efectuado por Hamas en relación con la situación de más de cien rehenes retenidos desde el sábado, mientras el canciller de Alemania, Olaf Scholz, confirmó contactos con las autoridades israelíes para garantizar la liberación de éstos.

Varios países europeos han opinado que el conflicto entre israelíes y palestinos tiene una larga historia donde hay corresponsabilidades, pero la mayor es de Estados Unidos porque frenó de manera sistemática los posibles avances para encontrar una solución política y pacífica: dos pueblos para dos estados. Insisten en la necesidad de respetar las resoluciones de Naciones Unidas, que exigen dejar libre Cisjordania.

Estados Unidos fue el único país que vetó la obligatoriedad de una conferencia internacional para llegar a una paz duradera.

Siguen los ataques… y más muertos

Aviones de combate israelíes atacaron barrio por barrio la franja de Gaza, reduciendo edificios a escombros y provocando que los habitantes corrieran para encontrar un lugar seguro en el pequeño territorio, que ahora es blanco de fuertes represalias por los sorpresivos ataques del fin de semana de combatientes de Hamas, una venganza que el gobierno ultraconservador de Benjamin Netanyahu aseguró que reverberará durante generaciones.

La única planta de producción eléctrica de la franja de Gaza, exiguo territorio de 360 kilómetros cuadrados donde malviven 2.3 millones de palestinos, ha dejado de funcionar , en plenos bombardeos israelíes que han causado hasta el momento 1.055 palestinos muertos –más de 370 niños– y más de 5.100 heridos, según fuentes de los servicios de salud de la franja, que han colapsado totalmente.Los hospitales de Gaza se quedaron sin luz con más de 5.000 heridos.

El bloqueo total de la franja de Gaza, con el corte del acceso al agua, los alimentos y la electricidad, está prohibido por el derecho internacional humanitario, advirtieron por separado Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea (UE). La imposición de asedios que ponen en peligro la vida de civiles al privarlos de bienes esenciales para su supervivencia está prohibida por el derecho internacional humanitario, declaró el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk.

 Entre los israelíes, las fuerzas armadas reportaron más de mil 200 decesos, incluidos 155 soldados, y 2 mil 800 heridos.

¿El fin de Netanyahu?

El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu formó un gobierno de emergencia con la oposición -junto al opositor Beny Gantz, exministro de Defensa y exjefe del Estado Mayor del Ejército- ante la guerra con Hamás y el rápido deterioro de su imagen, y anunció el envío de más de 300 mil soldados a la frontera con la Franja de Gaza, que se quedó sin agua ni electricidad.

La carrera política de Netanyahu, construida sobre la promesa de la seguridad, se enfrenta a un desenlace vergonzoso. Cuando se calme la violencia y llegue la introspección, será el momento de que Israel saque lecciones sobre la paz con los palestinos

Mientras, EEUU negocia con Israel y Egipto el establecimiento de un corredor seguro para evacuar civiles de la Franja.

Biden va por la guerra total

De cara a las elecciones presidenciales del próximo año, donde los republicanos lo acusan de ser blando con Irán, supuesto patrocinador de Hamas, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo  que está dispuesto a desplegar fuerzas militares adicionales en Medio Oriente .

«El grupo islamita palestino cometió atrocidades que incluyen asesinatos de familias enteras y violaciones de mujeres, junto con informes que revuelven el estómago sobre bebés asesinados», indicó -sin sonrojarse- Biden desde la Casa Blanca. «Hay momentos en esta vida en los que un mal puro y sin adulterar se desata en este mundo, éste es un acto de maldad pura», añadió en su versión de los hechos.

Con cierto humor, el humorista Blankito interpretaba en una caricatura las palabras de Biden:  “habrá guerra para todos o no habrá guerra para nadie”

Estados Unidos envió nueva asistencia militar a Israel y ordenó a su mayor portaviones acercarse al Estado israelí en una muestra de apoyo, junto con otros buques de guerra y gran cantidad de aviones de combate.

El jefe del Pentágono, Lloyd Austin, dijo que un pequeño grupo de fuerzas especiales estadounidenses está trabajando con los israelíes en la planificación e inteligencia para la contraofensiva a Hamas, al tiempo de que China reiteró su llamado a un cese de hostilidades y defendió la solución de dos estados para el conflicto palestino-israelí.

En su primer comentario público sobre el actual conflicto en Medio Oriente, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, afirmó que el enfrentamiento entre israelíes y palestinos es una clara muestra del fracaso de la política de Estados Unidos en la región. Señaló que EEUU intentó monopolizar el arreglo político, pero lamentablemente no se tomó la molestia de buscar fórmulas de compromiso que pudieran ser aceptables para las dos partes.

Por el contrario, dijo Putin, al exponer su propia visión de lo que tenía que hacerse sólo presionaba a ambas partes, precisamente a los dos, a veces a uno y en ocasiones también al otro. Añadió que Washington nunca tomó en cuenta “los intereses legítimos del pueblo palestino, en primer lugar la necesidad de cumplir las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU para crear un Estado palestino independiente, soberano”.

Un poco de historia

Desde la creación de Israel hace 75 años, Palestina ha prácticamente desaparecido frente al irredentismo de Israel, estimulado por guerras y la instalación de sus insaciables colonos ultrafundamentalistas. Hace 22 años, el premier Netanyahu sentenció “los golpes dolorosos” contra los palestinos: “golpearlos no una vez, sino varias veces, tan dolorosamente, que el precio que paguen sea inaguantable».

Alfredo Jalife Rahme señaló que Netanyahu se jacta de haber engañado a EE.UU. para descarrilar los Acuerdos de Oslo de 1993. Añade que una semana antes del icónico 7 de octubre –operativo sorprendente de los palestinos de Hamas– Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de Joe Biden, alucinó que “la región de Medio Oriente se encuentra hoy más tranquila de lo que ha estado en dos décadas”.

EL 6 de octubre, más de 800 ultrafundamentalistas hebreos, con protección de la policía israelí, irrumpieron en forma provocativa la mezquita Al Aqsa, tercer sitio sagrado del Islam, después de La Meca y Medina. Para Hamas, cuyo logo es la mezquita Al Aqsa, significó, entre otros factores, el casus belli del día siguiente.

Para muchos es asombroso que Hamas sea abastecido con armas estadounidenses de Ucrania y Afganistán, que en la época de mayor vigilancia global por la anglósfera y sus “cinco ojos”, a los que habría que agregar al servicio israelí de espionaje Mossad–, hayan llegado tantas armas a Gaza -el “mayor campo de concentración del planeta” según el Vaticano-, y sitiada desde hace 16  años por las fuerzas de ocupación de Israel por cielo, mar y tierra.

Hace 14 años, el Wall Street Journal publicó el artículo “Cómo Israel ayudó a engendrar  a Hamas, y el representante texano Ron Paul expuso que “Israel creó a Hamas para combatir a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) de Yaser Arafat.El afán de Natayahu es que su cuarta guerra contra Hamas, cumpla la desaparición de Gaza y de los palestinos.

En una nueva táctica, Israel advierte a los civiles que evacuen vecindario tras vecindario, y luego perpetra los ataques, en lo que podría ser el preludio de una devastadora ofensiva terrestre sobre Gaza. Lo que le haremos a nuestros enemigos en los próximos días repercutirá en ellos durante generaciones, insistió Netanyahu.

Durante una entrevista telefónica con el presidente estadounidense, Joe Biden, añadió que la ofensiva de Hamas es de un salvajismo nunca visto desde el Holocausto. Ghasan Alian, coordinador de Actividades Gubernamentales en los Territorios, dependiente del Ministerio de Defensa de Israel, advirtió que “los animales humanos deben ser tratados como tales. Israel impuso un bloqueo total a Gaza. No habrá electricidad ni agua, sólo destrucción. Querían un infierno y tendrán un infierno”.

Irresponsablemente, hay demasiados que juegan a favor de ese infierno tan temido como final.

