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2 de mayo de 2025

La malnutrición no se debe únicamente a la pobreza monetaria

Jomo Kwame Sundaram

KUALA LUMPUR – El Banco Mundial estableció su umbral de pobreza de «un dólar al día», con base en sus datos de 1990. Pese a las numerosas dudas y críticas, sus cifras de pobreza disminuyeron hasta que comenzó la pandemia de covid-19 en 2020.

Medidas monetarias

El Banco se atribuyó el mérito de haber reducido la pobreza en las tres décadas anteriores a 2020, principalmente debido al rápido crecimiento de China. Pero las estimaciones oficiales de la pobreza en otros lugares han disminuido en general más lentamente, si es que lo han hecho.

La pobreza se ha considerado durante mucho tiempo en términos de desigualdad, ya que la gente se siente generalmente más pobre en comparación con los demás. Mientras tanto, las explicaciones de la pobreza difieren considerablemente, y muchos piden mejores medidas políticas.

Durante décadas, el Banco se negó a abordar la desigualdad, centrándose en cambio en la pobreza. Los esfuerzos por mejorar la medición de la pobreza se han visto impulsados durante mucho tiempo por la creencia de que la política para erradicarla no puede mejorarse sin estimarla mejor.

Se ha dado prioridad inevitablemente a la medición o estimación de los ingresos en efectivo. Pero centrarse en los ingresos monetarios plantea problemas. Las medidas monetarias de la pobreza pueden ser útiles, pero también engañosas. Por ejemplo, muchos niños de hogares urbanos con ingresos superiores al umbral de pobreza siguen desnutridos.

Sin embargo, los ingresos por encima de cualquier umbral de pobreza establecido arbitrariamente no garantizan necesariamente el bienestar. Esto ha generado interés en indicadores de pobreza distintos de los ingresos monetarios.

Esas críticas reflejan un fetichismo del dinero y la práctica generalizada de medir el bienestar y la pobreza en términos monetarios. Reconocer el valor de otros indicadores de pobreza ya no es objeto de controversia.

Dimensiones de la pobreza

Sin embargo, muchos siguen queriendo un único índice compuesto de pobreza multidimensional a pesar de sus conocidos problemas. Un cuadro de mando de varias dimensiones clave de la pobreza, en lugar de un único índice compuesto, ofrece información mucho más relevante para mejorar la formulación de políticas.

Conscientes de estos problemas y limitaciones, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE, de grandes economías) y los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no han aprobado los índices compuestos.

Tampoco han adoptado el trabajo pionero sobre índices compuestos del estadístico más influyente de ambos organismos.

Los índices compuestos, como el índice de desarrollo humano, solo han sido adoptados y utilizados por los fondos y programas de la ONU, que no requieren la aprobación o revisión de los Estados miembros.

En tanto, la reducción de la mortalidad infantil y materna ha representado más de 80 % de la mejora de la esperanza de vida en muchos países en desarrollo. Las reformas de bajo coste para embarazos y partos más seguros han ampliado significativamente la esperanza de vida media a bajo coste.

Seguridad alimentaria

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha definido durante mucho tiempo los hogares con seguridad alimentaria como aquellos con ingresos suficientes para permitirse suficientes carbohidratos o energía dietética (normalmente medida en calorías o julios) para un estilo de vida sedentario.

A pesar de este bajo nivel y de sus problemas y limitaciones metodológicas, los hogares desnutridos o con «inseguridad alimentaria» han aumentado en todo el mundo desde 2014, creciendo durante años mientras que la estimación del Banco Mundial de hogares pobres siguió disminuyendo.

Según el Banco, el número de pobres en todo el mundo solo aumentó por primera vez desde la década de 1990 durante la pandemia, tanto en términos absolutos como relativos.

Esta discrepancia entre las tendencias multilaterales de pobreza y desnutrición ha desencadenado debates sobre la importancia de las diferentes medidas de bienestar y privación.

Diversas controversias y dudas sobre las cifras de pobreza del Banco han llevado a muchos a considerar la desnutrición como un mejor indicador de privación y falta de bienestar que la medida de pobreza.

Si bien las tendencias de la desigualdad de ingresos son discutibles y objeto de muchas disputas y controversias, las disparidades en todo el mundo han aumentado de nuevo en los últimos años.

Mientras tanto, los multimillonarios en dólares han proliferado en todo el mundo a medida que la desigualdad ha empeorado.

A medida que las desigualdades de ingresos y riqueza empeoran, también se han producido algunas convergencias, lo que ha provocado que ambas tendencias sean mixtas y desiguales.

Con el empobrecimiento rural extendiéndose por todo el mundo, la urbanización ha crecido al tiempo que se ha reducido la producción rural de alimentos para el consumo de subsistencia de los hogares.

Los hogares rurales solían producir alimentos para su propio consumo criando animales, cosechando frutas y verduras o incluso recolectando alimentos disponibles en las cercanías.

Sin embargo, las zonas urbanas ofrecen muchas menos oportunidades de producción y consumo de subsistencia. Los ingresos y gastos en efectivo determinan cada vez más el consumo de alimentos, incluida la alimentación personal.

La nutrición importa

Como el hombre no vive solo de pan («carbohidratos» , mejor dicho, energía dietética procedente de los carbohidratos), un enfoque más holístico requiere precisamente un enfoque más integral de la nutrición humana.

Las comparaciones del desarrollo físico de los hijos de los productores de alimentos y de los cultivadores comerciales sugieren que los ingresos económicos de los hogares no siempre han determinado el estado nutricional de muchos.

Los hijos de los productores de alimentos suelen estar mejor que los de los agricultores comerciales.

¿Por qué? Probablemente, los productores de alimentos son mucho más propensos a proporcionar una alimentación adecuada a sus familias, independientemente de los ingresos en efectivo.

Así, los hijos de los productores de alimentos satisfacen muchas de sus necesidades alimentarias sin comprarlas en el mercado. Por lo tanto, la presunción común de que unos ingresos en efectivo más elevados garantizan el bienestar, incluida la nutrición, es dudosa.

La malnutrición desafía nuestra comprensión del bienestar y sus complejos determinantes.

Muchas personas sufren ahora de malnutrición, no solo debido a la carencia de macro y micronutrientes, sino también a la creciente importancia de las enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta.

Al igual que con la obesidad y el sobrepeso, la incidencia de la diabetes ha aumentado con las nuevas preferencias de los consumidores.

Los ingresos, los medios de comunicación y otras influencias moldean cada vez más los estilos de vida con consecuencias significativas para la nutrición y la salud, muchas de las cuales son perversas.

Jomo Kwame Sundaram. Profesor de economía y antiguo secretario general adjunto de la ONU para el Desarrollo Económico.

T: MF / ED: EG

Fuente:
https://ipsnoticias.net/2025/03/la-malnutricion-no-se-debe-unicamente-a-la-pobreza-monetaria/

31 de marzo de 2025

Trump y la agonía de Occidente

Juan De la Puente

Sucede con los ciclos acelerados en la historia. En medio de la sucesión caótica de escenas que tienen al gobierno de Trump como protagonista, son recurrentes las preguntas de cuándo empezó “esto” y hasta dónde llegará. La primera aguardará el juicio de los historiadores y a la segunda le espera cercanas vicisitudes.

Otra interrogante nos pertenece menos a los ciudadanos de la periferia del mundo. Se refiere a la naturaleza desnuda de los sucesos que detonan día a día, es decir, el qué de este convulsivo momento del mundo.

Sin duda se vive un clima revolucionario. Es la primera revolución global por el volumen de participantes, territorios y tendencias en pugna. Las redes digitales han convertido a gran parte de la humanidad en combatientes de una contienda en que, sin embargo, un pequeño grupo de países y apenas un puñado de personas tiene los medios y autoridad para encarar -y si pueden gobernar- los impulsos desatados.

La revolución conservadora está en auge. Es la más importante desde la derrota del nazismo. Su propósito es acabar con los derechos y las libertades. Occidente, ese extenso sistema de poder y sus valores heredados de la Ilustración, decisivo para derrotar al fascismo en el siglo XX, derribar el muro de Berlín y reconocerle a una buena parte del mundo libertades y derechos sustantivos, se revuelve en agonía.

Los marcos conceptuales de la geopolítica -clásica y crítica- crujen. Existe “un problema” de países, economías, esferas de influencia y relaciones internacionales. No obstante, lo dominante es el problema cultural donde la receta de Kissinger de combinar la moral y el sentido práctico, es insuficiente.

El problema cultural antecede a la batalla cultural. El discurso autoritario pugna menos por fronteras que por ideas. Es cierto que en principio exhiben un nacionalismo desbocado y el retorno a la soberanía de los estados nación. Sin embargo, esta pretensión es maleable cuando se trata de sus dos grandes ideas fuerza: la libertad económica sin regulación y -paradoja- una sociedad sin derechos sociales y políticos so pretexto de defender la vida y la familia. En ese punto se encuentran los radicalismos religiosos, el ultranacionalismo y los tecno conservadores.

Occidente es ahora un espacio de controversia más cultural que espacial y estatal. Allí se escenifica una pugna enmarañada donde lo natural/universal presiona sobre lo legal/nacional según convenga a la internacional conservadora. El discurso anti woke se mueve en esas cuatro dimensiones. Por esa razón sus enemigos íntimos son también la sociedad civil mundial que logró homogeneizar un grupo de nuevas reglas y estándares de derechos y convertirlos en tratados, y la mediación global, multilateral, integradora y pacificadora, es decir NNUU, UE, OCDE, OMC, Foro Económico Mundial, Corte Penal, CIDH, entre otros.

Ese Occidente, complejo e incompleto como lo hemos conocido hasta ahora, pierde oxígeno. Superó victorioso la guerra fría y la derrota que le infligió el fin del sistema colonial. Creó la OTAN, la Unión Europea y fue decisiva en la creación de la ONU y de la reciente Agenda 2030, pero está sucumbiendo frente a la arremetida de las criaturas que ha creado o subestimado.