Isabella Arria. Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada a CLAE. 
Aram Aharonian. Periodista y comunicólogo uruguayo, magíster en Integración, creador y fundador de Telesur, y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

Fuente: https://estrategia.la/2023/10/11/biden-quiere-globalizar-la-guerra-pero-en-europa-hay-mucho-miedo/

Se publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

3 de marzo de 2023

A un año de la invasión rusa

Daniel Espinosa

A la élite occidental representada por la revista británica “The Economist” le preocupa mucho que, de no poder “socorrer” a Ucrania exitosamente: “…incluso los países que consideran censurable la invasión del Sr. Putin podrían concluir que el poder de Occidente está declinando…” (14/2/23). La revista reconoce que solo un tercio de la población mundial vive en países que han condenado la invasión rusa e impuesto las sanciones que la Casa Blanca exige a sus subordinados, que cada vez son menos.

Por su parte, el tradicional vocero no oficial de la CIA en el periodismo mainstream, el “Washington Post”, insiste en un editorial (18/2/23) que cualquier resultado que “premie al Kremlin” significaría un “golpe mortal al principio sobre el cual descansan la estabilidad occidental y la conducta internacional civilizada: que las naciones soberanas no pueden ser invadidas, subyugadas y sometidas a asesinatos en masa con impunidad”.

El poder de Occidente declina, como sugiere “The Economist”, y su propaganda se vuelve cada vez más risible. Pero para Afganistán, Irak, Siria y Yemen, con sus cientos de miles de muertos –las víctimas más recientes de la “conducta internacional civilizada” y su propensión a invadir, subyugar y masacrar–, la broma resulta cruel y de mal gusto.

El “Post” solicita más aliados para una nueva coalición que le plante cara al malvado Kremlin, pues a EE.UU. y a sus vasallos europeos “no les quedaría otra opción que intensificar su apoyo” a Kiev. Por su parte, el envejecido cascarrabias y mitómano que lidera el “mundo libre” –luego de una larga carrera al servicio de Wall Street– acaba de visitar Kiev el pasado lunes 20 para mostrarle su “apoyo inquebrantable”, no tanto a la Ucrania que se desangra y arruina para llevar a cabo los planes urdidos por la RAND Corporation para desgastar a Rusia o producir el ansiado cambio de régimen, sino a las ambiciones del imperio en decadencia.

Por su parte, un columnista del “New York Times” sostiene: “En este aniversario de la guerra, es tiempo para un esfuerzo concertado para persuadir a los americanos sobre una idea única: debemos apoyar a Ucrania todo lo que sea necesario, tanto tiempo como sea necesario, hasta que el ejército ruso sufra una derrota decisiva e inequívoca”. Como hay que persuadir a los americanos –cansados de subvencionar esta nueva aventura de la Casa Blanca– el opinante no olvida recitar el mantra propagandístico de la invasión rusa “no provocada” (19/2/23).

La propaganda de la corporación mediática se vuelve más radical y deshonesta justamente cuando el poder occidental declina y sus furiosos patrones exigen mayor disciplina y posiciones más agresivas. Stalin hubiera envidiado la obediencia de esta prensa, que parece decidida a llevarnos a una nueva guerra mundial. A partir de algunos editoriales y columnas de opinión citados, el analista independiente que edita el blog “Moon of Alabama” opina: “Estados Unidos necesita una estrategia de salida. Reconocer que la única alternativa es la guerra total y la aniquilación nuclear (como sugiere la prensa occidental fuera de control) …es el primer paso para desarrollar una”.

No somos tan optimistas. Sin embargo, sí se han dado algunas muestras de que EE.UU. y su alter ego, la OTAN, podrían recular en su guerra subsidiaria contra Rusia. El pasado 13 de febrero y contradiciendo las recientes declaraciones hechas en Kiev por el mismo Joe Biden, su administración señaló que “no existían garantías de futuro apoyo” para Ucrania. El general Mark Milley, jefe del Comando Conjunto estadounidense, dijo que sería “muy, muy difícil que, (durante) este año, Ucrania saque a Rusia del territorio ocupado”, y agregó que la guerra probablemente terminaría en la “mesa de negociaciones… sin que Ucrania o Rusia logren sus objetivos militares”.

Alemania subyugada

Las recientes investigaciones de Seymour Hersh sobre el sabotaje de los gasoductos Nord Stream, y el alucinante silencio (o deshonesto rechazo) de la prensa estadounidense y europea con respecto a lo revelado, han puesto en relieve el grado de subordinación de Alemania al (des)orden internacional estadounidense.

Pongámosle algo de historia: el barón de Ismay, primer Secretario General de la OTAN, señaló en la década del ’50 del siglo pasado que esta organización se creó para “mantener fuera a la Unión Soviética, adentro a los americanos y abajo a los alemanes”. Tenía sentido luego de la Segunda Guerra Mundial y la locura del nazismo recién derrotado. Pero está posición de cara a Alemania iría mucho más allá. Ya en nuestro siglo, el analista geopolítico George Friedman aseguraría que “para EE.UU., el miedo primordial es el acoplamiento de la tecnología y capitales alemanes con los recursos naturales y mano de obra rusos”.

¿Imperialismo ruso?

De acuerdo con el prestigioso analista político John Mearsheimer, la propaganda referente al supuesto imperialismo de Vladimir Putin comenzó en 2014. En una interesante entrevista ofrecida a fines de noviembre de 2022 a la publicación digital “Unherd”, el también especialista en relaciones internacionales señaló que no existe evidencia de que el actual líder ruso tuviera intenciones de expandir sus dominios a los países de la ex Unión Soviética, como sugiere la rabiosa propaganda del “New York Times” y otros medios de la prensa corporativa.

En un artículo del pasado 19 de febrero –en el que el “Times” concede que este año de guerra no ha hecho más que cimentar la posición de Putin en Rusia–, el medio neoyorquino insiste en la supuesta mentalidad “paranoica e imperialista” que habría conducido al Kremlin a invadir Ucrania. La mentira va más allá, pues los reporteros del diario “récord” también aseguran que Rusia habría tenido la intención de “tomar control de Ucrania”, es decir, adueñarse de ella en toda su extensión. Mearsheimer dice que esta noción es insostenible: ningún ejército intentaría hacerse de un país europeo con 190 mil soldados (y Ucrania es el más extenso de todos). Para ilustrar su punto, señaló que en 1939 la Alemania nazi invadió Polonia con 1.5 millones de soldados.

Con respecto a una pronta resolución de la guerra, Mearsheimer considera que “estamos jodidos” (we are screwed, en su idioma materno). Poner a una potencia nuclear como Rusia contra las cuerdas –como exige la gran prensa– podría significar nada más y nada menos que un suicidio colectivo (y radioactivo, dicho sea de paso). Sin embargo, en el actual conflicto, “el retroceso (parece estar) fuera de discusión tanto para Rusia como para Occidente”, que ve cualquier solución diplomática como una suerte de rendición.

El hecho de que Rusia sea una potencia nuclear no parece importarle demasiado al neoconservadurismo occidental y su “Proyecto para un nuevo siglo americano”, que desearía tener carta blanca para arruinar y doblegar a Rusia tal como lo viene haciendo con varias naciones del Medio Oriente. Como señaló el periodista estadounidense Robert Parry (fallecido en 2018), Ucrania ya era considerada el “premio mayor” por neoconservadores como Carl Gershman (presidente de la NED) en 2013, cuando señaló que dicha nación era el “paso intermedio” para derrocar a Putin. Un año después escucharíamos a otra “neocon”, Victoria Nuland, mandando al diablo a la Unión Europea (fuck the EU, en su idioma materno) por no compartir su agresiva posición de cara a Ucrania.

Así –y con la ayudita de este “periodismo”– es como llegamos a la desesperada situación geopolítica en la que nos encontramos.

Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 624 año 13, del 24/02/2023, p19

https://www.hildebrandtensustrece.com/

27 de octubre de 2022

Noam Chomsky: “Esta confrontación es una condena a muerte para la humanidad, nadie saldrá ganador”

Noam Chomsky  (Entrevista de C.J. Polychroniou)

“Un grave crimen sin justificaciones ni atenuantes”, pero a la vez un conflicto que solo puede entenderse por la política expansiva de la OTAN. Este el punto de partida del análisis que ofrece el pensador y activista Noam Chomsky en ‘Por qué Ucrania’, un libro clave para entender la complejidad de una guerra que está marcando una época. Esta entrevista es un fragmento del libro.

El pensador, lingüista, escritor, filósofo y activista Noam Chomsky es una de las voces más lúcidas para comprender el mundo actual. A través de diversas conversaciones, el libro Por qué Ucrania ofrece una panorámica sobre su pensamiento y su forma de entender la guerra entre Estados Unidos y Rusia que tiene lugar en Ucrania. Os ofrecemos un fragmento del libro, que puedes llevarte de regalo si te suscribes este mes a El Salto.

Acompañan las entrevistas unos textos del politólogo Pablo Bustinduy, cuyo foco analítico se centra en el papel de Europa ante la guerra ruso-ucraniana y en la necesidad de la UE de encontrar su lugar dentro del nuevo orden internacional del siglo XXI.

A lo largo de ocho entrevistas que citan documentos confidenciales y explican las dinámicas más complejas de las relaciones entre Rusia, Estados Unidos, la Alianza Atlántica, la UE y China, Chomsky ofrece al lector lo que los medios de comunicación raramente logran proporcionar: la posibilidad de comprender las razones más profundas del conflicto y lo que en ello está en juego, reflexionando a la vez sobre las consecuencias y las reacciones a nivel económico, político y militar en el resto del mundo.

En este libro, Noam Chomsky expone las causas de la invasión de Ucrania iniciada por Rusia en febrero de 2022, partiendo de dos premisas fundamentales: por un lado, estamos ante “un grave crimen de guerra por el que hay que buscar explicaciones, pero que no tiene ni justificaciones ni atenuantes”; por el otro, estamos asistiendo a un movimiento expansivo de la OTAN hacia el este, que merece ser destacado y analizado.

La invasión rusa es una violación evidente del artículo 2, párrafo 4, de la Carta de las Naciones Unidas, que prohíbe la amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad de otro Estado. No obstante, Putin ha intentado presentar justificaciones jurídicas a la invasión en el discurso del 24 de febrero. Rusia cita Kosovo, Irak, Libia y Siria como pruebas de las repetidas violaciones del derecho internacional por parte de Estados Unidos y de sus aliados. ¿Puede comentar las alegaciones de Putin a la invasión y explicarnos en qué estado se encuentra el derecho internacional en tiempos de posguerra fría?

No hay nada que decir sobre el intento de Putin de buscar una justificación jurídica a su agresión: su valor es igual a cero. Sí, es cierto que Estados Unidos y sus aliados violan el derecho internacional sin pestañear, pero esto no sirve de atenuante a los crímenes de Putin. Sin embargo, es innegable que lo de Kosovo, Irak y Libia ha tenido repercusiones directas en el conflicto de Ucrania.

La invasión de Irak ha sido un caso de manual, muestra de los crímenes por los que los nazis fueron colgados en Núremberg: una pura y simple agresión no provocada. Además de un puñetazo en la cara a Rusia.

Es cierto que Estados Unidos y sus aliados violan el derecho internacional sin pestañear, pero esto no sirve de atenuante a los crímenes de Putin

En el caso de Kosovo, la agresión de la OTAN —o sea, de Estados Unidos— se catalogó como “ilegal pero justificada”. La definió así, por ejemplo, la Comisión Internacional Independiente para Kosovo, presidida por Richard Goldstone, porque el bombardeo se llevó a cabo para frenar las atrocidades que se producían en la región. Para poder redactar aquella sentencia fue necesario cambiar el curso de los acontecimientos: hay evidencias aplastantes de que la ola de violencia fue la consecuencia —previsible, prevista, anticipada— de la invasión. Además, había vías diplomáticas que se podrían haber seguido, pero que se ignoraron (como siempre) para seguir el camino de la fuerza.

Funcionarios estadounidenses de alto rango confirman que fue, sobre todo, el bombardeo de Serbia, aliada de Rusia —a la que ni siquiera se puso sobre aviso—, lo que hizo cambiar de idea a los rusos, que estaban dispuestos a colaborar con Estados Unidos para construir una nueva estructura de seguridad europea tras la Guerra Fría; un cambio de parecer que se aceleró con la invasión de Irak y el bombardeo de Libia toda vez que Rusia había aceptado no vetar una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que la OTAN violó inmediatamente.

Todo lo que se hace tiene consecuencias, por mucho que los hechos puedan ser ocultados bajo los intereses de la doctrina dominante.

El derecho internacional no ha cambiado después de la Guerra Fría, ni siquiera de palabra, por no hablar ya de los hechos

El derecho internacional no ha cambiado después de la Guerra Fría, ni siquiera de palabra, por no hablar ya de los hechos. El presidente Clinton aclaró a su tiempo que Estados Unidos no tenía intención de respetarlo. La doctrina Clinton preveía que Estados Unidos se reservara el derecho de actuar “unilateralmente si era necesario”, e incluso el de recurrir “al uso unilateral del poder militar” para defender intereses vitales como “garantizar el acceso ilimitado al mercado, a las fuentes de energía y a los recursos estratégicos”. Y el mismo camino siguieron sus sucesores, y cualquiera que pueda violar la ley impunemente.

No quiero decir que el derecho internacional carezca de valor. Ofrece margen de aplicabilidad y, en cierto sentido, es un modelo útil.

La intención de la invasión rusa parece ser derrocar el Gobierno de Zelenski y colocar uno prorruso. En todo caso, vayan como vayan las cosas, Ucrania se enfrenta a un futuro descorazonador porque parece que se va a convertir en un peón en los juegos geoestratégicos de Washington. ¿Cuán probable es que las sanciones económicas lleven a Rusia a cambiar de posición respecto a Ucrania, o las sanciones tienen un objetivo más amplio, como debilitar el poder de Putin en Rusia y sus relaciones con países como Cuba, Venezuela o China?

Es posible que Ucrania no haya hecho la elección más inteligente, pero quizá tampoco tenía muchas opciones delante de los Estados imperialistas. Sospecho que las sanciones harán que Rusia dependa todavía más de China. Salvo cambio drástico, Rusia es un petroestado cleptocrático y se basa en un recurso energético cuya utilización debe reducirse drásticamente; si no, estaremos acabados. No está claro que su sistema financiero pueda resistir un ataque consistente, sea a través de sanciones o de otras medidas. Una razón más para ofrecer, aunque sea a disgusto, una vía de escape.

Estamos en un momento crítico de la historia de la humanidad. No podemos negarlo, no podemos ignorarlo

¿Piensa que la invasión ha inaugurado una nueva era en la conflictividad entre Rusia (quizá aliada con China) y Occidente?

Es quizá pronto para decir dónde se recogerán las cenizas, y esto podría no ser una metáfora. De momento, China juega bien sus cartas y es probable que lleve adelante el proyecto de integración económica de buena parte del mundo en su programa de expansión global. Hace unas semanas incorporó a las iniciativas de la Nueva Ruta de la Seda a Argentina, mientras asiste a cómo se destruyen entre ellos los enemigos.

Como he dicho antes, esta confrontación es una condena a muerte para la humanidad, nadie saldrá ganador. Estamos en un momento crítico de la historia de la humanidad. No podemos negarlo, no podemos ignorarlo.

20 de octubre de 2022

Esperando la bomba

Daniel Espinosa

Dos semanas antes de las detonaciones del gasoducto Nord Stream, el periodista y analista geopolítico francés Thierry Meyssan señaló con mucho tino cómo “la propaganda europea (apuntaba) a preparar al público para el cierre definitivo del gasoducto”, así como “para responsabilizar a Rusia” por ello.

A diferencia de la mayoría de los analistas a los que estamos expuestos, Meyssan –galardonado en 2005 con el título de persona non grata por el Departamento de Estado de EE.UU.– no se encuentra encorsetado en las formas de análisis geopolítico preferidas por las universidades más importantes del hemisferio occidental y los “think-tanks” financiados por la industria privada del mismo origen.

La profunda degeneración del poder concentrado, en este caso, en los neoconservadores –o discípulos de Leo Strauss– desperdigados por Londres y Washington, no escapa a su visión. Para entender un poco de la filosofía de Strauss aplicada a la política, podemos acercarnos a un artículo del periodista estadounidense Brent Staples (“New York Times”, 28/11/94):

“...Strauss sostenía que los reyes-filósofos (incluyéndolo) habían nacido para gobernar, los sirvientes habían nacido para servir y solo el desastre podía sobrevenir si se permitía a la chusma ponerse por encima de su lugar. Strauss fue desvergonzadamente elitista y antidemocrático. Sus ideas le han sobrevivido, poniéndose en boga en la política americana” (paréntesis incluido en el original).