El giro radical consiste en que Occidente es poseído por un espíritu iliberal que lo devora por dentro, en unos países más que en otros, aunque no creo que la clave de este tiempo se limite a defender a Occidente desde una visión acrítica.

Occidente nunca fue tan Occidente como en su rechazo a todo modelo que plantease reducir las utilidades y el poder del capitalismo y se resistió a volver a experimentar los programas keynesianos de los años 30 del siglo XX. Las crisis económicas de los años 80 para adelante fueron para Occidente el desorden ideal que permitió imponer en todos los continentes -incluida la UE en 2008 con la troika y los fondos buitre en la primera fila- un modelo de globalización neoliberal que interactuó con el aumento de la desigualdad, la pobreza, el paro y la migración. La crisis de la vivienda y la gentrificación de las grandes ciudades es también la seña de Occidente.

También se embarcó en guerras neocoloniales en África y Asia y en los países de mayoría musulmana, y en batallas contra regímenes progresistas en todo el mundo, avalando violaciones de DDHH. En estas batallas, el argumento central de Occidente fue la democracia y la defensa de sus valores humanistas y pluralistas. De hecho, la alianza entre Europa, EEUU y las ex colonias inglesas que libró guerras regionales en Indochina, Corea, los Balcanes, Oriente Medio, y África, y que participó estelarmente en las “primaveras” en Oriente y Eurasia, llevó el sello de la democracia liberal (pluripartidismo, alternancia, elecciones libres, apertura de los mercados y derechos de propiedad), aunque varios de esos valores fueron sacrificados.

En el liderazgo del Occidente, especialmente la UE, existe claridad sobre las amenazas sobre las libertades y el riesgo de la cancelación de lo público y diverso. El Occidente democrático está dispuesto a la batalla geopolítica y la defensa de las instituciones multilaterales. No obstante, salvo algunas políticas de regulación de la Inteligencia Artificial y de los mercados digitales y la defensa de la Ucrania invadida, no parece estar dispuesto a defender todos los valores de la Ilustración, la democracia y el humanismo del siglo XXI con la misma intensidad.

El caso de la migración es un ejemplo. En 2023, el Gobierno de Macron impulsó una ley seriamente xenófoba -la Ley Darmanin- que anuló el principio universal del ius soli y estableció el delito de migración ilegal, es decir, castigaba la pobreza. La ley fue aprobada con los votos del partido de extrema derecha de Le Pen y para entrar en vigencia debió ser “ajustada” por el Consejo Constitucional que anuló 35 de los 86 artículos de la norma.

Trump es una figura central, aunque no debería perderse de vista que es símbolo y síntoma. Sigue siendo tan errático como en su primer mandato y no se descarta que su administración fracase. El proceso, no obstante, es más intrincado, porque sea cual fuese el resultado de su gestión, la revolución conservadora está en auge.

En la guerra de los aranceles, inclusive, la clave cultural es decisiva. La relación entre Trump y Putin es una relación de oligarcas contra Occidente y aunque no evolucione hacia la traición de Rusia a China, es lo suficientemente útil para que el mundo quede a merced de un nuevo estadio cultural dominado por el miedo, la falta de reglas, el auge armamentista y el poder tecnofeudal, ese que, a diferencia del auge fascista de los años 20 y 30 del siglo pasado, ocupa espacios de dirección y comparten roles de Gobierno mundial.

No todo está perdido. También está en curso una vigorosa respuesta democrática universal. Aunque las naciones y los bloques de naciones demoran en reordenarse, el capitalismo se escinde y reordena. La reciente reunión de Xi Jinping con los líderes de 40 empresas transnacionales en la que el presidente chino ofreció proteger “la competencia leal en el mercado”, indican que el desmontaje de la estructura de las relaciones internacionales y sus regulaciones tiene detractores en el campo de la economía y el conocimiento.

El marco y alcance del consenso mundial conservador es visible, pero no previsible. Carece de límites porque, precisamente, Occidente normaliza cada incremento de la apuesta radical. Sucedió en los años 20 del siglo pasado con el fascismo. Entonces, al inicio, se creía con equívoco que el consenso liberal era suficiente para frenarlo. Como aquella vez es preciso un consenso mayor que trascienda la defensa de las instituciones. Se precisa de libertad, igualdad, equidad, un Estado de Derecho garantista y una lucha decidida contra la precariedad, el hambre y la amenaza de la guerra. Más que salvar a Occidente, hay que salvar a la humanidad. Hobbes ha muerto. No hay Leviatán, es el momento de Hela y Thanos.

https://larepublica.pe/opinion/2025/03/30/trump-y-la-agonia-de-occidente-por-juan-de-la-puente-1684080

23 de febrero de 2025

Un mundo adicto al plástico

Aurora M. Alcojor

Cada año se producen unas 430 millones de toneladas de plástico, buena parte de ellas destinadas a productos de un solo uso que alimentan el sistema de ‘usar y tirar’ provocando enormes impactos medioambientales.

Hace ya unas décadas, la proliferación de diferentes tipos de plásticos comenzó a cambiar nuestras vidas. La aparición de este material trajo algunos beneficios tanto para las personas como para la industria, facilitando el acceso a numerosos productos. Sin embargo, su uso y abuso se ha convertido en un problema de ingentes dimensiones que ni Gobiernos ni organismos internacionales saben bien cómo abordar. En la actualidad se producen unas 430 millones de toneladas de plásticos al año, según Naciones Unidas, y se trata de un material que tarda entre cien y mil años en descomponerse, dependiendo de su composición química.

El problema es que los plásticos son la línea de flotación de un sistema que se basa en el usar y tirar y que tiene un impacto ambiental de primera magnitud. Ya sea en los desiertos más áridos, en las profundidades marinas o en el pico más alto del mundo; allí donde ha llegado el ser humano ha llegado el plástico, inundándolo todo en forma de bolsas, residuos o cualquier tipo de utensilio desechable.

El resultado se puede ver en las enormes islas de plástico que proliferan en los océanos, en los grandes vertederos al aire libre, en la acumulación de microplásticos y en los animales marinos que mueren ahogados al ingerir residuos plásticos. Se estima que cada año se vierten al océano al menos 1,5 millones de toneladas de plásticos —aunque otros estudios elevan la cifra hasta al menos 4,7—, ya sea directamente o a través de los ríos. Una vez llegan al mar, estos residuos se van descomponiendo en miles de trozos más pequeños que se canalizan a través de las mareas marinas y terminan provocando esas enormes concentraciones que llamamos “islas de plástico” y de las que se han identificado hasta siete. La mayor de ellas es la que se sitúa en el Pacífico y su tamaño es tres veces mayor que toda Francia.

Relación con la pobreza

Un estudio de WaterAid y otras organizaciones calculaba en 2019 que hasta un millón de personas  podrían morir al año en los países en desarrollo por vivir en zonas contaminadas. La relación de los plásticos con la pobreza es clave, pues en los territorios más empobrecidos se están produciendo dos fenómenos simultáneos. Por un lado, un brutal desembarco de plásticos en forma de productos vendidos en monodosis —desde bebidas alcohólicas a minúsculas bolsas de frutos secos—, lo que facilita la adquisición de los productos a quienes tienen un menor nivel económico. A la vez, esto provoca la generación de numerosas basuras en un entorno en el que no existen apenas servicios de recogida de residuos. Además, existe un inmenso circuito de comercio internacional, entre legal e ilegal, que no para de crecer —según señala la propia Interpol— por el cual los países más ricos, Europa incluida, envían sus residuos plásticos a otros lugares, como Turquía, donde ya se han registrado casos de trabajo infantil en el sector.

El problema es que los plásticos son la línea de flotación de un sistema que se basa en el usar y tirar y que tiene un impacto ambiental de primera magnitud

Todo esto provoca la acumulación de residuos en cualquier lugar, conformando basureros al aire libre que, o bien se perpetúan durante años, o terminan siendo incinerados, con el consiguiente peligro para la población y el medio ambiente. En ambos casos, el proceso supone la emisión de millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, que se suman a las registradas por las industrias plástica y petroquímica. Según el informe Plastic & Climate: The Hidden Costs of a Plastic Planet, si ambas industrias continúan su trayectoria de crecimiento actual, para 2030 sus emisiones alcanzarán las 1,34 gigatoneladas por año, lo que equivale a más de 295 plantas de carbón de 500 megavatios.

Mientras, a pesar de algunas prohibiciones, tanto en Europa como en España los plásticos de un solo uso siguen formando parte del día a día en forma de recipientes (vasos, tapas, tápers para llevar), bolsas y envoltorios de todo tipo, cada vez más demandados por el comercio a domicilio. El problema, sin embargo, es que no se reduce su uso sino que, simplemente, se van sustituyendo —muy poco a poco—, por otros materiales que, si bien pueden ser más aceptables para el medio ambiente, siguen suponiendo un enorme problema de gestión de residuos.  

La magnitud del problema es tal que, en febrero de 2022, Naciones Unidas comenzó un proceso para poner en marcha un tratado internacional —que en principio debía ser de carácter vinculante— para reducir la contaminación por plásticos. El último de los encuentros de este proceso tuvo lugar a principios de diciembre en Busan (República de Corea). Lamentablemente, entre presiones de la industria y de diferentes Gobiernos, acabó en fracaso. El Tratado Global de Plásticos tendrá que esperar.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/carro-de-combate/mundo-adicto-plastico

Las tenebrosas sombras del fascismo se ciernen sobre Alemania y Estados Unidos

Amy Goodman y Denis Moynihan

“Nada es más indigno para un pueblo civilizado que dejarse 'gobernar', sin oponer resistencia, por una camarilla irresponsable de dirigentes guiados por instintos sombríos”. Así comienza el primer comunicado de la Rosa Blanca, un grupo clandestino de resistencia contra el nazismo integrado por jóvenes alemanes de la ciudad de Múnich, entre los que se encontraban los hermanos Hans y Sophie Scholl. Entre 1942 y 1943, el colectivo difundió seis panfletos en los que denunciaban el exterminio masivo de judíos, romaníes y otras comunidades, e instaban a la resistencia. Querían asegurarse de que, al finalizar la guerra, la población alemana no pudiera decir que no sabía nada de las atrocidades cometidas por los nazis. El grupo finalizó su cuarto panfleto con la frase: “No nos quedaremos callados”.

El Partido Nazi fue fundado en 1920, también en la ciudad de Múnich. Hace casi exactamente cien años, el 27 de febrero de 1925, Adolf Hitler pronunció un discurso ante una asamblea de 3.000 personas en una cervecería de Múnich. Recién salido de prisión por su participación en un golpe de Estado fallido, Hitler estaba relanzando el partido y afianzándose como su líder indiscutido.

En la actualidad, 80 años después del final de la Segunda Guerra Mundial, Donald Trump está siendo acusado de echar por tierra el orden internacional que ha prevalecido desde entonces. Esto quedó claro la semana pasada en la Conferencia de Seguridad de Múnich, donde el vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, dio un discurso que fue ampliamente considerado como una ominosa arenga contra la sostenida postura de las democracias europeas de mantener relegados a los partidos de extrema derecha en sus respectivos países.

“No se puede obtener un mandato democrático censurando o encarcelando a los oponentes”, sermoneó Vance, pareciendo ignorar que en los mítines de su agrupación política, el Partido Republicano, justamente se corea ‘¡Que lo encierren!’ o ‘¡Que la encierren!’, en referencia a sus oponentes. En su alocución, Vance arremetió también contra minorías raciales y étnicas, una manifestación poco afortunada de hacer en la ciudad donde Hitler inició su carrera política.

“Ningún votante de este continente acudió a las urnas para abrir las compuertas a millones de inmigrantes sin control. […] Cada vez más, en toda Europa, la gente está votando por líderes políticos que prometen poner fin a la inmigración descontrolada”.

Antes de la conferencia, Vance había visitado Dachau, el primer campo de concentración establecido por los nazis en 1933, que inicialmente se usó para encarcelar a los opositores políticos de los nazis y, posteriormente, a ciudadanos judíos y otras minorías perseguidas. El vicepresidente de Estados Unidos también se reunió con Alice Viye-del, la líder del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán). Se anticipa que esa agrupación política, que en algún momento estuvo relegada a la marginalidad, quedará en segundo lugar en los comicios que se celebrarán el 23 de febrero en Alemania. En enero, Elon Musk —a quien muchos consideran el copresidente de Trump por el poder que tiene para despedir en masa a empleados del Gobierno federal— desató indignación en Alemania al participar de manera virtual en un acto de campaña electoral de la AfD.

Yanis Varoufakis, exministro de Finanzas de Grecia, dijo a Democracy Now!: “Sería un error calificar a Alternativa para Alemania como un partido nazi o neonazi. Sí es apropiado describirlo como un partido conservador, racista y xenófobo que rememora la sombría época del periodo nazi”.

Varoufakis se encontraba en Múnich para participar de las protestas que se estaban llevando a cabo en contra de la Conferencia de Seguridad de Múnich y de la OTAN. Es cofundador del partido político progresista MERA25, que tiene presencia en toda Europa.

Melanie Schweizer, candidata al parlamento alemán por el MERA25, también estuvo presente en las protestas celebradas en Múnich. En conversación con Democracy Now!, expresó:

“La situación actual en Alemania es realmente grave. Hay un ataque flagrante contra la libertad de expresión y el derecho de reunión. Estamos ante un desmantelamiento del Estado de derecho en Alemania, una crisis de la democracia. Estamos realmente preocupados por lo que sucederá en las próximas elecciones […] Estas podrían ser las últimas elecciones antes de [la llegada] del fascismo, porque los partidos de centro, especialmente el Partido Socialdemócrata, el Partido Verde y el partido La Izquierda, han adoptado no solo la retórica sino también las políticas de la extrema derecha”.

Schweizer es una abogada especialista en derechos humanos que ha alzado la voz en defensa del pueblo palestino, lo que le ha valido ataques de los medios de comunicación de derecha en Alemania y ser despedida de su trabajo en el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de Alemania.

Mientras tanto, Francesca Albanese, relatora especial de la ONU sobre los derechos humanos en los Territorios Palestinos Ocupados, iba a disertar el pasado domingo en una actividad en la Universidad de Múnich, pero su conferencia fue cancelada debido a su “orientación política”. El grupo de estudiantes que invitó a Albanese calificó la situación como “otro caso más en el que se silencia en Alemania un discurso académico sumamente necesario sobre la grave situación entre Israel y Palestina”.

Los hermanos Hans y Sophie Scholl estaban distribuyendo el sexto panfleto de la Rosa Blanca en esa misma institución educativa, la Universidad de Múnich —donde estudiaban— cuando fueron detenidos y arrestados el 18 de febrero de 1943. Cuatro días después fueron juzgados, condenados y decapitados, junto con otro activista de la Rosa Blanca. Otros miembros del grupo fueron detenidos y ejecutados en los meses siguientes. La mayoría de ellos están enterrados en el cementerio de Perlacher Forst, en Múnich. Hubiera sido más provechoso para J.D. Vance realizar una visita reflexiva allí, en lugar de reunirse con la líder de Alternativa para Alemania.

En este momento, en el que Estados Unidos se está aproximando al autoritarismo, las palabras de Hans y Sophie Scholl y del colectivo Rosa Blanca siguen siendo de vital importancia: no nos quedaremos callados.

Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman. Conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
FUENTE:  https://www.democracynow.org/es/2025/2/21/las_tenebrosas_sombras_del_fascismo_se

16 de diciembre de 2024

Se necesitan 1.000 millones diarios para combatir la desertificación y la sequía hasta final de esta década

Ecología social

Un informe de la ONU publicado en el marco de la COP16 sobre desertificación ve necesario invertir 2,6 billones de dólares de aquí a 2030 para restaurar más de 1.000 millones de hectáreas de tierras degradadas y aumentar la resiliencia a la sequía.

Sería necesario invertir 2,6 billones de dólares de aquí a 2030 para restaurar más de 1.000 millones de hectáreas de tierras degradadas y aumentar la resiliencia a la sequía. Esto se traduce en que se necesitan 1.000 millones de dólares diarios, según el último informe de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD), publicado en el marco de la COP16 sobre desertificación que se celebra actualmente en Riad (Arabia Saudí).

Esa cifra (2,6 billones de dólares) equivale a lo que el mundo despilfarra cada año en subvenciones medioambientales perjudiciales, según otro reciente informe elaborado por Earthtrack. Desde el organismo de la ONU recuerdan que invertir en la restauración de tierras mejorará servicios ecosistémicos como el secuestro de carbono, la conservación de la biodiversidad y la gestión del agua, desempeñando un papel crucial en la mitigación del cambio climático.

«Para proteger vidas y medios de subsistencia, debemos aumentar significativamente las inversiones en restauración de tierras. Los beneficios, tanto económicos como sociales, son innegables. Cada dólar invertido en tierras sanas es un dólar invertido en biodiversidad, clima y seguridad alimentaria. La buena noticia es que el mundo podría ahorrar miles de millones al año y ganar billones más restaurando la salud de las tierras y aumentando la resiliencia a la sequía», señala Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo de la CNULD.

Hasta el 40% de las tierras del mundo están degradadas, lo que afecta a más de 3.200 millones de personas, y los costes más elevados recaen sobre quienes menos pueden permitírselo: las comunidades indígenas, los hogares rurales, los pequeños agricultores y, especialmente, los jóvenes y las mujeres, según el informe titulado Invertir en el futuro de la tierra: evaluación de las necesidades financieras para la CNULD.

La situación se ve agravada por el fuerte aumento de las sequías (un 29% desde 2000) y las previsiones indican que en 2050 tres de cada cuatro personas en todo el mundo podrían verse afectadas.

Sin embargo, a pesar de esta crisis creciente, las inversiones necesarias para alcanzar los objetivos mundiales de recuperación de tierras y resiliencia ante la sequía se quedan cortas. Acorde al documento presentado este martes, las inversiones mundiales para combatir la desertificación y la degradación de la tierra aumentaron de 37.000 millones de dólares en 2016 a 66.000 millones en 2022. Sin embargo, se necesitan 355.000 millones de dólares anuales entre 2025 y 2030 para colmar el déficit de financiación, lo que se traduce en un déficit de 278.000 millones de dólares.

Actualmente, la desertificación, la degradación del suelo y la sequía cuestan a la economía mundial 878.000 millones de dólares al año, mucho más que las inversiones necesarias para hacer frente a estos problemas. Estos costes incluyen la reducción de la productividad agrícola y de los servicios ecosistémicos, los costes sociales de las pérdidas de carbono y los daños causados por la sequía. En este sentido, el informe recuerda que invertir en la restauración genera unos beneficios anuales estimados en 1,8 billones de dólares. Por cada dólar invertido, hay un retorno de hasta 8 dólares en beneficios sociales, medioambientales y económicos. Ello incluye la mejora de la productividad agrícola, el aumento de la resiliencia a la sequía y al clima, y la mejora de los servicios ecosistémicos.

Desde la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) lamentan que el sector privado sólo aporta el 6% de la financiación necesaria para la restauración de tierras y la resiliencia a la sequía. Así, señalan que desbloquear la inversión privada podría acelerar la restauración de la tierra, creando oportunidades económicas y beneficios medioambientales, especialmente en las regiones más afectadas.