Como explica Meyssan, quienes rinden culto a Strauss desde el Pentágono y el Departamento de Estado de EE.UU., “…están listos para hacer lo que sea. Por ejemplo, querían regresar a Irak a la era de piedra. Y eso es precisamente lo que hicieron”. Como también observa este periodista francés, los straussianos ya habían escrito, hacia 1992, que no dudarían en destruir Europa y la Unión Europea (Voltairenet.org, 13/9/22). El documento secreto “Defense Planning Guidance” del gobierno de EE.UU., de 1992 (revelado solo en sus líneas generales por la prensa estadounidense), explica que parte de la estrategia yanqui consistirá en “convencer a potenciales competidores de que no deben aspirar a un rol mayor (en la política global) o a perseguir una postura más agresiva de cara a proteger sus legítimos intereses”.

Sus “legítimos intereses”, recalcamos. Y así expusieron en palabras lo que venía siendo la geopolítica estadounidense desde siempre. Como no podría ser de otra manera, la competencia por la supremacía geopolítica incluye a Latinoamérica. En ese marco, el Partido de los Trabajadores (PT) brasileño era una amenaza para la hegemonía yanqui, pues apostaba al multilateralismo propuesto a través de BRICS (compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que tiene entre sus principios la búsqueda de un mundo multipolar “sin ningún tipo de superpotencia dominante”, como se explica claramente en infobrics.org, que, en referencia a Brasil, añade: “…el primer ministro de relaciones exteriores del gobierno de Bolsonaro, Ernesto Araujo, consideró que Brasil debía cuestionar la relevancia de BRICS. Bolsonaro se enfocaría, en su lugar, en las relaciones políticas con EE.UU. e Israel”.

El clarísimo lawfare ejercido hacia Lula da Silva, Dilma Rousseff y el PT, dirigido por el Departamento de Justicia de EE.UU. con la colaboración de un par de brasileños “patriotas”, el juez Moro y el fiscal Deltan Dallagnol, puso fin (temporalmente) a los proyectos multipolares del país más grande de Sudamérica. Sin ese “empujoncito” de fuera, Bolsonaro seguiría siendo un oscuro pie de página en la historia brasileña, pues habría perdido las elecciones de 2018 contra el injustamente encarcelado Da Silva.

Ante los resultados de primera vuelta de las últimas elecciones presidenciales brasileñas, celebradas el pasado 2 de octubre, debemos notar la facilidad con la que la gran prensa mantiene al público en la ignorancia y la confusión. Como notó la periodista Inna Afinogenova en el programa “La Base” (3/10/22), luego de su encarcelamiento, Lula da Silva “fue absuelto de todas las causas que tenía en su contra… pero este tipo (el periodista español Eduardo Inda) sigue diciendo que es un ladrón en un programa que ven cientos de miles y no pasa absolutamente nada… increíble”. Inda le dijo al público español, a través de Telecinco, que los pobres brasileños elegían entre “un loco y un ladrón”. En el Perú, Marco Sifuentes dijo casi exactamente lo mismo en su programa “La Encerrona” (3/10/22).

“No provocado”

La propaganda lo oscurece todo y es en estos puntos álgidos de la historia –cuando se vuelve a hablar con seriedad de detonar bombas atómicas– cuando ella se torna más peligrosa. La responsabilidad, por supuesto, está en la gran prensa y sus distraídos representantes.

Al respecto, la periodista australiana Caitlin Johnstone señala acertadamente cómo la narrativa de la invasión rusa “no provocada” constituye un obstáculo para conseguir la paz que el mundo anhela y el imperialismo estadounidense y sus vasallos europeos aborrecen. Hablar de una invasión rusa “no provocada”, explica la periodista, es como decir que “Putin invadió (Ucrania) porque es un lunático malvado que disfruta cometer crímenes de guerra, o un tirano megalómano que quiere conquistar el mundo porque detesta la libertad y la democracia… lo que significaría que seguirá atacando e invadiendo otros países a menos que sea detenido”.

En suma, explica Johnstone, “la única respuesta es más guerra”. Por eso, agrega, “los apologistas del imperio se enfurecen con quienes abogan por la única posición sana y racional… llamar a la desescalada y la distención” (Consortium News, 02/10/22).

Ya hemos señalado en esta columna cómo la propaganda crea estos monstruos de fábula, inherentemente malvados, irracionales e irreversiblemente trastornados. Una vez construida esta narrativa infantilizante, ¿qué solución podría caber, excepto la destrucción de ese enemigo? Esta es la narrativa del “cambio de régimen”, y si no la tenemos aprendida de memoria a estas alturas es debido a la irresponsabilidad de la gran prensa y su peligrosísima propaganda.

Coincidiendo en el hecho ampliamente aceptado de que la invasión rusa de Ucrania es ilegal y brutal, el veterano periodista australiano John Pilger recalca que ella fue la respuesta a “casi ocho años de asesinatos y la destrucción criminal de la región del Dombás” (aproximadamente, 14 mil muertos desde el golpe de Estado contra Kiev de 2014). Como también dijo Pilger: “En diciembre pasado (2021), Rusia propuso un plan de seguridad para Europa. Este fue desechado, ridiculizado y suprimido por la prensa occidental. El 24 de febrero (2022), el presidente Volodímir Zelenski amenazó con desarrollar bombas nucleares a menos que EE.UU. armara y protegiera a Ucrania”.

Como observa otro encomiable periodista independiente, el inglés Jonathan Cook: “El cerco de Rusia no es un error aislado. La mediación occidental y el golpe (contra Kiev), seguidos del apoyo a un ejército nacionalista ucraniano hostil a Rusia, tampoco es un hecho aislado. La decisión de la OTAN de inundar Ucrania de armamento, en lugar de concentrarse en la diplomacia, no es una aberración… todo esto constituye un patrón de conducta patológica de Occidente hacia Rusia, así como hacia cualquier estado rico en recursos que no se somete al control occidental”.  

El patrón se confirma cuando nos enteramos de que, en abril pasado y ante una posible tregua entre Rusia y Ucrania, Boris Johnson viajó a Kiev para advertirle a Zelenski que “con Rusia no se debe negociar, (sino que) se le debe presionar… incluso si Ucrania está lista para firmar algún tipo de acuerdo… con Putin, nosotros (EE.UU. y sus vasallos europeos) no lo estamos”. Luego de eso, explica Aarón Maté, “las conversaciones colapsaron…” (los últimos tres autores fueron citados de MediaLens.org, 30/9/22).

Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 606 año 13, del 07/10/2022, p18

18 de octubre de 2022

La voladura del gasoducto es una declaratoria de guerra

Thierry Meyssan

La lucha de Estados Unidos por mantener su hegemonía mundial ha pasado a su tercera etapa. Debido a la extensión de la OTAN hacia el este, lo cual viola el compromiso contraído ‎por Occidente de abstenerse de desplegar armamento estadounidense en Europa Central, Rusia, obligada a garantizar la defensa de sus extensas fronteras, se ve directamente amenazada.

En violación de los compromisos contraídos al término de la Segunda Guerra Mundial, ‎Washington instaló en Kiev el actual régimen de los “nacionalistas integristas” (simplemente ‎‎”nazis” en la terminología del Kremlin). Los “nacionalistas integristas” prohibieron a sus ‎compatriotas rusoparlantes hablar su lengua materna –el ruso–, los privaron de servicios ‎públicos y finalmente bombardearon sin descanso a los del Dombás. Al cabo de 8 años de ‎matanza, Rusia ya no tuvo otra opción que iniciar una intervención militar para poner fin al ‎calvario de las poblaciones rusoparlantes. La tercera fase de la intervención silenciosa de Estados Unidos es la imposición de un cambio en ‎el aprovisionamiento energético a todos los países de Europa Occidental y de Europa Central. ‎Precisamente el mismo día de la puesta en marcha del gasoducto del Báltico (Baltic Pipe), los ‎dos gasoductos Nord Stream fueron puestos fuera de servicio mediante sabotajes realizados ‎con explosivos… y también se interrumpió el mantenimiento técnico del Turkish Stream.