El informe pone énfasis en la situación de África, quien se enfrenta al mayor déficit de financiación. Estiman que se necesita 191.000 millones de dólares anuales para restaurar 600 millones de hectáreas de tierras degradadas. «Esta cifra refleja no sólo los importantes retos a los que se enfrenta, sino también los objetivos del continente en materia de restauración de tierras, que son los más ambiciosos del mundo. La pérdida de más de 100 campos de fútbol de tierra sana cada minuto amenaza los medios de subsistencia, la seguridad alimentaria e hídrica y la salud pública, y puede perturbar las economías regionales y el comercio mundial», apunta el documento del organismo de Naciones Unidas.

«Alcanzar los objetivos mundiales de restauración para 2030 exige una colaboración sin precedentes entre los gobiernos, el sector privado y las organizaciones internacionales. Ante las crecientes amenazas del cambio climático y la degradación de la tierra, es esencial aumentar las inversiones, no solo para cumplir los objetivos, sino también para asegurar el futuro del planeta y mejorar el bienestar de miles de millones de personas en todo el mundo», lamenta Louise Baker, directora gerente del Mecanismo Mundial de la CNULD

Fuente: https://climatica.coop/1-000-millones-diarios-desertificacion-sequia-2030/

15 de noviembre de 2024

Grandes siglas

César Hildebrandt

Después de que los hombres decidieran matarse en masa en 1914 empleando hasta gases de cloro y mostaza, agonizando lentamente en las trincheras, despedazándose desde lejos gracias a la nueva artillería, vino la Liga de las Naciones en 1919. Fue un acontecimiento. Fue el fin de la historia adelantado. Fue el maná del arrepentimiento que nos haría buenos y pacíficos.

La humanidad firmaba el pacto de la concordia y la paz. Estados Unidos y Europa se adherían a la solución arbitral de los conflictos y a la reforma radical de las relaciones internacionales. Siglos de armonía habrían de esperarnos.

Pero diez años después, en 1929, estalló la gran crisis económica mundial y los buenos oficios se archivaron. La escasez y el miedo hicieron lo suyo, las cavernas volvieron, los dientes mostraron sus promesas caníbales y los fascismos –el ya instalado en Italia, el inminente en Alemania, el activo en Japón– se municionaron mientras las democracias se llenaban de palabras y aplazamientos.

Entonces, en 1939, veinte años después del contrato por la paz, volvió la orgía de barbarie, la vieja vendimia de la sangre del otro. Pero esta vez todo fue peor. Los nazis añadieron a la guerra la infamia del antisemitismo asesino y Europa regresó a la furia que tan célebres había hecho, durante tantos siglos, a sus héroes carniceros. Fue la catástrofe del ser humano como irónica creación de dios, fue la cordura despidiéndose del mundo. Y cuando Truman decidió que Japón merecía el apocalipsis del uranio y el plutonio hechos alquimia de la muerte en Los Álamos, supimos, de dos bombazos, que dios no nos vigilaba desde algunas brumas santas sino que domiciliaba en la Casa Blanca y fumaba marlboros.

Sesenta millones de muertos nos costó el episodio. Y de esa escombrera no salió la penitencia con ganas de enmienda. Emergió, más bien, la guerra fría, que era la manera de avisarnos que todos seríamos poca cosa, candidatos a ceniza, a la hora que los grandes enemigos decidieran apretar los botones de la fatalidad.

Y lo que salió también fue la ONU, que ahora sí, no lo dude usted aguafiestas, nos libraría de la bestia humana y educaría al simio armado y obligaría a la evolución a dar un salto.

Pero pronto, de inmediato, la farsa quedó al descubierto. La Organización de las Naciones Unidas creó el estado Israel imponiéndolo en territorios habitados secularmente por palestinos. El resultado fue una masacre, un gran exilio, un despojo mayúsculo. La ONU creó Israel sin siquiera decirle al mundo que la mayor parte de sus fundadores habían hecho uso del terrorismo para imponer su nacionalismo sectario y rencoroso.

Con los años, y cada vez más, la ONU fue el teatro de los discursos y el desfile de las buenas intenciones. Hasta que se convirtió en lo que es ahora: la entidad que Israel bombardea por interpósita persona, el Consejo de Seguridad que todo lo atasca por el poder de veto de sus anacrónicos mandamases, la retahíla de resoluciones vinculantes que nadie cumple, la burocracia enorme que ningún mal puede impedir.

Mi escepticismo respecto de los grandes pactos y los magnos eventos crece cada día que pasa.

¿Alguien me puede decir de qué sirve, a estas alturas del trabajo esclavo, los salarios mínimos y el poder sindical hecho añicos, la Organización Nacional del Trabajo? Son las corporaciones y el poder mundial de las oligarquías quienes deciden al respecto. ¿Alguien me puede informar cuántas hambrunas africanas evitó la FAO? Los billones de toneladas de alimentos que sobran entre los ricos van a los vertederos. ¿Alguien alabaría la conducta de la Organización Mundial de la Salud durante la pandemia del Covid-19? Habría que saber en cuánto aumentaron sus astronómicas ganancias las farmacéuticas que fabricaron las vacunas.

Y en otro plano, ¿alguien se atreverá a decirnos que las sucesivas COP han atenuado las averías del calentamiento global de origen humano, el cambio amenazante de los océanos, la fiereza de los nuevos vientos, las sequías aniquiladoras? Que lo digan los productores de soya que hunden su pezuña en la selva, las petroleras que pagan a escribas mercenarios, el equipo del Trump reincidente que insiste en el carbón.

Las grandes siglas del poder mundial y los consensos colosales son purita ilusión y marquesinas. Los crédulos confían en esas luces y la prensa del entretenimiento sigue el compás.

Lo único que funciona en este siglo de vulgaridad totalitaria es el negocio, la expansión de las potencias, el reparto de los suburbios, la guerra de las divisas, el credo de la codicia, los mercaderes que ni Jesús se atrevería a echar de ningún templo. Lo que valen son los dividendos y los puertos. Y el Perú ha demostrado en este APEC que tiene voluntad, una vez más, de servir al amo que mejor se le ofrezca y de aceptar su rol de subalterno vocacional.

Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 709 año 15, del 15/11/2024

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6 de noviembre de 2024

Perú: La cumbre de APEC no servirá de nada

Pedro Francke

En un par de semanas se realizará la cumbre de APEC en Lima. El premier Gustavo Adrianzén nos ruega que no protestemos esos días y el congresista (“almirante de tina”) Jorge Montoya dice que si lo hacemos somos traidores a la patria. Están tan fuera de la realidad que ni se dan cuenta de que sus declaraciones dan más fuerza a la movilización ciudadana.

Valga la oportunidad para dar un repaso al significado actual de APEC, siglas de la Cooperación Económica Asia-Pacífico, explicar la situación del comercio mundial y las relaciones económicas entre países, cómo debiéramos actuar frente a ello y lo que está en juego en esta reunión.

El punto de partida es que entre la creación de APEC en 1989 y este 2024, las condiciones comerciales, económicas y geopolíticas del mundo han dado un vuelco. Hace 35 años el mundo estaba dominado por los acuerdos de libre comercio bajo una hegemonía norteamericana político-militar indiscutible.

China se acomodó a esa situación con un perfil bajo en la arena internacional, en una estrategia de “comprarse tiempo” diseñada por Deng Xiaoping que, junto a un empuje industrialista exportador, le permitió un crecimiento económico y tecnológico fenomenal. Rusia estaba en declive y Estados Unidos jugaba a ser LA potencia mundial invadiendo Irak y Afganistán y aplicando su poder por todo el planeta.

En ese periodo APEC operaba como un foro de discusión abierto en el que se encontraban Estados Unidos, China, los demás países del Asia oriental y algunos países latinoamericanos del Pacífico. Ese foro coincidía con la línea de liberalización mundial del comercio, dándole apertura en un nuevo espacio en desarrollo, alrededor del océano Pacífico, que por siglos había sido secundario frente al Atlántico que conecta Estados Unidos y Europa.

Ese foro facilitaba negociaciones como la del TPP, el acuerdo transpacífico para comercio e inversiones.

Pero el mundo ya no es ese. Ahora es otro. Hay una disputa por la hegemonía mundial, aún en sus prolegómenos, entre Estados Unidos y China, entre la potencia antigua aún dominante y la nueva potencia que crece pero sin haber podido alcanzar a la primera. El conflicto se ha dado principalmente en el espacio económico. Se inició hace casi ocho años cuando Trump llegó al poder, sacó a EE.UU. del TPP y empezó a confrontar agresivamente a China, en una línea seguida y profundizada por Joe Biden.

Estados Unidos ha multiplicado las sanciones económicas a decenas de países y restringe el comercio con China buscando detener su avance tecnológico y productivo. Por ejemplo, yo alguna vez llegué a comprar un celular Huawei, una marca que era bastante competitiva y más barata, pero ya no lo hago porque las sanciones de los EE.UU. les impone usar Android, el lenguaje que usan la mayoría de apps que nos llegan.

Los últimos dos años ha habido un salto del conflicto económico a guerras que ponen en cuestión la hegemonía norteamericana, empezando con la invasión de Ucrania. Luego, las masacres en Gaza con muertes horribles de decenas de miles de niños han revelado que hoy, en el plano geopolítico, las Naciones Unidas son totalmente inútiles para mantener la paz.

Israel está trapeando con la ONU mientras, penosamente, los derechos humanos dejaron de ser defendidos por Estados Unidos y Europa que han puesto sus intereses y defensa de su dominio como prioridad.

Lo económico y lo político-militar están estrechamente entrelazados, dado que Estados Unidos está utilizando las sanciones económicas como arma de guerra y se ha apoderado de los fondos en dólares que diversos países tenían como reservas. Acaba de haber una reunión de los BRICS, grupo conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, a la que acudieron una treintena de países más, varios de los cuales ya se unieron oficialmente, teniendo particular importancia varios de los principales exportadores de petróleo del mundo.