La voladura parcial de los gasoductos Nord Stream y Nord Stream 2 es el mayor acto de ‎sabotaje de toda la historia. Y es un acto de guerra contra Rusia pero también contra Alemania ‎por ser estos los países copropietarios (51% Rusia y 30% Alemania) que más recursos invirtieron en ‎esas infraestructuras de colosal envergadura. Pero es también un acto de guerra contra los demás ‎socios, que son Países Bajos (9%) y Francia (9%). Sin embargo, los Estados occidentales ‎perjudicados que acabamos de mencionar guardan silencio.

Para realizar los atentados contra los gasoductos Nord Stream y Nord Stream 2 fue ‎probablemente necesario el despliegue de submarinos en las zonas ya identificadas por las ‎potencias de la región. Oficialmente no hay indicios, en el sentido “policial” de la expresión, pero ‎las “cámaras de vigilancia” (en este caso los dispositivos de sonar) ya “hablaron”. Los Estados ‎interesados saben con certeza quién es el culpable. Si no reaccionan, serán borrados del mapa, ‎políticamente hablando. Pero también es posible que estén preparando en secreto algún tipo de ‎reacción, que los convertiría en verdaderos actores políticos… cuando se decidan a concretarla.

Los franceses deben recordar la intentona de golpe de Estado militar que estremeció Francia ‎en 1961 y los subsiguientes intentos de asesinato contra el presidente Charles de Gaulle. ‎El propio De Gaulle fingió creer que los atentados contra su vida eran cosa de la OAS ‎‎(Organización del Ejército Secreto, siglas en francés), que se componía de franceses contrarios a ‎la independencia de Argelia. Pero el ministro francés de Exteriores de la época, Maurice Couve ‎de Murville, mencionó públicamente el papel del Opus Dei español y de la CIA estadounidense ‎en la organización y financiamiento de aquellos intentos de asesinar a De Gaulle. Este último ‎ordenó entonces que se abrieran investigaciones, identificó a los traidores, reorganizó la policía ‎y el ejército franceses y, cinco años después, sacó a Francia del mando integrado de la OTAN, dio a ‎esta última dos semanas para cerrar su sede (que estaba precisamente en París) y trasladarla a ‎Bélgica y además dio a ese bloque bélico plazos un poco más largos –pero bien definidos– para ‎concretar el cierre de las 29 bases militares que tenía en suelo francés. Posteriormente, el ‎presidente De Gaulle realizó una serie de viajes al extranjero, durante los cuales denunció ‎repetidamente la hipocresía de Estados Unidos, principalmente la guerra de Vietnam.

Francia se convirtió así nuevamente en una potencia faro en materia de relaciones ‎internacionales. Aquellos hechos nunca fueron explicados claramente a la opinión pública, pero todos los responsables políticos de aquella época pueden confirmarlos.

Después de la disolución de la Unión Soviética, Estados Unidos elaboró una redistribución del ‎mundo que modifica radicalmente las relaciones internacionales, con derrocamientos de gobiernos ‎y el inicio de guerras, para imponer determinadas rutas al transporte de recursos energéticos. ‎Esa fue la principal actividad del vicepresidente estadounidense Al Gore durante 8 años, bajo ‎la administración Clinton. Y a eso mismo se dedica hoy Amos Hochstein, como consejero especial ‎del presidente Joe Biden. Basta recordar la guerra de Transnistria –un intento estadounidense de ‎apoderarse de un nodo de gasoductos– y la posterior guerra de Kosovo, para ‎construir el «Octavo Corredor», una vía de comunicación a través de los Balcanes, y ya tenemos ‎sobre la mesa las demás piezas del rompecabezas.

Resulta especialmente difícil discernir a fondo la gravedad de la catástrofe que acaba de caer ‎sobre la Unión Europea y que, muy probablemente, va a causar su derrumbe económico. Esa comprensión se hace todavía más difícil porque la Unión Europea ha tomado por sí misma varias ‎de las decisiones que van a llevarla a la quiebra.

Hasta el 26 de septiembre de 2022, Rusia todavía era el principal proveedor de gas de la Unión ‎Europea. El gas ruso seguía llegando a la UE por el gasoducto Brotherhood –a través ‎de Ucrania–, por el Nord Stream o por el Turkish Stream. Estados Unidos, que ‎supuestamente garantiza la seguridad de la Unión Europea, acaba de cortar esas tres vías de ‎aprovisionamiento. El lector puede estar pensando que el gasoducto Brotherhood todavía está ‎en funcionamiento… pero Kiev puede cerrarlo o inutilizarlo en cualquier momento mientras que ‎‎Nord Stream ha sido saboteado y Turkish Stream ya no puede recibir el mantenimiento ‎técnico que necesita porque lo impiden las sanciones que la Unión Europea ha adoptado… ‎a instancias de Estados Unidos.

Hasta el 26 de septiembre, la economía de la Unión Europea se apoyaba fundamentalmente en la ‎producción de la industria alemana. Al cortar el gasoducto Nord Stream, Estados Unidos ha destruido la industria alemana. Según la célebre fórmula de Lord Ismay, quien fue el primer secretario ‎general de la OTAN, la “gran estrategia” de los anglosajones consiste en «Mantener a ‎los americanos dentro, a los rusos fuera y a los alemanes bajo tutela».

Todas las administraciones estadounidenses han aplicado esa política ininterrumpidamente desde ‎los años 1950. Nueve países participaron en la construcción de Nord Stream y cuatro son ‎propietarias de esa importante infraestructura. Nord Stream entró en funcionamiento en 2011. ‎A partir del mandato de Donald Trump, en 2017, el Congreso de Estados Unidos amenazó con ‎sanciones a las empresas que participaban en el funcionamiento de Nord Stream y a las que ‎se habían implicado en la construcción de Nord Stream 2. Siendo presidente, el propio Donald ‎Trump se mofó de la sumisión de Alemania, que se alimentaba del gas ruso. No sólo ‎Estados Unidos sino también Polonia pusieron innumerables trabas jurídicas al gas ruso en ‎Europa Occidental. En ese campo, la nueva administración estadounidense no cambió ‎absolutamente nada. Alemania creyó, erróneamente, que la administración Biden sería más tolerante.

Claro, en julio de 2021, se llegó a un acuerdo según el cual Nord Stream 2 sería sustituido con ‎hidrógeno fabricado… en Ucrania y transportado, a partir de 2024 (el año de expiración del ‎contrato ruso-ucraniano), por el ya vetusto Brotherhood que sería convenientemente adaptado.

El canciller alemán Olaf Scholz, electo en diciembre de 2021, cometió dos graves errores en sólo ‎meses. El 7 de diciembre Scholz estuvo en la Casa Blanca y allí trató de resistirse a la presión de ‎Estados Unidos, que lo instaba a renunciar al gas ruso. De regreso en Berlín, Scholz optó por ‎mantener Nord Stream en funcionamiento y bloquear la puesta en marcha de Nord Stream 2, ‎mientras buscaba fuentes de energías renovables. Scholz creía erróneamente que así lograría un ‎equilibrio entre el belicismo del pensamiento estratégico estadounidense, las necesidades de la ‎industria alemana y la doctrina de los Verdes, miembros de su coalición de gobierno.

El canciller alemán ya se había llevado un buen susto en Washington. Durante su conferencia ‎de prensa con el presidente estadounidense, Joe Biden había declarado que Estados Unidos ‎podía destruir Nord Stream 2 y que lo haría si Rusia invadía Ucrania. Para Scholz fue ‎absolutamente aterrador que su amo estadounidense le dijera sin miramientos que sería ‎capaz de destruir una infraestructura que había costado decenas de miles de millones si un tercer ‎país actuaba sin tener en cuenta las órdenes de Washington. No sabemos si durante las conversaciones a puertas ‎cerradas Biden mencionó ‎también la eventual destrucción del primer Nord Stream –no es imposible que lo haya hecho–. En todo caso, los periodistas alemanes que ‎acompañaban a Scholz recuerdan que el canciller estaba lívido durante el viaje de regreso a Berlín.

Scholz cometió su segundo error el 16 de septiembre de 2022. Alemania no quiere seguir ‎sometida a la tutela de los anglosajones, prefiere garantizar por sí misma su seguridad y la del ‎conjunto de países miembros de la Unión Europea. Así que el canciller Scholz declaró que:‎ “Siendo nosotros la nación más poblada, dotada del mayor poderío económico y situada ‎en el centro del continente, nuestro ejército debe convertirse en el pilar de la defensa ‎convencional en Europa”. Al precisar que hablaba sólo de “defensa convencional”, el canciller Scholz creyó que estaba ‎evitando herir la susceptibilidad de su vecina Francia, única potencia nuclear de la Unión Europea. ‎Pero no se daba cuenta de que estaba violando la doctrina de los discípulos de Leo Strauss –los ‎straussianos de Estados Unidos– imaginándose poder escapar al protectorado militar ‎estadounidense.

En 1992, Paul Wolfowitz había firmado la Defense Policy Guidance, algunos de cuyos fragmentos ‎se conocieron a través del New York Times. Wolfowitz indicaba en ese documento que ‎Estados Unidos vería toda voluntad de emancipación de sus aliados europeos como un cassus ‎belli.‎ Seis días después de las declaraciones del canciller alemán Scholz, los Navy Seals volaban los dos ‎gasoductos del Mar Báltico, lo cual significa para Alemania 11 años de retroceso.

Sólo horas después del sabotaje contra Nord Stream y Nord Stream 2, el presidente de ‎Polonia, el primer ministro de Dinamarca y el ministro de Energía de Noruega inauguraban con ‎bombos y platillos el gasoducto Baltic Pipe, que no tiene ni remotamente la misma capacidad ‎que los Nord Stream pero bastará para marcar el cambio de época. Antes, la industria alemana ‎alimentada con el gas ruso hacía el papel de líder de la Unión Europea. En adelante, ese papel ‎quedará en manos de Polonia, impulsada por gas noruego. El primer ministro polaco, Mateusz ‎Morawiecki, proclamó triunfalmente su odio en plena ceremonia al sentenciar: “Llega a su fin ‎la era de la dominación rusa en el sector del gas; una era que estuvo marcada por el chantaje, las ‎amenazas y la extorsión”.

El acto de guerra perpetrado contra Rusia, Alemania, Países Bajos y Francia nos obliga a ver los ‎hechos de Ucrania bajo una perspectiva diferente. Ese acto de guerra es mucho más importante ‎que todo lo anterior porque Estados Unidos acaba de atacar a sus “aliados”. En artículos ‎anteriores he explicado con detalles lo que los straussianos buscaban con sus provocaciones ‎en Ucrania. Lo que acaba de suceder nos muestra por qué Washington apoya el proyecto ‎straussiano como política de Estado. Y también nos demuestra que su “gran estrategia” ‎no ha cambiado desde los años 1950.

En la práctica, la Unión Europea va a derrumbarse en el plano económico, con excepción de Polonia y ‎sus 11 aliados de Europa Central, miembros de la Iniciativa de los Tres Mares o Intermarium‎. El viento cambia de rumbo. Ahora es Polonia la que tiene ‎el “viento en popa”.

Los grandes perdedores serán Europa Occidental y Rusia. Pero también estará entre ‎los perdedores Ucrania, destruida sólo para dar lugar a esta hecatombe. ‎

Thierry Meyssan. Director de Red Voltaire.

Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 606 año 13, del 07/10/2022, p19

11 de agosto de 2022

El conflicto entre la OTAN y Rusia centrado en la guerra de Ucrania era previsible, predecible y evitable: ¿Por qué continúa?

VICENÇ NAVARRO

INTRODUCCIÓN: LAS FALSEDADES QUE SE ESTAN PROMOVIENDO SOBRE ESTE CONFLICTO

Existe un conflicto, primordialmente entre la OTAN por un lado y Rusia por el otro, que alcanza su dimensión militar en la guerra de Ucrania, que está creando una crisis enorme que está afectando muy negativamente el bienestar de la mayoría de la población mundial tanto del Norte como del Sur y tanto de un bloque como del opuesto, incluyendo también de aquellos que no están en ningún bloque. Y lo que es muy preocupante es que, como ocurre en cada guerra, los mayores medios de comunicación participan en esta guerra transformándose en medios de promoción y propaganda en lugar de información. En cada lado del conflicto se ve la demonización del enemigo al cual hay que destruir o hacer desaparecer. Así se crea una cultura bélica que impide la resolución del problema. Y esta es la situación actual en la que nos encontramos, en la que lo que se presenta como la única solución de esta guerra, es la derrota completa del enemigo. Y como esto no parece que vaya a ocurrir pronto, se concluye que tenemos guerra para rato, lo cual puede llevarnos a un auténtico desastre mundial. De ahí la enorme importancia y necesidad de entender lo que está ocurriendo. Sin negar la gran responsabilidad que la dirección de Rusia liderada por Putin ha tenido en iniciar la invasión criminal y la guerra de Ucrania, hay también que informar (lo cual los mayores medios de comunicación no están haciendo) como la OTAN ha ido también contribuyendo a crear el contexto en el cual tal invasión tuvo lugar. Y ello dificulta en gran manera que se entienda lo que está pasando y por lo tanto dificultando que se pueda llegar a una situación adonde se pueda terminar este conflicto, responsable de una de las mayores crisis económicas y sociales que el mundo ha visto en los últimos cincuenta años.

Este artículo continúa otros anteriores donde he hecho críticas de la (1) Unión Soviética (2) de la transición que ocurrió en Rusia tras el colapso de la Unión Soviética y las políticas públicas realizadas por Yeltsin y su mano derecha, Putin, que originaron el mayor crecimiento de la mortalidad de la población rusa desde la II Guerra Mundial y (3) la conversión del equipo dirigente del nuevo sistema (heredero del aparato del estado soviético anterior), de un nacionalismo extremo, profundamente conservador cristiano, parte de una nueva internacional de ultraderecha muy preocupante. En este artículo hago una crítica de las falsedades que se están promoviendo por gran parte de los medios informativos en España sobre la OTAN que están negando sus responsabilidades en haber creado las condiciones para que se realizara la invasión criminal de Putin en Ucrania.

LA IDEALIZACIÓN DE LA OTAN

Existe una percepción generalizada en los establishments políticos y mediáticos españoles de que la OTAN se creó como una respuesta a la amenaza que la Unión Soviética representaba para las democracias existentes a los dos lados del Atlántico Norte. Había que frenar las supuestas ansias expansionistas de la Unión Soviética estableciendo un sistema armado en defensa de la democracia en aquellos países. De ahí que se estableciera la Alianza Atlántica y su rama militar (la OTAN) liderada por el gobierno federal de EEUU, que jugó desde el principio un gran protagonismo presentándose (y siendo percibido por sus aliados en la Alianza Atlántica) como el gran proveedor de seguridad y garantía de sus democracias. En esta percepción, Seguridad, Fuerzas Armadas y OTAN eran conceptos y realidades intercambiables necesarias para la defensa de España. Esta percepción ha sido y continúa siendo promovida por la gran mayoría de los medios de información en España, alcanzando su máxima expresión durante las recientes reuniones de la dirección de tal organización en Madrid hace solo unas semanas.

LA FALSEDAD DE TAL IDEALIZACIÓN DE LA OTAN

 Para construir esta percepción idealizada y falsa de la OTAN y del gobierno estadounidense que la lidera, se han tenido que ignorar hechos históricos y eventos actuales que cuestionan los pilares sobre los que se sustentan tal falsedad. Tales medios debieran preguntarse: si la OTAN se estableció por la Alianza Atlántica para defenderse de la Unión Soviética, ¿cómo se explica que este organismo haya seguido existiendo después de que la Unión Soviética desapareciera? Es más, el mayor crecimiento de la OTAN fue después del fin de la Unión Soviética, no antes. ¿Cuál era pues el objetivo de la OTAN para seguir creciendo, si el enemigo ya había desaparecido? ­­­­­Otra serie de preguntas que tales medios deberían también hacerse es porqué la OTAN, supuestamente defensora de la democracia a los dos lados del Atlántico Norte, ha tenido la gran mayoría de intervenciones militares en otros continentes distintos a Europa y Norte América, su lugar de ubicación, y no precisamente en contra de la Unión Soviética, sino en contra de otros enemigos.

 ¿ES LA INTENCIÓN DEL LIDER DE LA ALIANZA ATLÁNTICA DEFENDER LA DEMOCRACIA?