BRICS no es un polo alternativo prochino, sólo es la búsqueda de esos países de mayores autonomías, lo que confirma el deterioro de la hegemonía político-económica estadounidense.

Es en este contexto, de creciente enfrentamiento entre Estados Unidos, China y otros países que se da APEC. Para hacer más complicado el panorama, estamos en vísperas de las elecciones en Estados Unidos, siendo aún incierto quién ganará. Trump podría regresar, y aunque nadie sabe en realidad qué se le ocurrirá hacer a ese loco (gane o pierda), está claro que aumenta la inestabilidad de la política norteamericana, elevando los conflictos y afectando las alianzas que aún tienen.

Si las dos potencias principales están en fuerte conflicto económico y no se sabe qué política tomará Estados Unidos, ¿qué acuerdos podría tomar APEC en este momento? La respuesta es obvia: Ninguno. Desde luego, habrá una declaración oficial, pero será uno de esos pronunciamientos edulcorados que en varios miles de palabras no dicen absolutamente nada nuevo. En la reunión no estará presente el presidente de los Estados Unidos. Sí estará Xi Jinping, que sin duda aprovechará la ausencia de Biden para promover la imagen y relaciones de China.

¿Y qué del Perú? La decisión de hacer APEC en nuestro país es muy anterior a que Dina Boluarte llegara a la presidencia, solo le tocó la suerte. Como a ella le encandilan las apariencias, siente que este es su momento para brillar en el mundo. Seguro ya hace tiempo se mandó a hacer vestidos especiales y pensará que puede mostrar algún Rolex.

Los grandes empresarios de la Confiep también se aprestan a tomarse fotos en el Consejo Consultivo Empresarial de APEC, con lo que creen poder conectarse mejor cuando alguna transnacional venga a hacer negocios con ellos. No por gusto la Confiep, en vez de apoyar las demandas ciudadanas contra la inseguridad, prefirió sacar un comunicado criticando el paro del pasado 23 de octubre. Su expresión política más clara es la vocera de Keiko, Patricia Juárez, quien ha salido a respaldar a Dina Boluarte y al actual gobierno en aras de la “estabilidad” camino a APEC.

El gobierno, la derecha y la Confiep insisten en que sería importante para el Perú “dar una buena imagen” durante los días del foro. Olvidan que todos ya saben que Dina Boluarte es la presidenta más impopular del mundo, nuestro déficit fiscal ha crecido incontrolado hasta 4 por ciento del PBI, sicarios matan a diario por unas monedas y la calle ha recuperado protagonismo. La política del gobierno para APEC es una y sólo una: defender las fotos de Dina con Xi Jinping y demás líderes.

No tiene idea alguna sobre el tema de fondo, que es cómo el Perú va a jugar sus cartas en este nuevo escenario mundial de deterioro de la hegemonía estadounidense, conflicto económico y geopolítico mundial y consolidación del Asia oriental como nuevo centro de la economía mundial. Es en ese escenario que debemos aprovechar los espacios internacionales que se abren para promover nuestro progreso tecnológico y económico y así generar empleos dignos. Sin propuesta alguna al respecto, es doblemente sinvergüenza que este gobierno pretenda limitar nuestro legítimo derecho a la protesta durante APEC. ¿Sólo para que Dina Asesina se tome fotos con sus Rolex?

Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 707 año 14, del 01/11/2024

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4 de noviembre de 2024

Cómo no medir la pobreza

Prabhat Patnaik

Varias organizaciones internacionales se dedican ahora a medir lo que denominan la «pobreza». El Banco Mundial lo hace desde hace tiempo, pero ahora tenemos una nueva forma de medir la «pobreza multidimensional» elaborada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de Oxford (OPHI, por sus siglas en inglés). Sin embargo, ninguna de ellas miden en realidad la pobreza, sino que por lo general acaban «embelleciendo» el capitalismo neoliberal. De hecho, la proporción de población mundial que, según cálculos del Banco Mundial, vive en una «pobreza extrema» (esto es, por debajo de un gasto diario per capita de 1,90 dólares al tipo de cambio de paridad del poder adquisitivo de 2011) ha disminuido desde un 30% a finales de la década de 1990 a menos de un 10% en 2022, lo que sugiere que bajo el capitalismo neoliberal «se ha sacado de la pobreza a millones de personas». Veamos por qué esta tan citado cómputo del Banco Mundial es erróneo conceptualmente.

La forma de medir del Banco Mundial tiene tres problemas básicos: en primer lugar, no hace referencia a la situación de los activos de una persona, sino únicamente a su situación respecto a sus ingresos; en segundo lugar, toma el gasto como sustituto de los ingresos; y en tercer lugar, para medir el gasto real utiliza un índice de precios que calcula muy a la baja el aumento real del coste de la vida. Por tanto, las cifras que obtienen son enormemente erróneas. Examinemos cada uno de estos puntos.

Cualquier medición coherente de la pobreza debe tener una dimensión de «flujo» que cubra, por ejemplo, los ingresos, y una dimensión de «reserva» que cubra la propiedad de activos. Ambas dimensiones son importantes. Por ejemplo, si unas personas tienen los mismos ingresos reales entre dos fechas, pero han perdido todos sus activos en una fecha posterior, sería un engaño no considerar que se han empobrecido. Sin embargo, la forma de medir del Banco Mundial no hace referencia a la situación de los activos de las personas, lo cual es una omisión particularmente mayúscula bajo el capitalismo neoliberal, cuando es rampante el proceso de acumulación primitiva del capital, es decir, de la desposesión de las personas de sus activos. Es tremendamente irónico afirmar que «se ha sacado de la pobreza a millones de personas» cuando se produce una desposesión desenfrenada.

En segundo lugar, esta forma de medir ni siquiera incluye los ingresos reales, ya que la mayoría de los países, incluida India, no disponen de datos sobre los ingresos; además, los «ingresos» es una entidad compleja conceptualmente, de modo que, en general, se toma el gasto, sobre el que es más fácil disponer de datos y es una entidad conceptualmente más simple, como sustituto de los ingresos.

Pero esto hace que sea aún más imperdonable ignorar la situación de los activos netos de una persona. Incluso cuando disminuyen los ingresos de las personas, pueden mantener el nivel de gastos anterior reduciendo sus activos o pidiendo prestado. Sería absurdo concluir de ello que las personas concernidas no se han empobrecido porque sus gastos no han cambiado: de hecho, tanto en términos de flujo, es decir, ingresos, como en términos de reservas, es decir, activos netos, es indudable que estas personas se han empobrecido, pero la medida basada en los gastos mostraría que estas personas se encuentran en el mismo nivel que antes.

En tercer lugar, incluso en países como India, sobre los que disponemos de datos sobre el gasto monetario de los hogares gracias a minuciosas encuestas por muestreo realizadas periódicamente, la medición del gasto real es enormemente errónea, ya que el índice de precios utilizado para deflactar este gasto nominal calcula muy a la baja el aumento real del coste de la vida. El índice de precios utilizado es una media ponderada de los precios relativos individuales de un grupo de productos básicos que se consumen en el año base, lo cual es erróneo, porque se producen cambios importantes en la composición de la cesta de consumo tras el año base debido a la no disponibilidad de bienes del año base; no se reconocen los efectos de dichos cambios.

Por ejemplo, bajo el neoliberalismo la privatización de una serie de servicios, como la educación y la sanidad, que antes prestaban instituciones públicas, es un fenómeno común que eleva enormemente lo que estos servicios cuestan a la población; pero el índice de precios no lo refleja. Por ejemplo, si una operación quirúrgica en un hospital público que costaba 1.000 rupias en el año base ahora cuesta 2.000 rupias, el índice de precios considerará que los costes sanitarios se han duplicado, pero el índice de precios no refleja el hecho de que la cantidad de operaciones quirúrgicas realizadas en el hospital público no ha variado o incluso ha disminuido, por lo que la población se ve obligada a acudir a hospitales privados, donde la misma intervención cuesta 10.000 rupias. En resumen, el coste de la vida real ha aumentado mucho más de lo que muestra el índice de precios que se utiliza para deflactar el gasto nominal y obtener el gasto «real». Por consiguiente, la deflación por medio del índice de precios oficial exagera la mejora del nivel de vida de la población y, por tanto, calcula muy a la baja la pobreza.

Cuando el aumento del coste de la vida hace difícil llegar a fin de mes, la población se adapta al menos de dos formas distintas: en primer lugar, reduciendo sus activos o aumentando su deuda y, en segundo lugar, cambiando su forma de consumo de modo que se da prioridad a los artículos considerados «esenciales» sobre otros artículos considerados menos esenciales. El aumento del coste de la atención sanitaria o de las necesidades educativas de las y los niños ha provocado ambos ajustes en India: ha habido un importante empeoramiento de la posición de los activos netos de los hogares indios, sobre todo en las zonas rurales; y también se ha reducido la ingesta nutricional de los hogares en la creencia (errónea) de que ahorrar en la ingesta no tiene demasiada importancia.

Al comparar el Estudio sobre Deuda e Inversión en Toda India de 2019 (que ofrece información hasta finales de junio de 2018) con el Estudio sobre Deuda e Inversión Rural en Toda India (AIRDIS, por sus siglas en inglés) de 2013 (que ofrece información hasta finales de junio de 2012), se comprueba lo siguiente (todas las comparaciones son de cifras «reales» frente a nominales, que han sido deflactadas por el índice de precios al por mayor): primero, un 11% más de hogares rurales estaban endeudados en esta última fecha; segundo, el importe medio de la deuda por hogar rural endeudado aumentó un 43% en esta última fecha; tercero, el valor medio de los activos por hogar cultivador disminuyó un 33% entre ambas fechas y en el caso de los hogares no cultivadores, un 1%.