 Otra realidad que cuestiona la veracidad del argumento que se utiliza en defensa del liderazgo del gobierno estadounidense en esta Alianza, es la escasa evidencia de que tal gobierno se haya distinguido por su compromiso con la democracia a nivel mundial. Es cierto que en la II Guerra Mundial el gobierno de EEUU jugó un papel importante en la derrota del Nazismo, aunque en Europa la mayor responsabilidad de la victoria, como Winston Churchill subrayó, se debió a la determinante intervención de la Unión Soviética. Los costes humanos de tal conflicto fueron mayores para este último país que para EEUU. La Unión Soviética perdió en este conflicto 24 millones de ciudadanos (8 a 10 millones militares y 14 millones civiles). El número de estadounidenses fue muchísimo menor (418,500, de los cuales solo 1700 fueron civiles). Estados Unidos fue determinante en la victoria  al Japón Imperial en el Pacífico, y aunque en Europa también fue importante, allí la fuerza determinante fue la Unión Soviética.

Pero desde entonces, desde el fin de la II Guerra Mundial, la política exterior de EEUU se caracterizó por su apoyo a dictaduras enormemente opresivas y represivas existentes en el mundo, incluyendo en Europa. En España, el gobierno federal de EEUU jugó un papel clave, junto con el Vaticano, en el proceso de reconocimiento internacional de una de las dictaduras más crueles y sangrientas en la  Europa del siglo XX: la dictadura fascista española liderada por el General Franco.  Según el Profesor Malefakis de la Columbia University en Nueva York, experto en el fascismo europeo, por cada asesinato político por parte del régimen fascista italiano liderado por Mussolini, el régimen fascista español liderado por Franco asesinó a diez mil. El gobierno estadounidense fue también instrumental en el establecimiento y apoyo de dictaduras reaccionarias, crueles, y sangrientas en otras latitudes. En varios países de América Latina, incluyendo Chile, cuando yo estaba asesorando al Gobierno Allende, pude ser testigo directo de la intervención del Gobierno Nixon en el golpe militar del General Pinochet.  Y lo mismo ocurrió en otros continentes. En Latinoamérica el único país asociado a la OTAN es Colombia, que a petición del gobierno Uribe (de la derecha dura colombiana), fue admitido en condición no de miembro, pero sí de "aliado principal". Y hoy EEUU cuenta entre sus grandes aliados a países como Arabia Saudita, carentes de los más mínimos derechos humanos (dictadura peor que la rusa liderada por Putin), que ha estado invadiendo a Yemen con la ayuda militar de EEUU. Considerar al gobierno federal de EEUU como gran defensor de la democracia no se corresponde con su récord histórico.

¿CUÁL ES PUES EL OBJETIVO DE LA OTAN?


La OTAN no es solo una alianza militar. Es bien conocido que el gobierno federal de EEUU ha intervenido activamente en la política interior de países alrededor del mundo para defender sus intereses. Estas intervenciones han incluido el uso de la OTAN para presionar e intervenir en la política interior de la mayoría de los países miembros de tal organización en Europa, con el fin de debilitar a aquellas fuerzas políticas y sociales opositoras al modelo económico y social neoliberal estadounidense. Ejemplo de ello ha sido la promoción del sindicalismo corporativista frente al sindicalismo de clase (que está prohibido en EEUU, por la Ley conocida como Taft Hartley Act, aprobada por el congreso en el año 1947, a pesar del veto del Presidente Truman), la privatización en la financiación y gestión de la sanidad, y muchos otros casos y ejemplos. El gobierno federal del EEUU organizó frecuentemente sesiones para intelectuales y académicos de los países miembros de la OTAN a fin de promover el modelo neoliberal característico de su sistema económico y político.

De ahí que su animosidad política se centrara no solo en los partidos comunistas de la Europa Occidental, sino también en la mayoría de los partidos de izquierda. Incluso cuando los partidos comunistas rompieron con la Unión Soviética, su animosidad hacia muchos de estos partidos no se diluyó. Lo ocurrido en el Sur de Europa es un ejemplo de ello. Y hemos visto que en Europa la admisión de nuevos miembros de la OTAN procedentes del este de Europa, , han sido en su mayoría gobernados por la derecha, incluyendo la derecha extrema, como son los casos de Polonia y Hungría. La entrada a la Unión Europea de estos países ha reforzado también a las derechas en el Parlamentó Europeo. Y ello es probable que ocurra con la admisión de Ucrania, gobernada por un establecimiento político que se ha caracterizado por la aplicación de medidas económicas y sociales de clara sensibilidad neoliberal. La gran mayoría de medios de información no han informado de las propuestas realizadas por el nuevo gobierno ucraniano (ya en el periodo pre-guerra) y aprobadas recientemente por el parlamento ucraniano que debilita enormemente los derechos y la protección social del setenta por ciento de la población laboral ucraniana. Los sindicatos ucranianos han protestado y la federación europea sindical ha denunciado tal reforma (Thomas Rowley and Serhiy Guz, Ukraine to pass laws wrecking workers’ rights, Social Europe 07/22/2022, Social Europe es una de las revistas de Políticas Social de mayor credibilidad y prestigio en Europa. Uno de los autores, Guz, es un periodista ucraniano que escribe de temas laborales y uno de los miembros de la comisión sobre periodismo ético de aquel país).  Hoy uno de los países que apoya más la continuidad de la guerra de Ucrania es Polonia, un país que fue sancionado en su día por la Unión Europea por la escasa democracia de sus instituciones políticas.

OTRA FALSEDAD: ¿PUTIN COMO CONTINUADOR DE LA UNIÓN SOVIÉTICA?

 El hecho de que se expandiera la OTAN después de la caída de la Unión Soviética podría explicarse si se viera a Putin como continuador del sistema soviético. Esta ha sido la interpretación que las derechas en España han querido dar para justificar la continuidad de la OTAN. Es más que preocupante que este argumento también esté sostenido por amplios sectores de las izquierdas españolas, lo cual refleja una enorme ignorancia sobre lo ocurrido en Rusia en los últimos años. Escribí ya hace muchos años un libro ("Social Security and Medicine in the USSR" Lexington Books, 1977) muy crítico de la Unión Soviética, donde ya señalaba los graves problemas de aquel sistema, que no era un sistema universal de derechos, sino dual con dos sistemas de protección social, uno para la mayoría de la ciudadanía y otro para las jerarquías y sus descendencias. Tal crítica originó que se me declarara persona "non grata" en aquel país y que mis libros fueran prohibidos. Es interesante remarcar que otro conocido analista de la Unión Soviética basado en Harvard (con una posición conservadora), nunca fuera declarado persona non grata y sus libros continuaran leyéndose en aquel país. Era claro que las criticas procedentes de las izquierdas, como era el caso de mi libro, le representaba al gobierno soviético una amenaza, a diferencia de las críticas realizadas por autores con ideologías  de derecha.

 LA OTAN APOYÓ MAS A YELTSIN Y PUTIN QUE A GORBACHOV

Putin fue la mano derecha de Yeltsin, quien en realidad representaba los sectores dominantes del liderazgo de la Unión Soviética opuesto a las reformas propuestas por Gorbachov, que había propuesto el establecimiento de un sistema de seguridad europeo que abarcara toda Europa, acabando con la Guerra Fría y con la necesidad constante de expandir el poder armamentista, que venía siendo sostenido por enorme cantidad de recursos públicos, que como consecuencia empobrecieron los servicios públicos generales (la sanidad, la educación y la protección social). Fue el gobierno de EEUU de entonces el que se opuso al establecimiento de la seguridad europea, pues ello habría disminuido su protagonismo. De ahí que favoreciera claramente a Yeltsin, quien privatizó masivamente los mayores medios de producción  que pasaron del Estado a las manos privadas de los jerarcas de régimen, generando una enorme crisis social sin precedentes, responsable de los crecimientos de mortalidad más altos que haya conocido aquel país tras la II Guerra Mundial.

EL ENORME COSTE HUMANO QUE SIGNIFICARON LAS POLÍTICAS DE PUTIN PARA LA POBLACIÓN RUSA

Tal privatización fue asesorada por un grupo de bien conocidos economistas neoliberales estadounidenses que habían aconsejados antes a gobiernos neoliberales de América Latina, y que establecieron un capitalismo sin guantes (es decir, sin protección social) claramente extremista, que causo el daño al cual hago referencia en el parágrafo anterior. Hoy hay una clase empresarial de carácter caciquil que controla aquel Estado. La pobreza abarca a una tercera parte de su población. Su ideario es un nacionalismo étnico y racista, profundamente cristiano y conservador (con clara complicidad entre el Estado y la iglesia ortodoxa cristiana rusa) de clara tendencia imperialista, muy crítico de la antigua Unión Soviética (y de su fundador Lenin), por ser una Federación de Estados que siempre había respetado el derecho de Ucrania a ser una nación con su propio Estado, contrario a la consideración de putinismo de que Ucrania sigue siendo parte integral de Rusia.

CÓMO LA OTAN FACILITÓ EL CRECIMIENTO DEL PUTINISMO Y EL EXTREMISMO NACIONALISTA

Y el crecimiento de tal ideología nacionalista ha sido precisamente facilitada por el comportamiento de la OTAN, que ha rodeado a Rusia de bases nucleares militares apuntando a Moscú amenazando la seguridad de dicho país. El gobierno federal de EEUU nunca aceptó que se rodeara a EEUU de bases militares nucleares y el Presidente Kennedy, en su momento, forzó la retirada de las bases soviéticas establecidas en  Cuba. Y personas que habían sido arquitectas de la Guerra Fría,  como Kissinger, habían ya alertado de no expandir las bases de la OTAN hacia el este de Europa, una vez la Unión Soviética aceptara la unión de Alemania tal como hizo Gorbachov. Un acuerdo para que ello ocurriera fue precisamente que la OTAN no se expandiera hacia el Este lo cual no se respetó. La OTAN continuo expandiéndose en el este de Europa. Y antes de que ocurriera la invasión rusa, la OTAN tenía ya personal trabajando en Ucrania trabajando con las fuerzas armadas ucranianas (tal como ha señalado el New York Times) ignorando los acuerdos de Mintz que el gobierno ucraniano anterior al actual había aprobado junto con Francia, Alemania, Bielorussia y la propia Rusia y que garantizaba la seguridad de Ucrania sin la participación de la OTAN. La guerra podría haberse evitado si aquel tratado se hubiera respetado. Pero ni el gobierno ucraniano ni el gobierno de EEUU favorecían tal acuerdo. Y ahí está la raíz del problema. Esta clarificación no es para justificar lo indefensible, la brutal invasión a Ucrania, sino una explicación de que la OTAN contribuyó a crear la situación en la que nos encontramos.

Fue un enorme error que muchos países europeos de la OTAN no apoyaran a Francia y Alemania en el acuerdo de Mintz. Su vasallaje hacia el gobierno de EEUU ha sido un enorme error. Y ha indirectamente reforzado a la extrema derecha en Europa, incluyendo a Polonia (la máxima defensora de la continuidad de la guerra de Ucrania),. Polonia es, junto con la Gran Bretaña, la mayor fuerza europea defensora de la continuación del conflicto militar y la mayor aliada del gobierno de Ucrania después de EEUU.

LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA, CRISIS QUE ERA PREVENIBLE

Hoy estamos viendo una enorme crisis económica y social que afecta predominantemente a las clases populares, no solo de Ucrania sino también de Rusia, de Europa, de EEUU y también del resto del mundo y muy en particular del Sur Global, crisis que se debe en gran parte a las sanciones y a la guerra. Y entre los beneficiados están grupos económicos y financieros que tienen gran influencia sobre los gobiernos de EEUU y de la Unión Europea por una parte y de Rusia por otra. Y están consiguiendo sus objetivos. Los grandes temas que exigen colaboración mundial – tales como la pandemia, la crisis climática, y la crisis social actual – han desaparecido de la atención de los mayores establishments políticos y mediáticos internacionales. En este lado del conflicto las grandes empresas del armamiento y de las energías no renovables (muchas de ellas basadas en el territorio de EEUU) están haciendo beneficios sin precedentes, beneficios que en EEUU se están consiguiendo también en parte a costa de un enorme sacrificio de las clases populares estadounidenses, que son las primeras víctimas de tal modelo económico, político, y social de orientación neoliberal. EEUU es uno de los países a los dos lados del Atlántico Norte con menos derechos sociales y laborales, con problemas enormes debido en parte a un sistema democrático muy limitado en que la distancia entre lo que las clases populares desean y lo que el gobierno federal realiza son enormes. Un dato publicado ayer en  EEUU es un indicador de ello. La muerte por armas de fuego en EEUU es la causa de mayor mortalidad entre niños y jóvenes, siendo el poder de la National Rifle Association sobre la clase política enorme, y ello a pesar del gran apoyo popular de medidas de control en la provisión y distribución de tales armas.

EL PREOCUPANTE FUTURO: EL CRECIMIENTO DE LA ULTRADERECHA AL NIVEL MUNDIAL

Hoy, como consecuencia del gran deterioro de la situación económica y social de la mayoría de los países del mundo, en parte debido al conflicto cristalizado en la guerra de Ucrania, hay una enorme instabilidad política y social (que ya se había iniciado durante la Gran Recesión y más tarde con la pandemia), muy acentuada en los países del Atlántico Norte que está cuestionando la legitimidad del sistema político democrático. Hoy en EEUU hay una enorme crisis política con un enfado generalizado en amplios sectores de la clase trabajadora aprovechada y explotada por la ultraderecha trumpiana, que es muy probable que gane las próximas elecciones parlamentarias este próximo Noviembre y la presidencia en las elecciones del 2024. Algo semejante está ocurriendo en Europa, donde la ultraderecha está creciendo, con clara empatía había e trumpismo estadounidense, y que  puede llegar a gobernar varios países de la región, y que podrían terminar  asociándose  con Putin para establecer  una alianza de gobiernos ultraderechistas y conservadores sin precedentes a nivel mundial (ver mi artículo "El nazismo y el fascismo en los años treinta, el trumpismo y previsiblemente el putinismo ahora" Público, 04/14/22).

La única alternativa es precisamente cambiar radicalmente este modelo económico, político y social neoliberal, haciendo aquellas reformas profundas que respondan a las necesidades de la mayoría de las clases populares, rompiendo con la globalización neoliberal, sustituyéndola por un internacionalismo en el que se vea que las clases populares de todos los países, tanto los del Norte como los de Sur Global, y tanto los que pertenecen a un lado como al otro, tienen más intereses en común que no en conflicto. Es obvio que las clases populares rusas, así como las clases populares europeas y estadounidenses, están viendo como su calidad de vida y bienestar se están deteriorando notablemente. Y también está ocurriendo en la mayoría de los países del Sur Global. Y no digamos ya de la población ucraniana que está siendo brutalmente atacada con un enorme sacrificio aún mayor de sus clases populares. Y de ahí la gran necesidad de reconocer y denunciar la responsabilidad que tiene la Alianza Atlántica en desarrollar y facilitar las condiciones para que ello ocurriera. Se avisó tanto al gobierno de EEUU como a los otros miembros de la OTAN que su política llevaría a esta situación. Y así ha ocurrido.

Ello no excusa la enorme responsabilidad del régimen de Putin que está sosteniendo su invasión con fines claramente políticos para mantenerse en el poder en Rusia. Creerse que la guerra debilitaría su liderazgo es no conocer el régimen putinista. Por otra parte, el enorme militarismo que el Presidente Biden está sosteniendo (para debilitar a Putin) a fin de reforzar su liderazgo en el mundo occidental es y será enormemente impopular debido a los enormes costes que significa la aplicación de tales políticas para la calidad de vida de­­­­­ su población puesto que tales costes se realizan a costa de un enorme empobrecimiento social de las clases populares. La continuación del conflicto y falta de resolución de los enormes problemas políticos, económicos y sociales creados está facilitando el crecimiento de movimientos de  protesta, que en los países del Atlántico Norte  está canalizando las ultraderechas profundamente antidemocráticas. Y de ahí la enorme urgencia de desarrollar una cultura  opuesta a la bélica, militarista y conflictiva existente, sustituyéndola con otra solidaria que anteponga los intereses de las clases populares de los países en conflicto, mostrando que tienen mucho más  en común que no en conflicto, oponiéndose a los intereses minoritarios y dominantes responsables de su continuidad y de esta enorme crisis. Debiera ser obvio que los grandes problemas que las poblaciones actuales y venideras tienen, que amenazan su propia supervivencia, requiere una cultura opuesta a la existente que entienda seguridad  como bienestar compartido en lugar de insolidaridad  y fuerza militar.