La situación es muy similar en la India urbana. Hubo un descenso del valor medio de los activos por hogar (29% para los hogares con empleos autónomos y 3% para los demás); y mientras que el porcentaje de hogares endeudados se mantuvo más o menos igual que antes, el importe medio de la deuda por hogar endeudado aumentó un 24% entre ambas fechas. En otras palabras, es indudable que en la mayoría de los hogares indios han disminuido considerablemente los activos netos.

También se ha producido el segundo tipo de ajuste. La proporción de la población rural que no tiene acceso a 2.200 calorías por persona y día aumentó del 58% al 68% entre 1993-94 y 2011-12; la proporción en la India urbana que no tiene acceso a 2.100 calorías (el punto de referencia correspondiente utilizado por la antigua Comisión de Planificación) aumentó del 57% al 65% entre ambas fechas. Los resultados de 2017-18 de la Encuesta Nacional por Muestreo fueron tan desalentadores (puesto que mostraban un descenso del gasto real en todos los bienes y servicios) que el gobierno de la Alianza Nacional Democrática los retiró rápidamente del dominio público. A partir de cualquier dato disponible antes de que lo retiraran (y suponiendo que el coste real de los alimentos por unidad de nutrientes se había mantenido sin cambios) resulta que, mientras que el porcentaje urbano era más o menos el mismo que en 2011-12, el porcentaje rural había aumentado a bastante más del 80% (tomamos estas cifras del libro sobre la pobreza de Utsa Patnaik, que se publicará próximamente).

En contraste con esta desoladora realidad, la forma de medir la «pobreza extrema» del Banco Mundial que, como ya hemos mencionado, toma como definición un gasto diario inferior a 1,90 dólares (al tipo de cambio de paridad del poder adquisitivo de 2011), muestra un descenso en el caso de India de alrededor desde el 12% en 2011-12 (un cálculo muy a la baja) a solo el 2% en 2022-23; por otra parte, el criterio del Banco Mundial de 1,90 dólares implica un umbral de pobreza en rupias de alrededor de 53 rupias al día para cubrir todos los gastos. El criterio del Banco Mundial proviene de la media realizada por varios gobiernos de países pobres (siempre bajo la dirección del Banco) en su cálculo del umbral de pobreza; no es una medida aparte calculada de forma independiente. Adolece de exactamente los mismos defectos (como calcular a la baja el aumento del coste de la vida en el índice de precios utilizado para deflactar el gasto nominal) de los que adolecen los cálculos oficiales de la pobreza de estos países. En efecto, el Banco Mundial da el visto bueno a la propaganda de varios gobiernos del tercer mundo acerca de cómo han reducido o eliminado la pobreza.

Por consiguiente, toda la palabrería acerca de que «se ha sacado a millones de personas de la pobreza» no es sino una broma cruel. Por desgracia, es probable que en los próximos días oigamos más palabrería de este tipo cuando los países empiecen a rivalizar entre sí para demostrar que han cumplido los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por las Naciones Unidas.

Texto original: https://peoplesdemocracy.in/2024/1020_pd/how-not-measure-poverty

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

8 de diciembre de 2023

DUDH 75: Dignidad, libertad y justicia para todos

Naciones Unidas

“La Declaración Universal de Derechos Humanos es un texto milagroso,» declaró Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.   «En un momento en el que el mundo salía de acontecimientos catastróficos, la Declaración estableció derechos universales y reconoció la igualdad de todas las personas.»

El Día de los Derechos Humanos (10 de diciembre), Derechos Humanos de las Naciones Unidas lanzará una campaña de un año de duración con el fin de promocionar y reconocer el 75º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH 75), el cual se celebrará el 10 de diciembre de 2023.  La campaña de un año de duración servirá para dar a conocer la DUDH centrándose en su legado, relevancia y activismo usando el lema «Dignidad, Libertad y Justicia para Todas las personas.»

«La Declaración —que fue redactada por representantes de todo el mundo— representa un lenguaje común a nuestra humanidad compartida, una fuerza unificadora en cuyo centro se encuentra la dignidad humana y la obligación de protegernos y cuidarnos entre nosotros y nosotras como seres humanos,» aseguró Türk.

La DUDH supone el prototipo global para leyes y políticas internacionales, nacionales y locales. La Declaración supone también un pilar para la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, la cual promueve una economía que invierta en los derechos humanos y que funcione para todas las personas.

La campaña DUDH 75 aumentará el conocimiento global sobre la DUDH mostrando cómo la Declaración ha guiado el trabajo de la Oficina.  La campaña fomentará la universalidad de los derechos humanos e intentará capacitar a todas las personas, en especial a los y las jóvenes, para defender los derechos humanos.

Desde la aprobación de la DUDH en 1948, los derechos humanos han quedado más garantizados y reconocidos en todo el mundo y han incluido mejoras para los derechos de las mujeres, niños y jóvenes, para que los pueblos indígenas puedan proteger y mantener su tierra y cultura, y para conseguir la abolición de la pena de muerte en numerosos países.

No obstante, la promesa de la DUDH de dignidad e igualdad en derechos ha estado sometida a ataques. El planeta se enfrenta a una crisis climática, la pandemia de COVID-19, el aumento de los conflictos, la inestabilidad económica, la desinformación, la injusticia racial, además de los retrocesos globales en los derechos de las mujeres. Las personas se sienten frustradas y han perdido confianza debido a lo que ellas consideran como inacción e incapacidad de gobiernos e instituciones para proteger los derechos humanos.  Los y las jóvenes sienten que no son escuchadas o no conocen la existencia de la Declaración.

“A pesar de que los 30 artículos de la Declaración han despertado una transformación en todas las áreas de nuestras vidas, los rescoldos del racismo, misoginia, desigualdad y odio continúan amenazando a nuestro planeta,” afirmó Türk. “El lenguaje y el espíritu de la Declaración tienen el potencial de conseguir superar la división y la polarización.  Tiene la facultad de volver a congraciarnos con la naturaleza, con nuestro planeta, y señalar el camino hacia el desarrollo sostenible para las generaciones futuras.»

La DUDH 75 nos acercará las historias personales de activistas que están trabajando en sus comunidades para luchar contra estas disparidades en diferentes cuestiones que afectan a los derechos como por ejemplo los derechos LGBTQI+, el medioambiente y el cambio climático, los derechos de las mujeres, los derechos de las personas con discapacidad, así como el derecho a una educación. La DUDH 75 también informará sobre los avances conseguidos en estas cuestiones y cómo la Oficina ha tenido un papel influyente en esta labor. El llamamiento a la acción de la DUDH 75 es #StandUp4HumanRights.

Participa

Existen muchas maneras de que todos y todas podamos participar y apoyar la campaña desde casa, el trabajo, el colegio o desde las calles.   La Oficina se ha asociado con Canva para crear una colección de diseños atractivos con el fin de conmemorar la importancia y la relevancia permanente de la Declaración Universal de Derechos Humanos.  Estas ilustraciones se publicarán pronto y se podrán personalizar y utilizar para compartirlas con la familia, los amigos y tu comunidad.

Otro modo de mostrar apoyo es usando un marco Cheerity, el cual ofrece una oportunidad para que las personas muestren su apoyo en las redes sociales añadiendo su foto a un filtro especial de Derechos Humanos de las Naciones Unidas por el Día de los Derechos Humanos además de otros filtros inspirados por la DUDH.  Luego podrán compartir la foto usando los hashtags #StandUp4HumanRights y #HumanRightsDay, y posteriormente las publicaremos en el muro de la campaña.

Las personas pueden también compartir un artículo sobre la DUDH que les haya llamado la atención en las redes sociales o pueden descargar e imprimir carteles sobre el Día de los Derechos Humanos para mostrarlos en su comunidad o escuela.

«Con la mirada puesta tanto en el pasado como en el futuro, espero que la iniciativa DUDH 75, que dirigirá mi Oficina junto con nuestros socios, nos permita reavivar el espíritu, el impulso y la vitalidad que culminaron con la Declaración hace 75 años,» expresó Türk.

https://www.ohchr.org/es/stories/2022/12/udhr-75-dignity-freedom-and-justice-all

6 de noviembre de 2023

Genocidio en vivo

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Daniel Espinosa

Ya van 27 días de horror. Los palestinos están siendo barridos de la Franja de Gaza a punta de bombardeos que pretenden desplazarlos hacia el Sinaí egipcio, donde el régimen de Benjamín Netanyahu se encargará de que permanezcan indefinidamente. Una vez cruzado el paso sureño de Rafah, no se les permitirá volver y la limpieza étnica que estamos presenciando en vivo y en directo quedará consumada.

A casi un mes de iniciado este nuevo capítulo de la catástrofe palestina, el conteo de muertos se abulta –acercándose a los 10,000–, los misiles alcanzan hospitales, mezquitas, centros para refugiados y escuelas, y uno se pregunta cuántos miles de niños más tendrán que ser masacrados para que se detenga este genocidio tan occidental, autorizado por los Estados Unidos del demócrata Joe Biden y alentado por la Unión Europea de la demócrata cristiana Úrsula von der Leyen. Las crudas imágenes que salen de Gaza –con enorme dificultad debido a toda clase de abusivos bloqueos– dan muestra de que la humanidad sigue extraviada en las mismas junglas de siempre, sin un derecho ni una justicia internacionales que se apliquen a todos por igual.

En cambio, el “orden basado en reglas” que Occidente impone vuelve a convertirse en un baño de sangre inocente y los crímenes de guerra se multiplican.

NACIÓN RENEGADA

Sin embargo, el brutal avance israelí sobre Gaza debe encarar una derrota indeleble en otro frente: el de la opinión pública global. En París, Washington y Londres, cientos de miles salieron el último fin de semana a las calles a mostrar su apoyo a los palestinos, dándoles la contra a sus respectivas élites y desafiando a unas fuerzas del orden cada día más censuradoras y represivas. El último sábado, en la terminal de trenes más importante de Nueva York, miles de judíos le dijeron a Israel “no en mi nombre”. Otros cientos de miles se manifiestan en contra del genocidio en curso en decenas de ciudades alrededor del mundo, sumándose a multitudes que ya han superado ampliamente el millón de personas.

Esta respuesta popular trae a la memoria las marchas en contra de la invasión de Irak, de 2003, igualmente masivas. La opinión de toda esa gente importaría muchísimo si viviéramos en verdaderas democracias. No importó en cuanto a Irak y no importa lo suficiente ahora en cuanto a Palestina, que se prepara para una incursión terrestre.

En Naciones Unidas, el secretario general Antonio Guterres tuvo la audacia de salirse del libreto para señalar un par de obviedades, como que el ataque de Hamás del 7 de octubre “no sucedió en el vacío”, o que “los palestinos han estado sujetos a 56 años de sofocante ocupación”. Pudo haber sido más tajante –el portugués se limitó a aportar un poco de ese contexto que el aparato de propaganda occidental suele omitir–, pero su breve transgresión a la regla tácita de jamás criticar a Israel igual se tradujo en sendas pataletas. El ministro de exteriores de Netanyahu canceló una cita con Guterres y el embajador israelí para Naciones Unidas amenazó con negarles visas a los representantes del organismo.

Israel es lo que Noam Chomsky llamó una “nación renegada” (rogue state). No está acostumbrado a seguir las reglas y tampoco tolera recriminaciones. Las últimas declaraciones de varios de sus líderes dan muestra de una gran arrogancia, pero también sugieren que su establishment político y sus aliados internacionales viven en una realidad distinta, algo oscurantista y predemocrática. La retórica fascistoide ha recrudecido debido al frenesí guerrerista israelí, pero no es excepcional. En 2018, la cuenta de Twitter del primer ministro israelí publicó este mensaje que hace acordar a las cavernas: “El débil se derrumba, es asesinado y borrado de la historia, mientras que el fuerte, para bien o para mal, sobrevive. El fuerte es respetado y se hacen alianzas con él, y al final la paz se hace con el fuerte”.

El pasado 10 de octubre, el vocero de las Fuerzas de Defensa de Israel, Daniel Hagari, dijo que “cientos de toneladas de bombas” ya han sido arrojadas sobre la Franja, añadiendo sin sonrojarse que “el énfasis no está puesto en la exactitud sino en la destrucción”. Unos días antes, Ariel Kellner, miembro del Parlamento israelí e integrante del Likud de Netanyahu, ya había dicho lo siguiente: “Ahora, un único objetivo: ¡Nakba! Una Nakba que haga palidecer a la de 1948” (la Nakba fue la catastrófica expulsión de unos 700,000 palestinos de sus pueblos; muchos de ellos terminaron en Gaza).

Por si eso fuera poco, el mismísimo presidente de Israel, Isaac Herzog, ya había acusado a todos los palestinos de ser cómplices de las acciones terroristas de Hamás. “La retórica sobre civiles que no están conscientes o involucrados (con Hamás)”, dijo el pasado 14 de octubre, “es totalmente falsa”. El consiguiente castigo colectivo –otro crimen de guerra reñido con el derecho internacional– también es una institución israelí: cuando un palestino es acusado de “terrorismo”, todos sus allegados pueden ser castigados sumariamente mediante la demolición del domicilio familiar.

A la matonería sionista hay que sumar la de los radicales estadounidenses, como el senador Lindsey Graham, que le dijo a Fox News que “nos encontramos en una guerra religiosa. Estoy con Israel. Hagan lo que demonios sea necesario para defenderse. Aplanen el lugar”. La congresista republicana Marjorie Taylor Greene tuiteó: “Cualquiera que esté a favor de Palestina está a favor de Hamás”. Esa es la premisa que varios gobiernos del mundo “libre” están usando para intentar limitar las manifestaciones civiles en defensa de Palestina, aunque la retórica usada por políticos como Emmanuel Macron no suele ser tan abiertamente homicida como la de los republicanos estadounidenses. La cosa no pinta mucho mejor del lado demócrata (o laborista, en el caso británico): tanto Bernie Sanders como Keir Starmer, cabezas del “progresismo” a ambos lados del Atlántico Norte, están siendo duramente criticados por sus posiciones prosionistas.

El periodista británico Chris McGreal, quien cubrió el genocidio de Ruanda, dice que el lenguaje con el que Israel viene acompañando la demolición de Gaza le resulta dolorosamente familiar (“The Guardian”, 16/10/23). Otro periodista, Wael al Dahdouh, perdió a su familia el último 13 de octubre por obra de los misiles israelíes. El hombre de la cadena catarí “Al Jazeera”, una de las pocas empresas de noticias de gran envergadura con sucursal en la Franja, volvió a su puesto solo dos días después de la tragedia que acabó con la vida de su esposa, su hija y su nieto. “Al Jazeera” se ha vuelto una piedra en el zapato occidental y, por eso, el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, recientemente le pidió al gobierno catarí que le “baje el tono” a su cadena de noticias.

La censura viene de todos lados: cuando no son los representantes de los gobiernos del “mundo libre” los que exigen censura, los mismos editores entran a tallar para imponer la línea proisraelí. En Alemania, Axel Springer –la corporación dueña del medio estadounidense “Politico” y del alemán “Die Welt”, entre otros– conminó a cualquier empleado que apoye la causa palestina a renunciar. Políticas parecidas también han afectado a la BBC, a la Associated Press, a “The Guardian” y a la CNN, que en 2018 ya había despedido al presentador de noticias Marc Lamont Hill por hablar en favor de una Palestina libre.

Lenguaje genocida y un periodismo que hace juramentos de lealtad. En momentos como estos, sale a relucir la bancarrota moral del “orden basado en reglas”.

Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 660 año 14, del 03/11/2023

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15 de octubre de 2023

Doble moral

César Hildebrandt


“Cada hombre de Hamas es hombre muerto”, dice Benjamín Netanyahu.

“El sistema de salud pública no tratará a los malditos y despreciables terroristas de Hamas que sean capturados heridos”, dice Moshe Arbel, ministro de salud de Israel.

“Luchamos contra bestias”, dice el ministro de defensa Yoav Gallant.

“A los residentes de Gaza les digo: salgan de allí ahora, porque vamos a actuar en todas partes y con todas las fuerzas”, advierte el primer ministro de Israel.

Llueve fuego sobre Gaza. Es un diluvio de fósforo blanco, uno del que no habría sobrevivido Noé. Caen cientos de misiles en la noche y barrios enteros desaparecen, manzanas barridas por ataques aéreos que no enfrentan resistencia alguna, incendios en todas partes. Es la muerte cayendo sobre el encierro y la miseria. Parece el bombardeo nazi sobre Polonia en septiembre de 1939. Es la guerra relámpago de un programa de exterminio.

La imbecilidad criminal de Hamas le ha dado el pretexto perfecto a Israel. Occidente asistirá impasible a la desaparición de Gaza, a la masacre de su población y a la incorporación de la franja al pleno dominio israelí. Gaza se llenará de colonos que, como los de Cisjordania, borrarán, armas en mano y topadoras a pedido, lo que quede de resistencia. Israel volverá a crecer con un nuevo botín ensangrentado. No importa: son israelíes y el holocausto perpetrado por los nazis los ha hecho invencibles, arrogantes e impunes. No interesa: Estados Unidos, que ha matado a millones de civiles en sus guerras genocidas, ha decretado que apoya incondicionalmente los desmanes de Israel. Desde 1948 los palestinos no cuentan. Son una sobra demográfica, lo que queda de un mal reparto. Gaza está muriendo y más de dos millones y trescientas mil personas están sometidas a las bombas y al bloqueo inhumano impuesto por el gobierno de coalición de Netanyahu: sin agua, sin electricidad, sin alimentos, sin combustible y sin escape dado que Israel controla la frontera terrestre y el mar.

Mientras tanto, 300,000 soldados israelíes se preparan para entrar a Gaza. No quiero imaginar la magnitud de la matanza anunciada. El consuelo trágico es que la muerte también acaba con la desesperanza crónica.  

Hamas fue financiado originalmente por Israel. Convenía que Al Fatah, la entidad predominante en el gobierno palestino de Cisjordania, tuviera un rival de fuste. Ya sabemos qué pasa con quienes imitan al doctor Frankenstein.

Nada, sin embargo, justifica lo que hizo Hamas. No aludo a su ira, que es legítima y rancia, sino a sus métodos, que son tan perversos como los de su adversario. Matar niños desde un avión caza de fabricación estadounidense no es mejor que hacerlo con una metralleta. Es la misma ruindad, la misma herencia simia de nuestra condición.

Fuentes confiables insisten en señalar que la inteligencia egipcia le advirtió a Israel, tres días antes del ataque, que Hamas preparaba algo importante. El Mossad, como se ve, no hizo nada.

¿Será, como muchos sospechan, que a Israel le convenía que Hamas hiciera lo que hizo?

Quizá eso nunca se aclare, pero lo funestamente cierto es que Hamas ha unido al desfalleciente gobierno de Netanyahu, ha ampliado sus alianzas, ha puesto entre paréntesis el debate sobre las reformas autocráticas del sistema judicial, ha desatado una ola de patriotismo vengador y, sobre todo, ha abierto las puertas del infierno para los gazatíes. Israel ha sido autorizado por Washington y su corte de escribanos europeos a borrar del mapa a los palestinos de Gaza. Hay un genocidio en marcha y, a diferencia de lo de Ruanda, esta vez todos estamos enterados.

El holocausto judío fue el horror que siempre avergonzará a la humanidad. Nadie podía suponer que, años más tarde, el estado de Israel adoptaría la crueldad de sus verdugos en su trato con los palestinos.

Hace 75 años que Israel gana guerras y obtiene territorios. Pero parece que nada lo sacia, nada lo serena, nada le infunde la generosidad que debiera ser propia del vencedor. Empleó el terrorismo contra los británicos, expulsó de la peor manera a los palestinos desde 1948, se burló de la resolución de Naciones Unidas al no abandonar los territorios conquistados en 1967, incumplió sin rubor alguno sus promesas sucesivas de no continuar con los asentamientos ilegales y bombardeó Gaza, de modo indiscriminado, cada vez que se sintió amenazado. No sólo eso: violando normas básicas del derecho internacional, Israel resolvió de modo unilateral que Jerusalén sería su “capital irrenunciable”, añadiendo a su expansión conquistadora el vejamen religioso que tal decisión suponía.

Es horrible lo que hizo Hamas en estos días. Pero es espantoso lo que hizo Israel, con Ariel Sharon a la cabeza, en los campos de refugiados libaneses de Sabra y Chatila. Y es aún más atroz convertir a Gaza, con el aplauso del occidente decadente, en una escombrera funeraria.

Para la prensa, en general, las lamentables muertes israelíes demuestran el rasgo criminal de Hamas. Que los palestinos  paguen por ello: ese es el eslogan. Pero cuando Gaza desaparece en polvaredas de edificios disueltos por las bombas y los niños palestinos mueren con sus padres en la Gaza sin agua ni luz, eso es legítima defensa.

Mi asco por el llamado orden mundial no tiene límites. Mi rechazo a la hipocresía de la prensa controlada por el dinero me permite saber que todavía existo.

Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 657 año 14, del 13/10/2023,

https://www.hildebrandtensustrece.com/

29 de abril de 2023

Jóvenes del mundo entero se reúnen para desafiar el statu quo y dar forma a un mundo más sostenible

ONU

Los jóvenes son valiosos agentes del cambio y, en todo el mundo, están tomando cartas en el asunto y defendiendo soluciones innovadoras para acelerar la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. También en la ONU, donde se reúnen los próximos tres días.

Del 25 al 27 de abril, miles de líderes juveniles de todo el mundo se reúnen en el Foro de la Juventud 2023 del Consejo Económico y Social. En persona y en línea, aportarán sus soluciones, recomendaciones e iniciativas, compartiendo sus ideas para garantizar que un futuro sostenible sea posible para todos.

El evento de tres días se centra en acelerar la recuperación de COVID-19 y la plena aplicación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

"Este año, el Foro de la Juventud se desarrolla en un contexto de complejos problemas mundiales, como la escalada de las tensiones geopolíticas, una implacable crisis climática, el aumento de la pobreza, el retroceso de los derechos humanos y las libertades fundamentales, así como la recuperación gradual pero desigual de la pandemia", ha declarado la enviada del Secretario General de las Naciones Unidas para la Juventud.

Jayathma Wickramanayake afirmó además que "ahora, más que nunca, es fundamental que coloquemos las voces, la experiencia y las ideas innovadoras de los jóvenes al frente y en el centro de nuestros esfuerzos para que el mundo vuelva a la senda de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030."

Plataforma clave para las voces de los jóvenes

El Foro de la Juventud es la principal plataforma para que los jóvenes contribuyan a los debates políticos en la ONU, donde pueden expresar sus opiniones, preocupaciones y centrarse en sus soluciones innovadoras para hacer frente a los retos a los que se enfrenta el mundo.

Durante estas jornadas, las organizaciones dirigidas por jóvenes y centradas en la juventud tienen la oportunidad de interactuar con los representantes de los Estados, los responsables políticos y los actores clave para promover el desarrollo de la juventud, abordar los retos a los que se enfrentan y compartir sus contribuciones para alcanzar las metas de los Objetivos dirigidas específicamente a los jóvenes.

El primer Foro, celebrado en 2012, tenía como objetivo inicial concienciar sobre las elevadas tasas de desempleo juvenil y explorar soluciones para mejorar las oportunidades de empleo. El éxito del evento y la gran demanda de la plataforma hicieron que se transformara en una reunión anual.

Programa 2023

El programa 2023 se centra en cuestiones clave para la juventud y también supervisa el progreso hacia el logro de los Objetivos, ofreciendo una oportunidad única para involucrar verdaderamente a los jóvenes en cuestiones que les importan.

En concreto, durante las reuniones se examinarán los avances en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de agua limpia y saneamiento (Objetivo número 6), energía asequible y limpia (Objetivo número 7), industria, innovación e infraestructura (Objetivo número 9), ciudades y comunidades sostenibles (Objetivo número 11), y asociaciones para los objetivos (Objetivo número 17).

En este contexto, la presidenta del Consejo Económico y Social ha declarado durante su discurso de apertura que la participación, las ideas, la sabiduría y las experiencias únicas de los jóvenes son fundamentales para los debates, las discusiones y los resultados del Foro de la Juventud, el Foro Político de Alto Nivel de julio y la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de septiembre.

“Las prioridades que identifiquen durante los próximos tres días ayudarán a determinar las acciones clave para la implementación exitosa de la Agenda 2030 y fortalecerán los compromisos con la participación significativa de los jóvenes en el trabajo de las Naciones Unidas”.

Lachezara Stoeva añadió además que se necesita una acción inmediata, audaz y transformadora para invertir el rumbo y reorientar nuestra energía hacia la aceleración de la implementación de los Objetivos para y con los jóvenes.

Hacia la recuperación del COVID-19

Los jóvenes fueron especialmente vulnerables a las consecuencias socioeconómicas a largo plazo de la pandemia del COVID-19, enfrentándose a importantes interrupciones en la educación, la formación y el empleo.

A pesar de estos obstáculos, han mostrado capacidad de recuperación y han demostrado que son actores cruciales en la configuración de un futuro más justo y resiliente.

“No podemos aceptar más excusas para retrasar el cumplimiento de las promesas que ha hecho mi generación. No veo nada más urgente que revertir al menos parte del daño inducido por el ser humano a nuestros recursos naturales. A nuestro planeta, el único hogar que tenemos”, ha declarado durante la sesión de apertura le presidente de la Asamblea General.

“Ténganlo en cuenta: edúquense y hagan que los líderes rindan cuentas de las promesas realizadas”, sentenció Csaba Kőrösi.

La perspectiva de la nueva generación

El evento contará con talentos juveniles, representantes gubernamentales de alto nivel, organizaciones regionales y multilaterales y entidades dirigidas por jóvenes de todas las regiones. En cuanto al programa, tendrán lugar sesiones plenarias, debates interactivos y regionales, y docenas de eventos paralelos que tendrán lugar de forma virtual y presencial.

El resultado del Foro será un documento informal de síntesis de las deliberaciones elaborado por el presidente del Consejo Económico y Social y una declaración presidencial.

En este sentido, Jevanic Henry, miembro del Grupo Consultivo Juvenil sobre el Cambio Climático, destacó cómo la innovación aumentó durante la pandemia entre los jóvenes, quienes idearon soluciones para mantenerse conectados y crearon nuevas empresas.

“El espíritu emprendedor de esta generación y nuestra capacidad para llevar rápidamente una idea del papel a la realidad en el entorno propicio adecuado no tienen parangón”.

En este sentido, Henry instó a los socios para el desarrollo, al sector privado y a los gobiernos para que aumenten la inversión en investigación e innovación en el ámbito de la juventud, así como la prestación de apoyo técnico y financiero a los esfuerzos de sostenibilidad liderados por los jóvenes.

“Hemos desperdiciado la última década, hablando de sostenibilidad, pero sin caminar verdaderamente hacia la sostenibilidad. No podemos permitir que se cree un cementerio de ideas juveniles post COVID-19 que ponga en peligro la Agenda 2030”, afirmó.

Dar forma a las decisiones y las políticas

En vísperas de la Cumbre del Futuro, que se celebrará en septiembre de 2024, el Secretario General de la ONU está publicando una serie de informes para ofrecer más detalles sobre algunas de las propuestas incluidas en Nuestra Agenda Común.

António Guterres publicó el miércoles el tercer informe de esta serie, centrado en la participación significativa de los jóvenes en los procesos de formulación de políticas y toma de decisiones.

Sobre este punto, el Secretario General ha declarado en la sesión de apertura del Foro que el informe contiene tres recomendaciones para los Estados:

ampliar y reforzar la participación de los jóvenes en la toma de decisiones a todos los niveles
hacer que esta participación sea un requisito en todos los procesos de decisión de la ONU
crear un foro permanente para la Juventud y un programa integrado que facilite una mayor diversidad y representatividad de este sector de la sociedad
“Al embarcarnos en tres días de debate en profundidad, insto a los gobernantes a tener presente el espíritu de estas ambiciosas recomendaciones propuestas por el Secretario General y a esforzarse por llevar a cabo acciones concretas para satisfacer las demandas de los jóvenes”, ha pedido la enviada del Secretario General para la Juventud.

“También insto a todos los jóvenes a que unan sus fuerzas, utilizando su liderazgo para elevar y defender las diversas voces y preocupaciones de la juventud en toda su diversidad, para que tengan un impacto duradero en las generaciones venideras”, añadió Jayathma Wickramanayake.

Jóvenes líderes para los Objetivos de Desarrollo Sostenible

800 personas de todo el mundo asistirán al Foro de la Juventud, incluida la nueva cohorte de Jóvenes Líderes para los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Cada dos años, esta iniciativa emblemática reconoce a 17 jóvenes agentes de cambio que lideran los esfuerzos para combatir los problemas más acuciantes del mundo y cuyo liderazgo está catalizando la consecución de los Objetivos.

"La clase 2022 de Jóvenes Líderes para los Objetivos representa un grupo increíblemente diverso, interseccional e inspirador que refleja lo mejor del activismo y la promoción de la juventud mundial cuando se trata de desafiar el statu quo y crear un mundo mejor para todos", dijo la enviada de la Juventud de la ONU.

Desde la moda hasta el clima, los líderes juveniles representan a todas las regiones del mundo y ayudan a otros de todo el mundo a apoyar los Objetivos.